El largo regreso a casa


                                             Bienvenidos a Melilla

                       Dijo hace ya mucho tiempo un hombre sabio que: «A Melilla se entra pero no se sale», a lo que podríamos añadir, por completar tan extraordinaria frase que «una vez fuera, es igual de complejo el regreso».

                      Durante 10 días, los/as alumnos/as del Instituto Enrique Nieto han estado en Londres junto con sus profesores, en uno de los viajes del proyecto British que viene desarrollando desde hace varios años. Es una labor encomiable irse con 60 niños y niñas a pasar tal cantidad de días en la capital inglesa, en una visita repleta de contenidos. Sin embargo, por muy preparado que esté un viaje, al entrar o salir de nuestra ciudad hay que someterse a las inexorables leyes que rigen Melilla, una de las cuales hemos citado en el preámbulo.

               Podríamos hacer añadir un disposición transitoria en la que explicar que la Ley de entrada y salida de la ciudad está sometida a la capacidad de los aviones. Motivo por el cual este viaje ha tenido que ser fraccionado en dos tandas. Son condicionantes muy poderosos como para que todo empiece y acabe bien o sin incidentes.

                                       Shakespeare´s Globe Theatre

                 Las inmortales preguntas de Hamlet : ¿Llegar o no llegar, esa es la cuestión?, a la que solo hay que añadir la afirmación de «si el mundo es una prisión, Dinamarca es su peor celda», pero adaptadas Melilla y sus transportes. Una vez fuera de la ciudad, se puede ir a cualquier lugar del mundo, y siempre por un precio inferior. El siguiente problema será regresar, algo que no se resolverá hasta que se vuelve a pisar nuestra tierra patria.

                                     Atrapados en la zona internacional de Barajas

            Hace solo un año escribíamos sobre un grupo de niños y niñas alemanes atrapados en Melilla. Hoy lo hacemos sobre 60 alumnos melillenses igualmente atrapados en la zona internacional del Aeropuerto de Madrid, bajo el cartel que les da la bienvenida a España. ¿Causas de la suspensión del vuelo en uno de los días más apacibles de la última semana?. Nada se sabe. Los jóvenes alemanes quedaron atrapados en nuestra ciudad por razones técnicas. Sin comunicaciones adecuadas al siglo en curso, una ciudad no puede sobrevivir.

          Nota:https://elalminardemelilla.com/2018/04/27/gefangen-in-melilla-atrapados-en-melilla/

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Tras podar, talar


              Tenemos ya que usar los verbos en el modo infinitivo. Tantas son las entradas sobre podas que hemos escrito y elaborado a lo largo de casi ocho años de existencia del Alminar. Son mas de 30 artículos sobre podas, talas y maneras de podar, que es difícil no repetir los títulos. La entrada más antigua sobre una poda escrita en el blog data del año 2012.

               El tocón es la parte del tronco de un árbol que queda unida a la raíz cuando lo cortan por el pie. Melilla se está llenando de tocones, por todos lados, en cualquier calle. El tipo de poda que se realiza en nuestra ciudad, constante, devastadora, sistemática, sin respetar estaciones, sin tener en cuenta la situación del árbol, aniquilando ramas principales, secundarias o todo lo que sobresalga, acaban secando los troncos. Los árboles se convierten en esqueletos, en naturalezas muertas.

                 Esto ha ocurrido con la totalidad de los árboles de la calle Luis de Ostariz, en la acera colindante con el hospital universitario. Se podaban cada dos años, daba igual que se hubiesen recuperado o no. Con mucho esfuerzo por parte del árbol, volvían a florecer algunas débiles ramas, o un tímido intento de vegetación. Daba igual su estado, a los dos años les volvía a caer la poda encima. En febrero de 2016 advertimos sobre la situación límites de esta hilera de árboles, y los definimos como «los árboles fantasmas».

                 La mayoría de ellos ya no son nada. Están siendo talados desde ayer. La vida se resiste a desaparecer. Los árboles lucharon hasta el último momento por sobrevivir y seguir en su lugar, en donde llevaban décadas, pese a las podas sin contemplaciones. Antes de ser definitivamente talados, fueron objeto de una última poda. Acción absurda para este lamentable final. No quedará ni siquiera el tocón. Se cubre el alcorque para luego plantar un árbol ornamental que no moleste y sugiera una apariencia de vegetación.

                 Nota:https://elalminardemelilla.com/2016/02/12/podar-sobre-podado/