Lorca en Victoria Grande


«De noche el mataron al caballero, la gala de Medina, la flor de Olmedo» Lope de Vega

Hay asesinatos que atraviesan los siglos, el de Lorca en el Barranco de Viznar es uno de ellos. Le mataron por muchas cosas y en realidad por nada, es como dice Francisco Umbral en Lorca, poeta maldito, un asesinato superfluo. Sin embargo, en la introducción de Ian Gibson, recalca el compromiso político de Lorca con La República y con las clases populares frente a las oligarquías. En España, aunque no se pertenezca a ningún partido político, tomar determinadas actitudes o posiciones, ya es comprometerse.

A Lorca, que pudo alcanzar a Lope o a Shakespeare, se le mató por muchas cosas. Él era un espíritu literario libre y puro, que nunca imaginó que nadie pudiera matarle, por motivos tales como la envidia (familiar, personal, política): «Lo que en otros no envidiaban, ya lo envidiaban en mí», escribe en la muerte de Antoñito el Camborio. Escribe Umbral: España es un país de envidiar a los primos, a los hermanos, a los primos-hermanos. El español envidia al prójimo como a sí mismo. Federico García Lorca <viva moneda que nunca se volverá a repetir>.

«España sempiternamente inquisitorial. España es Bernarda Alba, pero Federico no escapará al trabucazo de Bernarda alba, como escapó Pepe el Romano»1 .

La noche de Lorca con Sibila Teatro

La pandemia ha obligado a buscar lugares al aire libre para las representaciones culturales y teatrales. Ceres Machado y el grupo de Sibila Teatro recoge la mejor tradición teatral melillense de la asociación Tallaví (Cesar Jiménez y Jesús Arrarás), de Concord (Jose Mª Antón y Teresa Jornet), Teatro Arrabal (Antonio Caparros) de Bombalurina, y tantos buenos actores, actrices y artistas que han surgido en la tierra melillense.

Un grupo magnífico de actores, en un escenario insólito, los fuertes de Victoria Grande (antigua prisión de Carlota O’Neill y de tantos ) y de Victoria Chica. Lugares de sufrimiento y memoria, el punto desde donde se trazaron los límites de Melilla en el siglo XIX. Allí, en tres estaciones, el público asistente asistió y participó de una muy original puesta en escena, que incluía el propio traslado de los espectadores. Alejandro Vergara, María Vilches, Sara Ahmed, María Mansilla, Irene Flores, Manu Arrarás y todos los que formaron el elenco que representó «A solas con Lorca».

Nota: 1 Francisco Umbral, Lorca Poeta Maldito. Austral, 2007

La restauración de Victoria Chica


 

                 Victoria Chica ya solo es un torreón, un foso, y algunas dependencias internas, poco más que el resto de un fuerte. Hubo un tiempo en el que se creyó que desde sus muros se disparó el famoso cañón Caminante, pero esa fue una falsa creencia que deshizo el historiador melillense Antonio Bravo (1). Así pues, afirmar que se está en contra de la rehabilitación del fuerte de Victoria Grande porque desde él se defendió la españolidad de Melilla, es un argumento falaz y de una gran ignorancia histórica.

                 Victoria Chica no corre riesgo alguno de derrumbe, y aún teniendo su importancia histórica, no resulta muy adecuado que se gasten en él casi 3 millones de euros, en una presunta rehabilitación. El lugar podría ser conservado y mantenido con la décima parte de esa cantidad, pero en nuestra ciudad se utilizan argumentos de «estado de guerra política», con afirmaciones tan impropias como la que hemos mencionando.

                 En Melilla hay una apariencia de gestión, al igual que existe una sensación de inseguridad. Los barrios de la ciudad se vienen abajo, las plagas de insectos y roedores asolan toda la ciudad. Hay muchas carencias  en los barrios, en Sanidad, en Educación, en Transportes, en Empleo, lo que convierte en un desafuero ese injustificado y desmesurado gasto.

               Además, visto lo ocurrido en Victoria Grande, hay muchas objeciones históricas que hacer acerca de este tipo de rehabilitaciones, que más parecen falsificaciones históricas. Victoria Grande ha sido desposeído de su carácter de fuerte militar, y del de prisión política que mantuvo a lo largo de tres siglos. Ahora solo es un espectáculo lumínico en el que es imposible averiguar su pasado. Se elimina la piedra original, se recubre todo de piedra artificial y se laminan los vestigios históricos.  En Victoria Chica, más que en ningún otro lugar, hay vestigios de épocas anteriores que no mencionaremos para no provocar su eliminación.

          Comprometer un gasto de 2.763.900 euros, con recursos propios de tesorería, con un más que posible recurso a préstamos bancarios, en una ciudad en la que siguen existiendo barrios como el del Poblado legionario, con infraviviendas, con tejados de uralita (amianto), es casi inaceptable. Toda la oposición se abstuvo en la votación de semejante despropósito y por ello fueron increpados por el Gobierno de la ciudad. Debieron votar en contra, porque ejecutar proyectos así, descartando necesidades prioritarias de barrios y de personas, no es algo que puedo contar con el refrendo de nadie. Es una huida más en el camino de la irrealidad y los proyectos megalómanos, en los que parecen haberse instalado aquellos que nos gobiernan. Victoria Chica merece ser conservada, pero no a ese precio ni en este momento.

        Eso sí, desde Victoria Chica se contemplan las mejores vistas de la ciudad, pero una vez restaurado hay que conservarlo, y eso es lo que no se sabe hacer en la ciudad, salvo cerrarlo a cal y canto.

Nota: (1)http://patrimonioculturalmelillense.blogspot.com.es/2010/05/precisando-el-punto-cero-de-melilla-la.html