SOS Melilla


              Todo empezó en 1999, cuando el corruptísimo GIL (Grupo Independiente Liberal) desembarcó en Melilla obteniendo 7402 votos y 7 diputados. Coalición por Melilla obtuvo 5833 votos y 5 escaños, el Partido Popular 5338 y otros 5 escaños. La Unión del Pueblo Melillense (UPM)  partido regionalista y siempre a la derecha de los populares obtuvo 3258 votos y 3 escaños. El Partido Independiente del todavía presidente en funciones Enrique Palacios obtuvo tres escaños y otros dos el Partido Socialista de Román Dobaños. En esas elecciones la UPM obtuvo su techo electoral. Nunca sacaron más de esa cifra, y a veces sí obtuvieron menos.

                      En una situación de desmemoria absoluta y de amnesia selectiva e intencionada, el corifeo del régimen acusa a Gloria Rojas, cabeza electoral socialista, de pretender la Presidencia de la ciudad con solo 4 diputados, cuando la UPM de Imbroda alcanzó el cargo que hoy ostenta con solo 3, en la moción de censura contra el entonces presidente Mustafá Aberchán en 2000. Todo esto parece haber sido olvidado. Ocurre que en Democracia 13 son más que 12. Así pues, la suma de esos 3 diputados upemistas, más los transfugados del PIM de Enrique Palacios, los 5 errantes del PP y los dos socialistas a los que obligaron desde Madrid a votar a Imbroda, sumaron 13 y acabaron con el gobierno efímero de Aberchán, primer presidente de origen rifeño de la ciudad de Melilla, desde 1497.

                              En marzo de 1808, el pueblo de Madrid no tuvo más remedio que amotinarse en Aranjuez, en lo que se denominó como la primera revolución española, contra el valido Manuel Godoy, al grito de «abajo Godoy y su camarilla», que se habían adueñado del la Corte y de la voluntad soberana. La Democracia moderna estableció varios mecanismos para acceder al Poder, que no fuese los motines. El principal es la votación en urna, aunque ya hemos visto de que modo puede ser adulterada. La conspiración palaciega ha sido sustituida por la democrática y también legítima, moción de censura.

                      Juan José Imbroda, todavía presidente de la Ciudad, accedió al gobierno en 1998 tras derrocar al primer presidente de Melilla Ignacio Velázquez, mediante una moción de censura, promovida, impulsada y llevada a cabo desde la UPM. De un modo democrático se acabó con un gobierno desviado y sin rumbo. El siguiente peldaño hasta la Presidencia lo alcanzaría en una segunda moción de censura, la del año 2000. De este modo, puedo afirmarse correctamente que el presidente Imbroda no alcanzó el poder máximo por una votación directa en elecciones, aunque luego sí lo haya refrendado entre 2003 y 2011 con 3 victorias electorales. En 2015 precisó de nuevo de maquinación y pacto, para alcanzar la suma de 13, que en nuestra ciudad no es maldita, sino todo lo contrario.

                     A Ignacio Velázquez se le censuró dos veces, la primera el 1 de marzo de 1997, en el Pleno que interrumpió mediante un decreto fraudulento, y la definitiva en 1998, que proclamó presidente a Enrique Palacios, que también intentó impedir una ulterior censura  de Imbroda intentando cerrar el Palacio de La Asamblea y acabó igualmente inhabilitado para cargo público. La misma pena que hoy pesa sobre Mustafá Aberchán, hasta que su condena en 1ª instancia sea revisada y probablemente anulada

                                                   Frente a los Idus

                       Los Idus romanos eran unas celebraciones que se llevaban a cabo los días 13 o 15 de cada mes. Siempre había que guardarse de ellos porque solían traer sucesos imprevistos. No es justo que se haya puesto la línea roja sobre el nombre del presidente cepemista, porque el remedio nunca puede ser igualado a la enfermedad, y el médico no es lo mismo que el paciente. Aun así, la medida de excluirlo de un pacto de gobierno resulta adecuada aunque excesiva, y permite una posterior reparación.

                  En 2000 Juan José Imbroda ya como Presidente,  no tuvo reparo o remordimiento en sentar en su consejo de gobierno a Ignacio Velázquez, al que había destituido y que ya estaba condenado por la Justicia. Dos años después tuvo que destituirlo nuevamente al ser confirmada su pena de inhabilitación (17 años), por el Tribunal Supremo. Cuando el claque del régimen se rasga las vestiduras por un posible pacto de gobierno con CPM, por la condición procesal de Aberchán, vuelve a demostrar un desconocimiento absoluto de la historia, y de cuál es el origen del poder imbrodista.

                               En Melilla hemos visto convocar un pleno urgente en 1993 (Ignacio Velázquez),  aprovechando que una concejala socialista estaba fuera de la ciudad. Hemos visto como se compraban las voluntades de 2 diputados en 1997, para provocar su salida de la mayoría del Popular y servir de apoyo a la moción de censura promovida por UPM. Hemos visto interrumpir votaciones, intentar cerrar el salón de plenos., destituir concejales desde Madrid (Román Dobaños y Malika Mohamed) y forzar pactos contra natura. Hemos visto casi todo, pero hay una realidad y es que 13 son más que 12.

                                                     Sábado 15 de junio

                          El próximo sábado no debe ocurrir nada que no sea un relevo ordenado y dictado por la aritmética parlamentaria, tras un legítimo pacto entre fuerzas políticas opuestas o en común acuerdo. El Partido Popular, con la incrustación de UPM desde el año 2000, no puede reprochar nada a nadie, tras 19 años de gobierno.

                         En aquellos años, 1997, 1998 y 2000, hubo enfrentamientos y algaradas en las inmediaciones de la Asamblea. Esperamos que este año se proteja todo el entorno de la plaza de España. Si sucede cualquier otra cosa que no sea la suma de 13 contra 12, se impide votar, se cambian la voluntad de algún diputado, alguien no llega al Pleno, o se fuerza una abstención desde Madrid, las consecuencias pueden ser imprevisibles y fulminantes para el futuro de la ciudad. Hay temor entre la ciudadanía, que recuerda vagamente todas estas cosas. Lo único posible y admisible es un relevo ordenado, y bajo mandato de las urnas.

          Cada diputado tiene idéntica representación, un 1/25 de soberanía popular. No hay lucha entre sociedades alternativas, ni Oriente contra Occidente, ni medievo contra modernidad. Hay aritmética democrática, la que llevamos aceptando desde hace 19 años. No sabemos más que nadie, solo hemos sido testigos de las cosas, y hemos escrito sobre ellas, recordamos y probamos lo que decimos.

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