La Inspección Técnica de Vehículos (ITV) es una obligación, pero en Melilla es un tormento. No se sabe porqué razón, en nuestra ciudad, los negocios más rentables son monocultivos. No hay opciones o alternativas para elegir. Hay un solo taller para pasar la inspección de vehículos y ni siquiera hay tentativas para que otra empresa o taller instale otro lugar donde pasar de modo más cómodo esta inspección obligatoria.
La actual inspección mejoró la anterior, pero no nos ha sacado del infierno. Está en un lugar infernal, en un emplazamiento de tráfico endiablado, en donde apenas se puede circular para llegar hasta el lugar en donde se pasa la ITV europea. Una vez dentro, esperan al menos una o dos horas de estancia en un apeadero inhóspito y ardiente. El lugar es enfermizo, tanto para los usuarios de vehículos, como para los trabajadores. Las condiciones son pésimas, imaginamos que los beneficios irán en la dirección opuesta. En la Melilla sin opciones, sin nada que nos aproxime al mundo que existe más allá de la ribera norte del Mediterráneo, no queda otra opción que la de las lentejas. Nadie protesta, nadie denuncia nada. No se investiga nada, ¿para qué?, si no hay alternativas. Pasar la ITV en Melilla es una experiencia inolvidable