Parques infantiles en Melilla


                     Cuando el peligro está en el suelo

    El Parque infantil del Barrio de La Victoria está absolutamente vetusto. Hace más de un año lo escribimos en El Alminar. Las atracciones infantiles son metálicas, algo ya absolutamente prohibido. Sin embargo, son de buena calidad, porque pese a los años, no presentan signos claros de oxidación. Todo lo contrario de la ferralla con la que se realiza el mobiliario urbano melillense, que pese a su reciente instalación, menos de 5 años, se deteriora y oxida con gran rapidez.

        Sin embargo, el peligro de este parque infantil está en el suelo. Esta niña, llamada Nour, se cayó el pasado lunes y se ha dañado el brazo, presentando una fisura ósea que precisó de atención medica hospitalaria. Las baldosas de goma, de más de 20 años de antigüedad, están totalmente endurecidas y deformadas, formando salientes y escalones con los que tropiezan los niños y se caen. La dureza del suelo y su mal estado, provocan tremendas erosiones en la piel, y en algunos casos, como el presente, fisuras óseas.

                         ¿Seguros de usuarios de los parque infantiles?

        Cualquier contingencia que le ocurra a un ciudadano en las vías públicas, y cuyas causas  sean el deficiente estado de mantenimiento y conservación de las mismas, tiene al Gobierno de Melilla como responsable civil subsidiario. Eso sí, las reclamaciones a las que se tengan derechos deben ser presentadas en los plazos y formas exigidos por la Ley vigente. Ya hemos escrito 70 veces 7 veces, que inaugurar es muy bonito, pero que la verdadera batalla se encuentra en el día a día, en el mantenimiento de las cosas, que es lo que no parece hacerse en nuestra ciudad, en el modo en el que la abundante cantidad de dinero de nuestras arcas públicas, lo exigirían.

     Nota: (1) https://elalminardemelilla.com/2011/09/25/parque-infantil-arcaico/; (2) https://elalminardemelilla.com/2012/01/11/la-torre-herida-por-el-rayo/

 

3 comentarios en “Parques infantiles en Melilla

Acostúmbrate a sufrir con paciencia las contrariedades, a escuchar en silencio lo que desagrada, a estar sosegado entre los turbulentos y a permanecer tranquilo entre el estrépito del mundo.

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