


Cuando tenía un instante de descanso, cuando nadie se fijaba en él, en esos breves segundos, la imagen de Pedro Sánchez era la de la «pesadumbre», que es un estado anímico que lacera el espíritu, cuando la presión de la realidad circundante ya no permite respiro alguno. Agachaba la cabeza, nunca le hemos visto agacharla tanto, en alguien que, hasta la fecha, solía encarar y mira de frente en cualquier situación, de las muy difíciles que se ha atravesado con su gobierno, progresista para algunos y de demasiados zurcidos para otros. Los indudables logros económicos, están quedando en cuestión, o ni siquiera se habla de ellos, frente a una realidad muy adversa. El ajenjo del apoyo de JUNTS, nacioanalistas catalanes, está cubriendo de sabor amargo cualquier acción del gobierno, aunque sea la inauguración, parcial, de un complejo hospitalario en Melilla, que había que poner en marcha, mejor ahora, que no más tarde. El problema no es haber traspasado líneas rojas, sino el haber dicho y escrito que no se iban a traspasar determinadas posiciones.
En este aspecto, el relato de la disgregación de España, sea cierta o no, se está mostrando más eficaz que el de la pacificación territorial, a cambio de ciertas concesiones. Un socialista catalán gobierna en Cataluña, con el nacionalismo en el banquillo, pero el traslado de esa paz política está constantemente perturbado por Puigdemont, esté donde esté. La sensacion que se en cualquier lugar, desde los acólitos hasta los permanentemene airados, es que al ultranacionalismo de JUNTS habría que ponerle algún límite. La Ley de Amnistía para el Procés ha sido declarada constitucional, pero esa verdad ya tampoco vale, porque se ha conseguido que se dude de cualquier hecho, aunque sea evidente. En España todo el mundo sabe que la cuestión de la catalanidad permanecerá ahí, hasta otra ocasión más propicia. Un gobierno elaborar leyes anticonstitucionales, o contra la propia legalidad del Estado. Solo se cree lo que beneficia y da la razón, y se pone en solfa aquello que no conviene o nos refuta.
Un gobierno lo sabe todo y mucho más su presidente, de ahí la indisimulable pesadumbre de Pedro Sánchez en Melilla, que sólo pudo espantar en los breves minutos de los selfies, cuando el protocolo, que no la seguridad, aflojó sus rígidos brazos. Él sabe perfectamente lo que le espera y conoce la respuesta a esta situación insostenible. Esta cruz ya pesa demasiado, y no hay hombros capaces de ayudar asostenerla, porque nadie quiere el madero de otro, y Simón Cirineo solo apareció una vez. Todo empieza a ser un tormento insoportable, incluso para los ciudadanos. Ni existe una verdad, ni la espera ya nadie, pero el único camino es decirla, mostrarla.
La estrategia crispada
En junio de 2016, el PP de Mariano Rajoy ganó unas elecciones en precario y sostuvo su gobierno hasta el 1 de junio de 2018, cuando una moción de censura de Pedro Sánchez extramuros, le arrojó fuera del Poder. Pero aquello fue zozobra y esto es pesadumbre. Zozobra es cuando un barco, o el ánimo, se hunde sin una causa evidente; y la pesadumbre es cuando se sabe cuál es la razón del desastre presente, pero no se conoce el momento del final, qué será más determinante, ni cuánto durará la agonía. El circo mediático lo domina todo. Los tres grandes crispadores fueron Pablo Casado, tras la caída de Rajoy, Albert Rivera, llegado para crispar y Pablo Iglesias, la crispación permanente. Como gran paradoja decir que los tres personajes políticos están desaparecidos, y en las aguas crispadas el que mejor navega es VOX, que pasó de la inexistencia en 2015, a su mayor y más voluminosa presencia en noviembre de 2019. No abracen confiadamente ese remedio.
La encrucijada de Pedro Sánchez
No sabemos qué es verdad ni qué mentira, en toda esta «pestilencia». Personajes terribles pululan y viven en los pasillos de los partidos políticos. El oleaje político ruge en cualquier parte del mundo, y ante un mar embravecido, al que se oye mejor es al que mejor grita, que puede no ser el capitán del barco. El cántico de las sirenas siempre está presto a confundir. Esperar a que el temporal pase tampoco es ya una opción.
Buscar puerto seguro, o el abrigo de un cabo. Variar el rumbo, fijar una orientación. El capitán debe subir al puente, y contar la verdad, dar explicaciones, de lo divino y de lo humano y pedir la opinión del pueblo, pero solo tras haber contado la verdad. No sirven más retiros, ni cartas. En esta situación, lo que está en riesgo es todo. Si cae la arboladura, el barco queda a deriva de las corrientes, que son las más peligrosas.
Hemos seguido a Pedro Sánchez en sus tres visitas presidenciales a Melillla. Nunca le habíamos visto en este estado. ! Acuérdate de mí, cuando esta noche estés en el Paraíso ! Siempre preferir el lado de Dimas, que el de Gestas.
No sé
a mí obviar la presión y alcance de una prensa derechizada y de derechas, ambas dos, insistiendo desde hace…qué? 8 años al menos, todos los días? «España se rompe»…pues acaba calando. Igual inconscientemente en este blog también. Y Pedro y el lobo, sin venir de cuento.
Por ejemplo, la gente de Convergència i Unió (esos que se iban a cambiar el nombre para intentar ser menos corruptos, como el PP de sede por ser un partido declarado judicialmente también como corrupto y no dejan de recordar, sumando casos en todo el país…o ignominias como las 7291 víctimas de Ayuso (solo piensa un momento que en verdad, como ella intentó, fueran víctimas de Pablo Iglesias) o el cantamañanas eurovisivo de Carlos Mesón Ventorro), es ante todo de derechas.
La burguesía catalana, los conozco más que bien, es más afín al «negoci» que al separatismo. Buscan sobre todo «más autogobierno pagando menos impuestos», se lo «lleve» Madrid, desde la Ciudad Vieja barcelonesa, los herederos de Companys o hasta del 3%. Y siendo tan de derechas, cortoplacistas y apolíticos, lo que cala es que son únicamente «separatistas» o «ultranacionalistas».
Calificativos que, por cierto, el PP (ya sin su irritante y omnipresente altavoz mediático) no deja de proferir contra ERC. Que como Bildu, ha demostrado tener mucho más sentido de Estado que los dos conservadores citados anteriormente.
Lo de Sánchez es «encaje de bolillos», qué duda cabe. Aznar lo tuvo mucho más fácil. Igual que Aznar 2, Felipe. Solo tenían que reunirse con el «Movimiento Vasco de Liberación Nacional» o con Pujol. Igual de tan intenso contacto tiene el PP «moderno» tanta querencia últimamente por la «mafia». Ahí no había gran problema. La pequeña o amedrentada prensa de izquierdas entendía que es parte del «juego democrático» y la de derechas tenía poco problema por ser los suyos.
Una lástima que habiendo hablado tantísimo catalán en la intimidad, el mentor JoséMaría no tranquilice un poco a la escopeta de feria Ayuso en esta cuestión, por cierto, divagando ya un poco de todo.
Pero así es la «democracia» española. Juegos de poder, influencia de quienes en verdad mandan -gobierne quien gobierne- y construcción del relato mediático para decirnos que llueve, esté como esté la cosa en San Jerónimo.
Sánchez va a caer, claro. Pero hasta Convergència sabe que la alternativa es mucho peor, salvo que los números le vuelvan a dar. Y entonces, como la presidenta extremeña Guardiola, no tenga el PP reparo alguno en la «gobernabilidad» que le otorga Catalunya. Como ha sido siempre salvo cuando ellos no gobiernan desde la derecha, que entones España se rompe, ens roba o cualquier otro zasca que la gente se trague acríticamente.
La cosa va a ser la siguiente: Probablemente acabe la legislatura. O las cloacas -judiciales, policiales y mediáticas- (esas que aniquilaron a Podemos…me causa sonrojo equiparar a Casado -que al menos intentó poner algo de orden y por eso lo decapitaron- o Iglesias (que indudablemente hizo historia luchando contra el bipartidismo) con el invento que fue Rivera) acaben encontrando la tecla para hacer parecer que la corrupción del PP es también extensible de forma masiva al PSOE y se puedan adelantar algo.
El PP va a ganar, porque este país vota a la contra, para echar al que está, ya sabemos. La cosa es con cuánta diferencia. Si no es absoluta, le hará falta VOX en primer lugar, que son ellos también. Y eso generará inestabilidad porque como hoy no querrá arrimarse más nadie, previsiblemente. Es más fácil hacer el cavernícola desde la oposición que desde responsabilidad de gobierno. Además, tendrían que trabajar…y claro, Abascal -como tanto cachorro que se arrima imberbe al PP- no tiene costumbre alguna.
Y entonces seguirán haciendo crecer la figura de Ayuso más y más, que es lo que la oligarquía más quiere, ciegos de ambición y ya sin careta alguna. Feijoo será otro muñeco roto, que se irá sin haber gobernado nunca ni su propio partido.
Y el PsoE pondrá a Puente, para que haya alguien al otro lado del ring, más pronto o tarde.
Y volveremos pendularmente al mismo lugar. Equilibrios, chantajes, impostaciones.
A mí Sánchez, que reconozco que ha tenido una flor en salva sea la parte y se ha configurado como todo un animal político, solamente me ha decepcionado por tibio y neoliberal. Ni ley mordaza, ni más derechos, ni freno a la especulación, ni a la voracidad de las oligarquías energéticas y bancarias, ni educación y ciencia ni nada que se le parezca a política de izquierda. Ni siquiera ha logrado que deje de hacerse partidismo desde las autonomías por parte de esos que no dejan de romper la unidad de España. Sí. Gente como Ayuso. Solo imagina que el Lehendakari vasco, al que la gente ni conoce el nombre porque no interesa, hiciera una mínima parte de lo que la marioneta de MAR está haciendo. Estarían los tanques por Valencia ya.
País.
Son tiempos cambiantes y de equilibrios diarios. Nadie conoce si se juega a desequilibrar, o si se conseguirá tirando todo abajo, a base de jugar con concepto que no deberían cuestionarse, al menos sin la calma necesaria y sin políticos capaces. Lo que hay no anima a nada, salvo el Gran Houdini.
La tan mencionada República, consiguieron fracturarla entre 1933 y 1934, políticamente. Y eso que había un estamento político muy notable. Faltó paciencia y sobraron los ánimos de la confrontación directa. Lo que no tiene perdón ninguno es el golpe de Estado de 1936. Por ahí debería empezar cualquier reflexión.
La violencia verbal de Casado era estremecedora. El que acusó al Gran Sánchez de tener las manos manchadas de «cal viva», fue Iglesias, que nunca pasó de capilla. Todo es revisable, pero hay que asumir errores.
Hospitalario, todo lo que está ocurriendo en el psoe no es asunto menor,la situación es muy seria como para plantearse convocar elecciones y que cada cual quede en el lugar que le corresponde.
La descomposición del PSOE y de su proyecto, por causa de un núcleo corrupto que se apoderó de las áreas sensibles del partido, es uno de los asuntos más graves desde el retorno de la Democracia. No van a salir bien de esta, ni el partido, ni probablemente el Estado, que es aún más preocupante.
Icono, tampoco ha tenido muchas oportunidades de actuar, teniendo en cuenta que cualquier iniciativa dependía de obtener el apoyo favorable de junts, entre otros. Con la aritmética parlamentaria, ya se intuía que habría muy poco margen para sacar adelante prácticamente nada de corte progresista, y eso es de hecho, lo que finalmente ha ocurrido.
No todo se puede fiar a la aritmética, porque los números son fríos, pero las leyes físicas no. Todo material, si se tensa por encima de su límite de resistencia, acaba fracturándose. Y eso es lo que ha ocurrido. Junts no pintaba nada en un conjunto mayoritariamente progresistas. Los del PNV son los magos de todas las ferias, y al final todos se conocen sus trucos.