Palmeras en salmuera


             Todo esto que conocemos como Parque Hernández era el mar, en los tiempos remotos. Mucho antes de que nadie pensara en vivir aquí. El cercano cerro de San Lorenzo marcada uno de los puntos de la bahía natural de Melilla, un verdadero delta de la cuenca del río de Oro (imposible saber de dónde salió este nombre) y sus afluentes.

             Para hacer el vecino aparcamiento subterráneo de Isla de Talleres tuvieron que desecar hasta casi el mismo centro de La Tierra, porque en este suelo, compuesto de antiguos lodos y depósitos fluviales, en cuanto se excava, aparece el agua, con un alto índice de salinidad. No es agua dulce.

            La plaga del picudo rojo dejó demasiados huecos en el centenario parque, del que hemos encontrado una fotografía anterior al «fuentismo», una de las dos plagas que han caracterizado el desarrollo urbanístico de la ciudad en las dos últimas décadas. En la fotografía se puede apreciar el primitivo emplazamiento de la estatua del doctor y naturalista Félix Rodríguez de la Fuente. La fotografía está firmada por Trainspotting y podría proceder del infausto foro de Infomelilla, la caída plataforma digital de información. También hay otra fotografía reveladora de la anterior frondosidad del parque, cuando tenía un arbolado más natural y acorde con un parque urbano.

            La palmera resulta un árbol socorrido y resistente en un medio agresivo y salino.

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Repoblando el Parque Hernández


           Esta mañana se procedía la talado y serrado de una nueva palmera en el centenario Parque Hernández. Si se buscan fotos antiguas de este lugar, se puede comprobar que lo que era una gran espacio verde se ha reducido de manera apreciable a lo largo de un siglo de existencia. El antiguo parque central de Melilla era mucho más frondoso y umbrío.  Se ha cambiando mucho su fisonomía y carácter.

             La plaga del picudo rojo sigue acabando con las palmeras melillenses más antiguas. Junto  al serrado de la palmera seca se ha reiniciado el vaciado de los  alcorques de palmeras ya taladas, para sembrar o plantar otras nuevas. Hay demasiado sol en este parque, en el que apenas quedan tres o cuatro rincones con sombra. Los años de feria, que se prolongaron más de una década, han pasado factura al arbolado y a la vegetación del parque.

            Hace unos años, con un coste muy oneroso y un resultado no demasiado llamativo, el parque fue reinterpretado con cargo a los fondos FEDER (Fondos Europeos de Desarrollo). Se instaló una placa ya completamente borrada, y se incorporó el entorno a la Red Europea de Parque y Jardines. El aparato propagandístico funciona muy bien, pero la realidad, presidida por la desidia supera cualquier intención, ya sea buena o mala.

        El arbolado de Melilla está en muy mal estado. los parques están mantenidos a duras penas. Todo tiene una pátina de abandono y de descuido. hace falta una renovación total. Caen las palmeras, los árboles, las placas. Esto es el centro de la ciudad. Con la proximidad del verano y la llegada del calor, el parque Hernández se convierte en un lugar solariego. Se transita por los márgenes, casi nunca por el centro. Hemos visto placas romanas aparecer tras dos mil años enterradas, con los caracteres más legibles que la de la refundación del parque, a solo cinco años de su instalación.

Nota:(1)https://elalminardemelilla.com/2012/07/13/2012-odisea-en-el-modernismo/ ;(2)https://elalminardemelilla.com/2015/11/18/sodoma-y-gomorra-en-melilla/

En cuarentena contra el picudo rojo


La plaga del picudo rojo asola el palmeral melillense

          Oficialmente no se ha reconocido nada, pero Melilla está «en cuarentena» contra el picudo rojo. Cada días se ven más palmeras descopadas, o con las capuchas de plástico. En el Parque Hernández se empezó con tres palmeras afectadas y hoy ya superan la docena. El picudo rojo ha recorrido la ciudad entera, hasta su extremo final en la calle Andalucía, que es la más alejada de las que hemos visto afectada por esta plaga, no reconocida porque en nuestra ciudad no hay plagas de nada, ni siquiera de roedores o insectos.

           Hemos visto todos los jardines con palmeras y es un hecho que el picudo prefiere un determinado tipo de palmeras, pero también, como leímos en un enlace de La Junta de Andalucía, una de las causas que extiende su avance es «las malas podas», o las podas a destiempo, llevadas a cabo sin orden ni concierto. Pues bien, en aquellos jardines, públicos o privados que llevan años sin ser podados, no hay una sola palmera afectada por este mal. Las podas, si no son rigurosas, desprotegen al árbol, la palmera en este caso,  de sus defensas naturales. Así pues, pensamos que esas malas podas, han podido contribuir a la extensión total de la plaga, que ha llevado a decretar la cuarenta del palmeral, por parte de la enmudecida Consejería de Medio ambiente. La Consejería está enviando cartas con instrucciones a todos los organismos públicos que tengan palmeras en sus jardines, con instrucciones para detectar la presencia de este dañino insecto.

La llegada del picudo rojo


 

               El picudo rojo ha llegado a las palmeras melillenses. Cada vez son más las afectados por este insecto, originario del sudeste asiático. En Europa fue detectado por primera vez en Almuñecar en 1995. Al parecer empieza afectado a palmeras de cierto tamaño, muy antiguas, mal podadas, según informa un muy interesante página de la Junta de Andalucía, que explica cómo detectar el mal y cómo actuar contra el mismo.

             En el Parque Hernández son cada vez más las palmeras a las que se les ha podado la corona, y que están cubiertas por el clásico capuchón de plástico.  El desprendimiento de las ramas secas, de gran peso y desde gran altura, puede suponer un grave riesgo para las personas. Aunque hay otro peligro aún mayor y es que se pudra el tronco, se seque y este se parta y caiga. Las palmeras son muy flexibles, pero si están secas en su interior o podridas por la acción del picudo rojo, pueden partirse y caer.

               En la parte del parque más cercana  ala plaza de España, hay ya varias palmeras afectadas por este mal. Se les ha desmochado la corona y la tienen cubierta con plástico. Junto a una de estas palmeras, hay otra muy esbelta e inclinada, que parece haber superado el límite de la verticalidad. La exagerada inclinación empieza en el primer tramo del tronco, justo en su parte más delgada. El tronco de la palmera parece bastante seco en esa parte. Ya se cayeron y partieron en primavera dos pinos en el parque Lobera. Ha ocurrido en los parques de Madrid.

Nota: http://www.juntadeandalucia.es/agriculturaypesca/portal/areas-tematicas/agricultura/sanidad-vegetal/plagas/picudo_rojo_palmeras/