El remolcador embarrancado


         Un remolcador embarrancó tras un temporal en 1949

     En 1949 no existía el puerto marroquí de Beni Enzar, por lo que los temporales azotaban más duramente las playas de Melilla. Toda esta línea de costa tenía continuidad hasta Cabo de Agua. Muchos melillenses recuerdan cómo desde la playa de La Hípica se iba andando hasta la denominada de Miami.

       El caso es que como toda ciudad marítima y con puerto, Melilla atesora decenas de historias de barcos hundidos, como el que se encontró al hacer la cimentación de Las Torres del V Centenario, o de barcos rescatados. Hasta ahora no habíamos tenido fotografías y no podíamos completar esas historias con el material gráfico, Sin embargo, un colaborador de El Alminar, nos está nutriendo y aportando fotografías de sucesos que ya nadie recuerda, como es este caso. 

       Sé que las fotos son de 1949 y como siempre, me las ceden con la condición de compartirlas con todo el mundo, cosa que hacemos con gusto, porque está en nuestro ideario. Lo que poseemos lo compartimos, lo que descubrimos lo divulgamos. Las fotos, como decía, son de 1949, no conozco la fecha, quizá si algún lector de «la nomenclatura», tiene la copia del Telegrama del Rif de ese año, podría aportarnos más datos sobre el remolcador embarrancado. Hay más fotografías, pero he seleccionado estas cuatro. La que he titulado como «colocación de escales», es muy curiosa, porque tiene detrás un barco hundido, en las inmediaciones de la playa de San Lorenzo.

            Las imágenes son muy parecidas a las del malogrado crucero Costa Concordia. Quizá esto ha motivado la suspensión de los viajes de cruceros a Melilla, dada la similar peligrosidad de nuestras costas con las de la isla de Giglio.

        También hemos aprendido una palabra nueva, halaje: «Transporte de materiales o cosas arrastrando, rozando o rodando por el suelo».

 

Las caleras de Melilla


Últimos restos de la industria de la cal,  en Melilla

  En diciembre de 2010 encontré este resto de una antigua calera en la calle Arroyo de Mª Cristina. Fue una sorpresa, porque no pensaba que quedasen restos de este tipo de industria. La verdad es que toda esta zona guarda nombres relacionados con canteras o con caleras, aunque se tiende a hacer desaparecer cualquier nombre con significado en Melilla. Hasta ese momento, desconocía el alcance del desaparecido sector industrial de Melilla, y que surgió tras los acuerdos con Marruecos en 1860. Casi toda Melilla desconoce estos aspectos de su pasado, porque casi nadie se ha encargado de conservar estos restos, o  de censar estas actividades, o si quiera de mencionarlas, en los libros «oficiales» de la supuesta historia de Melilla.

         Al menos en la pesca sí se ha hecho y se han fijado los nombres de los barcos de la flota pesquera, e incluso dicen que se prepara un libro relacionado con la historia de las familias de pescadores. Tienen que ser los propios interesados los que se encarguen de reconstruir p de salvar su propia historia, porque si no, nadie se interesará por ello.

         El caso es que en mis archivos tenía las fotos de la calera, pero no sabía como enfocarlo, por carecer de cualquier tipo de información al respecto. Sin embargo, y guiado sabe Dios por qué mano, me encontré con este artículo del empresario e interesado por temas culturales, Ginés Adán Avila, que resolvía todos mi problemas y que además, estaba ilustrado con la misma fotografía.

           Lo más sorprendente es que el artículo es de hace exactamente 20 años y el autor, se quejaba de exactamente las mismas cosas que yo, en síntesis, de que no hay el más mínimo interés por conservar estos restos del pasado industrial de Melilla. Con la «reaparición» del artículo resuelvo dos cosas. Publico las fotos de la caleras y rescato un artículo sepultado por el olvido.

          Nota: El artículo menciona una cosa interesante y es que esa zona de canteras y de caleras, podían estar  en uso desde mucho tiempo antes, quizaá desde época romana y árabe, que eran maestros en el uso de estos materiales. Sería una zona interesante para realizar excavaciones o documentar ciertos aspectos del pasado de Melilla

Melilla, monumento al Alzamiento Nacional, y III


El mayor monumento franquista de Melilla

       En cierta ocasión el Consejero de Economía Daniel Conesa, al que hay que agradecer el tono distendido y cordial  con el que suele hablar siempre, aunque no nos guste lo que diga, se expresó sobre este monumento diciendo que: «Se estaba estudiando un plan para eliminar la simbología  franquista del mismo».

              Creo haber demostrado ( con la ayuda de estas inigualables fotografías),  y, en mis siempre modestas contribuciones, que no es que el Monumento al Alzamiento Nacional tenga simbología franquista, sino que el monumento, en su totalidad, es un símbolo franquista, desde el pico del águila hasta su misma base, desde su concepción hasta su finalización. En cuanto a la autoría de Enrique Nieto, miembro activo de Falange, en la prensa de la época se decía solamente que el afamado arquitecto había supervisado los planos. No hay ninguna entrevista con el arquitecto, nada que destaque o precise cuál fue su contribución exacta, por lo que cabría deducir, que ni el propio Enrique Nieto estaba orgulloso de un Monumento realizado «por imperativo legal».

          El monumento al Alzamiento Nacional es un mamotreto que rompe la armonía visual de la avenida. El valor arquitectónico es nulo, el espaldón que representa al águila tiene forma de suelo de zapato, no tiene ninguna catalogación específica como Bién de Interés Cultural (fue lo que alegamos en el Juicio cuando fuimos juzgados por haberlo pintado de malva) y faltaría más, que se haya derribado el interior del Cine Nacional, que sí tenía esa catalogación, y se mantenga este adefesio, basándose en los mismo que no alegaron para permitir la demolición del interior modernista del hoy Teatro Kursaal.

     Pero sobre todo, lo peor, lo que resulta sumamente ofensivo, es el motivo por el que se erigió ese monumento en ese lugar, que fue el de hacer olvidar para siempre la memoria del Café La Peña y de su último arrendatario, el concejal republicano Julio Caro de Córdoba, asesinado en los últimos días del mes de julio de 1936.

                       Las fotografías

   Concluyo hoy la selección de 12 fotografías de las 70 que me proporcionaron sobre la inauguración del monumento. Son fantásticas, un auténtico tesoro para la historia de Melilla. Es una lástima que apenas tengamos fotos de la Melilla republicana, de su vida, de sus acontecimientos, de sus actos conmemorativos, infinitamente más festivos y populares que éste, en el que se nota en cada instantánea que  todo es forzado.  Una compañera de trabajo me comentaba que las mujeres le recordaban a la serie «Amar en tiempos revueltos» y es que es eso precisamente. Las fotos de las mujeres me parecen fantásticas, por eso coloco hoy dos más como despedida.

   Nota: En la fotografía de la 2ª entrada, el militar que aparece entre los dos Rafaeles (Álvarez Claro y García Valiño), es el General Bartomeu, que había llegado unos días antes.

Melilla, monumento al Alzamiento Nacional (II)


 

            La leyenda de los  rafaeles

          Rafael Álvarez Claro era el omnímodo Alcalde de Melilla, Rafael García Valiño era el Comandante General. Decían en aquella época que todo lo que pasaba en Melilla lo decidían «los rafaeles», los dos mencionados, aunque otros comentarios sitúan en tres a esos poderosos rafaeles, que no eran precisamente ángeles protectores.

          Todo se preparó con detalle aquel 20 de julio de 1941, para la solemne inauguración del que es el gran monumento fascista y franquista de Melilla. Desde el desfile de gigantes y cabezudos, estos son los originales, hasta la bendición del Monumento. Hubo desfiles (Falange, Sección Femenina y La Legión),  e incluso verbena popular a la que había que acudir con un riguroso protocolo. La verbena se celebró en el Parque Hernández, al que solo se podía entrar por la zona de la Plaza de España y para salir solo se podía hacer por las puertas laterales. Una vez recogido el tiket de entrada se tenía derecho a una consumición y a un bocadillo.

             Se publicaron unas severas normas que aconsejaban tanto una vestimenta decorosa, como la manera de comportarse. Está claro que no se fiaban de la gente, no confiaban en el pueblo. Como dijera Unamuno, vencieron pero no convencieron a nadie y eso se nota en la actitud de los notables. La abundante presencia de uniformados, incluso entre el público asistente, buscaba entre otras cosas, la sensación de vigilancia permanente, casi de acoso, sin el casi. 

         Pese a todo, sorprende la alegría y las ganas de pasárselo bien de la gente, intentando olvidar por un momento, la escabechina humana que habían organizado en Melilla todos esos que están en las fotografías. La foto con los cabezudos es muy interesante. Por esta vez no voy a poner ni los nombres de las autoridades, ni los discursos. Quien quiera leer todo eso tiene a su disposición la hemeroteca de El Telegrama del Rif en la Biblioteca Pública. Aquí solo me interesa el paisaje humano, el rostro de las personas, en amplio y notorio contraste con el de las autoridades.    En ese momento de 1941, 4000 melillenses habían pasado o estaban presos en el campo de concentración de Zeluán. La gente fue forzada a asistir, pero pese a todo intentaron pasarlo lo mejor posible. El clima de amedrentamiento era máximo y la actitud arrogante de algunas autoridades, militares y falangistas es notoria. Pero de todos, me quedo con el inigualable posado de Rafael García Valiño, junto al otro Rafael, su homónimo y Alcalde de Melilla.

Melilla, monumento al Alzamiento Nacional (I)


 

                         20 de julio de 1941: La inauguración

  Estética y conceptualmente es un monumento indefendible, por mucho que el proyecto lo firmara Enrique Nieto (se derriban casas suyas cada día en Melilla). Sólo tiene valor el grupo escultórico, cuyo autor fue el melillense Vicente Maeso y es lo único que merece ser conservado. El resto del monumento, además de feo, es una ofensa, porque está erigido sobre el lugar que ocupaba el Café La Peña, lugar de reunión de obreros, clases populares y gentes de izquierdas durante La República. El mamotreto monumental pretendió desde el primer momento, sepultar la memoria del emblemático Café, testigo de innumerables acontecimientos históricos de Melilla.

           En un principio, las autoridades franquistas pretendieron refundar el cafetín, aunque con su nuevo concepto ideológico y político. Lo llamaron «Nueva España», pero fracasó rotundamente. La razón del fracaso fue muy sencilla, pues habían matado o encarcelado a toda su clientela. Así pues, el nuevo cafetín, aunque ya cerrado, les seguía recordando el pasado y optaron por demolerlo y sepultar así cualquier vestigio de la memoria.

       Nunca supieron como llamar al mamotreto. He leído varias denominaciones: De La Victoria, Al Ejército, pero ninguna realmente válida. La pervivencia de la placa que señala la fecha «17 de julio de  1936», hace que opte por denominarlo como monumento al Alzamiento Nacional, pues fue inaugurado un 20 de julio de 1941, precisamente en el 5 aniversario de la efeméride.

          Para el evento, la avenida fue cubierta de flores, el monumentazo envuelto como un paquetito sorpresa y contó con la voluntaria y obligada presencia de toda la ciudad y de sus autoridades más ilustres. En un principio quisieron inaugurarlo el 17, y adelantarse nuevamente al discurso de Franco el 18 de julio, pero tras las órdenes oportunas, aceptaron el retraso al día 20. Siempre por detrás de Franco, eso fue Melilla en el franquismo.

         Nota: La fotos, cedidas por un colaborador de El Alminar, son inigualables y el ambientazo, realmente festivo. La foto del grupo de mujeres, entre las que muchos reconoceran  a sus madres, abuelas o tías, es maravillosa. En las fotografías aparecen establecimientos desaparecidos como la farmacia Bernardi o el bar Imperial, en la esquina de lo que hoy es Banesto.

Fotos antiguas y desconocidas de Melilla, V


                         La autoría de las fotos

  

      Me cuenta un amigo, Dani JSR , experto fotógrafo y muy entendido en fotografías antiguas, que cree que pertenecieron  a Arístides, un fotógrafo que vivía en la calle Bustamante del barrio del Hipódromo. Dejo aquí constancia del dato, porque siempre hay que reconocer la autoría. En cualquier caso he divulgado desde El Alminar 20 fotografías, sumadas las de Calvache y la inauguración del antiguo Grupo Escolar de García Valiño, que creo que han contribuido ampliamente a la difusión libre de nuestro pasado, secuestrado en amplias zonas, en ya olvidados expolios de desaparecidos archivos y bibliotecas de organismos e instituciones oficiales.

       Nota: en la foto que he etiquetado como plaza de toros y resto de San Lorenzo, se observa en la parte superior, la mezquita de la calle Querol, o del Habbus, con la antigua techumbre, destruida por un rayo en la década de 1980.

             http://fotohistoriamelilla.blogspot.com/

Grupo escolar García Valiño. Fin


          El día de la inauguración, 19/03/1942

    La crónica de la inauguración fue escrita (en El Telegrama de Rif) por el falangista y cronista oficioso del franquismo Julio Martínez Abad. La 1 piedra se colocó el 6 de enero de 1941 y cualquier dato estaba lleno del significado que las nuevas autoridades querían imponer a los nuevos tiempos. Los niños iban disfrazados de «flechas y pelayos», algo así como las centurias infantiles de Falange, además, y había unos niños específicamente vestidos de flechas marinos. El Comnte. Gral de Melilla, Rafael García Valiño, llegó acompañado por sus ayundantes oficiales: Vara de Rey, Pesquero y Córdoba.

            En el  patio del colegio, que se ve abarrotado en la fotografía, estaban tanto los niños y vecinos del barrio, como los de otras partes de la ciudad, pues el día 19 de marzo era festivo en el franquismo. Era la alternativa franquista al 1º de mayo.

            El clero estuvo representado por el Canónigo Magistral de Málaga Victorino García, Sebastián Carrasco como Vicario de Melilla y bendijo el colegio el párroco del Ave María Sr. Estrada, Al frente de la Sección Femenina de Falange estaba Matilde de La Guardia. El primer director del Grupo Escolar fue el también Inspector de 1ª enseñanza Sr. Serrano. El número total de alumnos en su inauguración fue de 350 y al término del acto se repartieron galletas entre todos los niños presentes. La obra física del Colegio iba firmada por el arquitecto municipal Enrique Nieto y Celestino Roselló como contratista.

    En los discursos, plagados de referencias patrióticas y heroicas a los tiempos del Cid y similares, destacaron, por su rencor, las siguientes palabras de García Valiño: «celebramos hoy la paz y la reconstrucción, de cuanto destruyó la horda marxista, que arrancó la fe religiosa a los maestros, que quitó los crucifijos de las escuelas (el tono recuerda a algunos de los tiempos actuales), y más tarde llevo a los niños a aquellas formaciones, que eran verdaderas mascaradas y paso forzado al crimen y la vesania del frente Popular».

          Al final  y como siempre: Padrenuestro, Cara al Sol e Himno Nacional brazo en Alto.