El escombro es el desecho, broza y cascote que queda de una obra de albañilería o de un edificio arruinado o derribado, según la Real Academia de la Lengua Española. La producción de escombros es la principal actividad industrial de Melilla, hasta tal punto, que la gran escombrera, verdadera obra magna del último decenio en nuestra ciudad, después de la realización del nuevo paseo marítimo, está ya al borde del rebosamiento.
Raro es la semana en que no se derribe un edificio, o surja una nueva montaña de cascotes en alguna parte de Melilla. El vicio por la producción de cascotes llega hasta tal punto, que obras recién inauguradas como las nueva barandillas y acerado del puente de Las Minas del Rif, registran ya una zanja, no sabemos si para realizar una reparación que no se tuvo en cuenta durante los 6 meses que ha durado la obra, o por la necesidad de producir más escombros. Las malas lenguas melillenses, contaban que no se le daba importancia al aumento constante de material derribado, porque se contaba con él para la cimentación de la ampliación del Puerto de Melilla., aunque otras versiones apuntaban a que ni derribando entera la ciudad, se conseguiría rellenar esa superficie, por lo que nos veríamos obligados a comprar miles de camiones de material de relleno y sedimentación.
Lo que hoy vemos puede no estar mañana. Los edificios caen de una semana a otra. Sin recuerdos no somos nada, y caminamos hacia un mundo sin memoria. Las huellas del pasado se aniquilan con cada guerra. Desaparecen todo tipo de restos que nos vinculan con el pasado. Lo mismo sucede con las ciudades, aunque a pequeña escala, con las comunidades, con las personas. El arraigo desaparece porque casi nada es como fue, como lo recordábamos, al menos aquí, en Melilla, donde ya casi nada es reconocible.
Los escombros se acumulan, todo se colmata. El estado de ruina es inmenso. Aumenta sin parar. No ha habido una gestión integral de la ciudad en esta última década. El desorden en la construcción es completo. Asistimos impasibles a la labor melillicida.
uy como te lea caravinagre, ese que piensa que es un ser superior porque, claro, si se compara con su jefe y el otrora delfín, pues es premio nobel… Ah, sí que te lee. Luego en redes sociales, a esas a las que tanto se dedican, desahogados ellos, los componentes del desgobierno, dice que no te lee nadie. Pero confunde deseos con realidades. Para él, estas últimas se concretan en una sola palabra-concepto: cemento. De tal tienen la cara, por cierto.
Gracias por el «soplo».
Cara vinagre?
Más listo y se cree superior?
No caigo…
No será… uno muy simpático y con mucho don de gente?
Así pues, ellos van por ahí diciendo que el Alminar no se lee. Esa soberbia acabará volviéndose en su contra.
La cifras del Alminar desmienten cualquier afirmación maliciosa. No solo se lee El Alminar, sino que además crea tendencias y provoca modificaciones. en cualquier caso lo importante no es cuántos leen, visitan o comentan el blog a diario, porque hay muchos días en los que no se escribe o los temas no están relacionados de directamente con Melilla.
Lo importante, pero eso no lo entenderán nunca, es la credibilidad y a cuantas personas se puede alcanzar en un momento determinado, como las 6700 visitas del artículo sobre el cierre de la Clínica de Remartínez.
Salvo la zona escaparate en donde actúan y tiran dinero de modo permanente, la ciudad está como se ve en las fotografías, e incluso mucho peor.
Han sido 15.900 visitas en enero.
Qué quieren dejar de la calle San Miguel? Fue la calle principal de la Melilla primitiva. Derribos , espacios borrados por la piqueta municipal , es lo que vemos. P…desgracia de gobierno incompetente.
Lo están reduciendo todo a la nada.
Conocí la Melilla de los años cincuentas, cuando estaba en todo su esplendor, en esa época no se producía escombros era la Melilla brillante que no necesitaba medios económicos externos, tenía la pesca con barcos de toda la península, las dos fabricas de conservas por cierto la de Dassori una de las más antiguas de España se fundó en la década entre el 1900 y 1910, y todos los saladeros, de todo eso emergió el Barrio Industrial, el trafico del puerto que toda la mercadería que entraba en esa parte Marruecos pasaba por el, el puerto mineral unos de los mejores de Europa y todo el comercio derivado de lo mismo, la gente que se iba a trabajar la semana entera a las minas del Rif y volvían el sabado a la noche a su Melilla, todo eso desapareció ahora si se mantiene es gracia a la aportación del gobierno central que por cierto se va en los sueldos de los funcionarios el sesenta por ciento de la población activa, llevo casi sesenta y tres años fuera de ella y me sigo acordando y le sigo dando vuelta a la cabeza que llegará a ser de de ella nuestra Melilla. Pido disculpas por mi disertación y un saludos para todos y sobre todo para ti Hospitalario y gracias por tu labor.
La obra del Puente del Mineral no duró 6 meses… han sido 10, de febrero a diciembre.
Qué mas da. Melilla hace tiempo que está hecha un desastre. Hay calles y lugares que parecen una escena de guerra. Estamos abandonados.
Una última década de gestión desastrosa. Se puede acabar con una ciudad, Melilla. Se puede acabar con un país, Venezuela.