Hospital, el avance de las obras


El hospital estaba abandonado y vacío, y solo las gaviotas anidaban entre sus salas. Así fue un año tras otro. Mientras tanto, lo viejo convivió con lo nuevo, y solo al séptimo se reiniciaron las obras. Eso sí, hubo que empezar desde el principio. ¿Hubiese sido todo diferente de haber estado en marcha? Seguro que sí, y no hubiésemos pasado esta zozobra.

La buena política no es la que actúa cuando los hechos ocurren, si no aquella que los prevé antes de que sucedan. La población de Melilla crecía y crecía y los recursos e infraestructuras eran los mismos, e incluso se paralizaron algunos que ya estaban en marcha, como las obras del nuevo hospital. Así lo que se proyectó por 41 millones de euros, acabará costando 90 y todo porque en una obra en ejecución, se quiso introducir una «modificación abusiva», como al final acabaron dictaminando los tribunales.

Así sucedió que mientras se paralizaba una construcción, también se socavaban los cimientos de la sanidad pública y sus prestaciones, mientras que proliferaron las consultas y micro clínicas privadas. Porque descubrieron, que la gente paga por su salud, como es lógico. El daño de la pandemia ha sido mayor, porque han confluido la disminución de recursos para el sistema sanitario durante una década, y también un mala gestión y derroche durante ese mismo tiempo. Descubrieron también que los funcionarios y trabajadores sanitarios siguen trabajando, aunque sea en condiciones pésimas y de saturación total.

Así pues, llegó la pandemia y pilló a todo el Estado, incluidas sus Autonomías, sin recursos y sin capacidad suficiente para hacerle frente. Esto ha ocurrido tanto en las que estaban mal gestionadas, como en aquellas que «supuestamente» eran ejemplo de gestión. Todo estaba bien, pero solo para hacer frente a la gripe estacional. Una pandemia ha desnudado al mundo, y no estamos en el siglo XIV, alterando toda su economía. El llamado mundo desarrollado está padeciendo lo que es habitual en los países en vías de desarrollo, casi anualmente.

Nos nos debería haber ido tan mal como realmente nos ha ido, en un
Estado que ha dispuesto de una cantidad ingente de recursos en las últimas décadas. España es el 6º país del mundo en contagios y el 9º en víctimas mortales, aunque la responsabilidad se comparte y distribuye en las Autonomías, salvo en el caso de Melilla y Ceuta.

El mundo no volverá a ser el mismo, pero no sabemos cuando. Lo que sí hemos comprobado, es que de la gran masa arbórea del antiguo hospital militar o del Docker, no ha quedado absolutamente nada.

Nota:https://elalminardemelilla.com/2015/01/24/profecia-del-fin-del-capitalismo/

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3 comentarios en “Hospital, el avance de las obras

  1. La «política» (tal es el nivel) triunfante en las últimas dos décadas en nuestra ciudad ha sido sustancial y esencialmente dos cosas:
    – (Mal)Gastar una ingente y creciente cantidad de dinero cada año, sin plan, orden ni objetivo más que perpetuarse y extender la red clientelar
    – «Miedo al moro».
    Fin.

    Intentar ahora hablar con tanto PPalmero de lo que no se hizo durante tanto tiempo, de poco sirve. Son capaces de defender el Imbrodinato con uñas y nostálgicos dientes. Si le preguntas una sola iniciativa en el Senado, una sola moción, una sola acción por el bien de Melilla o España, balbuceará y se le caerá la baba. No hay nada que recordar, porque nada hay. Imagina el currículum de la otra actual «cenadora», Sofía. «Política». No puede decir nada más. Adalides del libre mercado, enemigos de lo común, lo único que han hecho en su vida útil es parasitar desde las instituciones. La espabilá, el fontanero, el cabo chusquero, el que le tocó la lotería, el ingeniero naval, la esposísima que llegó a la política «a enriquecerse»…la nómina es larga y profunda. Como el hoyo en el que nos metieron.
    De la tibieza del POSE local hacia sus nacionales cuando gobiernan en Madrid, poco más se puede decir. Dirán que el primer Zapatero tuvo que afrontar muchos retos y que el segundo se encontró con la crisis capitalista que redujo drásticamente los fondos para el hospital.

    Es muuuucho más fácil en los tiempos que corren echar la culpa a negros, amaziges, pobres en general que asumir la responsabilidad individual en haber permitido y mantenido unos políticos mediocres, nefastos y tóxicos para el bien común. Llámese hospital, pista de aterrizaje con dimensiones en condiciones, tejido productivo en alguna dirección (o turismo), colegios e institutos que no sacaran del último lugar estatal…algo. No habiendo plan B ni plan C, ni siquiera configuraron un plan A en condiciones, que admitiera algún tipo de tensión. No solo que la pandemia se haya llevado por delante lo poco que quedaba en Melilla. Es que un simple resfriado también lo hubiera hecho.
    Eso sí, rotondas, cemento y asfalto tenemos para exportar. «Gracias», Caravinagre.

Acostúmbrate a sufrir con paciencia las contrariedades, a escuchar en silencio lo que desagrada, a estar sosegado entre los turbulentos y a permanecer tranquilo entre el estrépito del mundo.

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