¿Tribunas o bancadas?


            Las tribunas para el público en el recorrido oficial de las distintas semanas santas de toda la geografía española son otra cosa. Lo hemos escrito en más de una ocasión. Lo que se ofrece en Melilla son bancadas, o sea, un conjunto de tablones similares a los que se sentaban los remeros en las antiguas galeras. No se puede ver nada tan deslucido en ninguna otra ciudad. La desidia ha llegado hasta la propia semana santa, el último refugio de los melillenses que no abandonan su urbe.

             A la llegada del Cristo de la Paz frente a la Tribuna Oficial, frente a su templo, se produjo el gran crujido y al menos una docena de personas se vieron removidas repentinamente de sus tablones, en los que asistían a las diferentes procesiones. Los caídos, en su mayoría personas de edad, se vieron golpeados y contusionados en diferentes partes del cuerpo. El personal voluntario de asistencia sanitaria dudaba entre evaluar los golpes, ofrecer pomadas antiinflamatorias, o realizar un mínimo registro de los/as contusionados/as. En principio reinaba cierta confusión sobre qué hacer, hasta que el Comisario Jefe del dispositivo de seguridad del Cuerpo Nacional de Policía ordenó el desalojo de la degradada grada, que no se ha renovado en los últimos 5 años.  Lo mínimo hubiese sido ofrecer la posibilidad de hacer un reconocimiento médico y redactar un parte de lesiones.

      En Melilla una vez que se encuentra una fórmula, se mantiene sin renovar hasta que revienta. No son gradas seguras, ni el acceso tampoco. No son seguros ni los tablones en donde se sitúan las cámaras de televisión. No hay un lugar específico para que los trabajadores de prensa puedan seguir con comodidad las procesiones. Hay que fomentar la Semana Santa de Melilla, pero también hay que dignificarla y cuidar del público, ofreciendo lugares vistosos, accesibles y cómodos.

 

Anuncio publicitario