Pocas cosas hay tan sencillas como una orquesta de flautas. En muchas ocasiones, lo sencillo resulta lo más hermoso. En ocasiones como esta, uno piensa que hay razones para seguir manteniendo la esperanza. En medio de la zozobra reinante, un grupo de aspirantes a músicos, interpreta una sencilla y melodiosa canción en el Teatro Kursaal, antes Nacional. Una melodía muy pegadiza, muy bien interpretada, con ritmo e intensidad. Hubo otras más, con instrumentos más sonoros, con la múltiple gama de sonidos que proporciona la orquesta. Sin embargo, la sencillez de esta orquesta resultó cautivadora. Son parte de los alumnos y alumnas del Conservatorio de Música de Melilla. Todos merecen este reconocimiento sonoro y visual.
Merece la pena el reconocimiento a su trabajo y resaltar como dices, la esperanza que representan, que también existe y es tan difícil de ver.
Por supuesto, Isa, son la parte más importante de nuestra sociedad, la parte más sensible, y también representan, como bien dices, la mejor esperanza para el futuro.
PD. Creo que el tema de los videos en el blog es algo nuevo.