Las caras que ya duermen
En el mundo actual, todo lo que existe tiene su categoría y sus siglas. Si hay algo que atraviesa todo El Alminar, desde su mismo inicio son las ruinas de los edificios, las demoliciones, los derribos, el deterioro incesante, incluso hasta la situación de peligro para los peatones, para los residentes. Ha sido y es una constante.
Hemos visto caer todo y de todo, sin importar la atribución o la importancia histórica del edificio. Los edificios han caído al suelo de todas las formas posibles, empujados por todo tipo de fuerzas, incluida la de la gravedad. Sin embargo esta última no tiene la misma categoría, al saber que es una constante universal.
No ha valido la pena advertir con antelación, ni denunciar el estado oculto de ruina bajo una apariencia engañosa, ni anticiparse a los hechos. La única consecuencia visible de esa anticipación ha sido la de acelerar el proceso del derribo. La lista oculta de edificios en estado de abandono y ruina ocupa varios centenares de folios. Se trata de una senda administrativa perfectamente marcada, en la que nadie se salta un solo paso.
Una de los barrios con más inmuebles cerrados y en estado de ruina acelerada es el del Carmen, situado por detrás de la calle López Moreno. En 2016, el año del terremoto transitamos por sus calles y mostramos el lamentable estado de los edificios. Han pasado 4 años. El deterioro también se abona.
Entre todos los inmuebles, algunos singulares, destacaba uno por su visibilidad (en la calle Cánovas del Castillo) pues por esa escalinata descienden el trono de la Soledad cada año. Escribimos de él en pasado, porque aunque todavía está en pie, su situación es ya de irremisible condena. El peligro de desprendimientos de elementos de la fachada es tal, que ahora han decidido acotar el entorno y advertir de su peligrosidad. Nada ni nadie puede evitar ya este derribo, como tampoco el del edificio situado en la esquina, a solo unos pocos metros. Ya nada puede evitarse.
La situación en la zona delimitada por las calles de López Moreno, avenida de Castelar y Castellón de la Plana es desastrosa, incomprensible es una ciudad que ha gestionado centenas de millones de euros en los últimos 20 años. Las caras que adornan todavía la fachada, han cerrado los ojos para no ser testigos de su propia decadencia, que también es la de la ciudad.
Nota:https://elalminardemelilla.com/2016/04/22/el-barrio-del-carmen/