El corazón en llamas de Servitas


 

                Los santos fundadores de Los Servitas fueron 7, eso dice la leyenda. No hay constancia real de quienes fueron, aunque figuran algunas relaciones de nombres. Se reunieron o encontraron en Florencia, en 1233, en la misma ciudad que dos siglos después conociera la predicación del dominico Girolamo Savonarola. Frente a la lujosa y lujuriosa vida de la ciudad, vicios a los que no era ajena La Iglesia, surgieron un grupo de varones virtuosos que hicieron de la ejemplaridad, de la austeridad (sin los excesos franciscanos)  y de la modestia, su regla máxima. Su vocación era la de ser «servidores de la Virgen María».  Más tarde, algunos años o siglos después, surgió la devoción de «los 7 dolores de María», que acabó quedando incorporada al culto «servita», constituyendo finalmente su divisa.

         Una profecía  recogida por el evangelista Lucas y dirigida a María, será el emblema de este singular culto: Y a tí misma, una espada de dolor te atravesará el alma. El estandarte de los servitas refleja un corazón en llamas atravesado por una espada.  Todas estas cosas e historias son fáciles de buscar y de encontrar. Nosotros tenemos que contar cosas nueva o el por qué de las mismas.

                                Una trinidad singular

                        En 2006, Pepe Vacca, identificó los tres puntos esenciales de su creencia y que se encontraban en la ciudad de Málaga. Fue la primera vez que escuché hablar de estas cosas. Esa «trinidad» estaba compuesta por el Cristo de Mena, El Cautivo y la Virgen de Los Servitas . Este año he podido completar los tres vértices de ese triángulo equilátero, en el que ninguno de sus lados tiene mayor importancia que el otro.  En el caso de Servitas se dio la circustancia de que pude visitarla en el Viernes de Dolores, en su sede canónica de parroquia de San Felipe Neri.

                          Ocurre casi siempre, que una cosa tiene su origen en otra y luego esta a su vez se prolonga hacia un lugar distinto. La entrada de la devoción de los servitas en España, tiene su punto de arranque en la recristianizada Sevilla, la segunda gran capital del islám hispano después de Córdoba. Málaga habría de esperar todavía dos siglos para iniciar su andadura por la senda del cristianismo. Este hecho, me decía un experto, explica la rivalidad religiosa entre las dos mayores ciudades andaluzas. El exceso de los cultos de Sevilla rivalizan con la inmensidad de los tronos de Málaga.

                             Melilla, una virgen que primero fue servita

                         La llegada de la Virgen de La Soledad en 1950, se llevó a cabo bajo la inspiración y la austeridad de las cofradías servitas de Málaga y Sevilla. La primera se venera en la parroquia de San Felipe Neri y la segunda en la de San Marcos Evangelista. La más sobria y austera de todas en la malacitana, que procesiona sin ningún tipo de exorno y ni siquiera cuenta con el apoyo de la Banda de Música. Solo oración, Fe y velas orlan a Los Servitas malagueños. En Melilla el carácter sobrio de esta cofradía desapareció con la suspensión de la Semana Santa en 1974. La refundación de La Cofradía de La Soledad en 1981, la dotó de un significado diferente, aunque no ha llegado a desvincularse completamente de su carácter originario. Hace años encontré unas viejas estampas de 1962, que expresan perfectamente ese carácter austero.

                         Como ya he escrito, este año pude completar ese viaje ritual del que me hablara Pepe Vacca, en el único año en que pude conocerle, pues falleció en 2007. En el Viernes de Dolores, en la iglesia de San Felipe Neri, pude ver la afamada y sobria talla, que se encontraba desplazada de su altar y situada a la altura de la vista. Es el único momento en el que se puede contemplar a esa distancia. Allí mismo, fotografié a parte de los integrantes de La Congregación o Hermandad de Los Servitas. No promueven el culto a la personalidad y sus nombres no son tan conocidos y significados como los de otros Hermanos Mayores de otras cofradías. La única recomendación que me hicieron fue la de fotografiar su estandarte, al que calificaban como auténtica obra de arte, y que representa el «corazón en llamas traspasado por la espada».

Nota: http://www.es.catholic.net/santoral/articulo.php?id=621