Han pasado 100 días desde la formación del nuevo gobierno de Melilla, contados desde el día en que tomaron posesión. Todo plazo se cumple. El tiempo corre sin que nada pueda detenerlo. Los romanos decían que » el elogio es gratuito pero la lealtad no». Algunos/as adelantaron el cómputo de los 100 días para poder desembarazarse de las ataduras del silencio, y poder criticar a gusto al gobierno local.
El pasado 6 de septiembre, en plena feria y como presagio, salió premiado el número 100 en la Rifa de la Caridad. Los primeros 100 días del gobierno se cumplen hoy 10 de octubre (10 del 10), y 100 es diez veces diez. El próximo 10 de noviembre nos enfrentaremos a una nueva cita electoral de la que dependerá nuestro futuro próximo. El destino está marcado por el número 10.
Hay clanes familiares que se hacen dueños de ciudades e incluso de países, bastaría con citar a los Medici en Florencia, a los Borgia en el Papado, los Bonaparte en Francia, o los Franco en España. Para derrotar a Napoleón Bonaparte se hizo necesaria la unión de Europa entera en una Coalición. El poder democrático, para no incurrir y ser degradado por estos vicios, debe tener límites temporales.
«La tendencia humanísima de subirse al carro del vencedor para aprovecharse de sus laureles, hábito con frecuencia practicado por aquellos que, antes del éxito, fueron sus peores enemigos, la caída del vencedor de hoy, tantas veces inesperada, suele dar lugar a mutaciones de lealtades a veces sorprendentes»*.
Hemos visto muchas cosas en estos 100 días, sobre todo la desaparición mediática de un gobierno, con el que no hay manera de comunicarse, ni que tampoco puede hacerlo con los ciudadanos sobre los que gobierna. Escribimos esto el pasado 3 de julio, un día antes de la toma de posesión del nuevo gobierno: «Lo que si ha quedado claro en este tiempo, es que no habrá ni un solo día de tregua, ni tampoco los 100 días de cortesía concedidos a un nuevo gobierno. La sola publicación y presentación de la lista y personas que lo integren, será la señal para la ruptura de hostilidades de la nueva oposición, conjurada y cohesionada en torno a un fin, el derribo del gobierno de la esperanza, ya sea por vía asamblearia o judicial. Agrupados por este nuevo objetivo y causa común, ya avanzamos desde El Alminar, que no habrá renuncia al acta de diputado por parte del ya ex presidente Juan José Imbroda, en un futuro próximo. La nueva causa y el lavado de lo que consideran una afrenta (la expulsión del poder) no permiten renuncias de momento».
Sabemos que nos leen, otra cosa muy distinta es que nos hagan caso. Advertido está todo desde el principio. Hemos tomado mucha distancia con respecto a los acontecimientos mundanos, pero no dejamos de observar nada. Desde el inicio del año, la cifra media de visitas mensuales es de 12.000 y han pasado ya 8 años. Ese es el viento que nos ha empujado en todo este tiempo, y que esperamos que nos siga acompañando.
Seguimos siendo los únicos que publicamos fotografías de los componentes del gobierno de Melilla. Todo un síntoma. Tenemos muy claro que solo somos la voz que predica en el desierto, pero esto es así desde hace 8 largos años y no pretendemos otra cosa.
Nota: *Las guerras privadas del clan Bonaparte. Madame de Rémusat. Arpa