Los viernes a Educación


Casi todos los países de un mismo ámbito geográfico, económico y político, suelen atender en los derechos básicos a los ciudadanos de otros territorios. Para ello tienen convenios de atención sanitaria, educativa, social. En Melilla y desde hace más de un siglo, existe la Residencia de Estudiantes Marroquíes, que ha forjado grandes nombres para la historia de España y de Marruecos. Es una zona de tránsito educativo para los menores marroquíes no escolarizados por falta de documentación, hasta que obtienen el permiso definitivo de residencia, y el acceso a los centros educativos de la ciudad. La necesidad de la regularización documental es un requisito vigente en cualquier país. Es notorio que existen dos flujos migratorios, el legal y el ilegal.

Entre 1846 y 1848, Estados Unidos conquistó una parte significativa del territorio de México (Alta California, Nuevo México y Texas) en lo que hoy forman los Estados de California. El Tratado de Guadalupe Hidalgo, firmado en febrero de 1848, puso fin a cualquier reivindicación territorial posterior. De hecho, los Estados Unidos Mexicanos, en sus disensiones fronterizas y migratorias con EEUU, ya no discuten la nacionalidad de eses territorios, porque los Tratados se respetan, más cuando el otro firmante es Estados Unidos.

Pese que a la conquista de Ceuta data de 1415 y la de Melilla de 1497, y pese a que fueron excluidas del Tratado de Independencia de Marruecos en 1956, la «doctrina Filali» sigue distorsionando y tensionando las relaciones entre España y Marruecos. Es algo que debería superarse, para normalizar las relaciones entre ambos países, pues se trata de realidades históricas consolidadas. Abdelatif Filali, ex primer ministro de Marruecos y ex cuñado del Rey Mohamed VI, murió en París en 2009, dejando escritas unas memorias en las que instaban a la «inmediata recuperación de ambas ciudades».

El derecho a la Educación

El derecho a la educación, al trabajo, a la libertad, a la libertad de opinión, al respeto a la vida humana, son derechos humanos que deben ser atendidos por cada país. La situación del mundo no permite que esto se cumpla en mucho lugares, lo que provoca movimientos migratorios, que son otro derecho humano fundamental. ¿Qué ocurre en Melilla? Pues que existe una población marroquí residiendo legalmente, y otra cuyo número se desconoce, que reside de forma ilegal, y sin posibilidad de regulación, porque Marruecos no reconoce a estas personas como nacionales, porque en muchos casos también carecen de documentación marroquí.

De los 150 casos de niños y niñas marroquíes, sin residencia legal en España, la ONU (Organización de Naciones Unidas), ordenó escolarizar a uno, que sí pudo acreditar la residencia: «Pese a haber confirmado su residencia legal en ese enclave español del norte de África, una escuela pública se negó a admitir al hijo de una ciudadana marroquí cuando tenía seis años. El niño nació en Melilla y siempre ha vivido ahí. La madre denunció el caso al comité que vela por el respeto de las garantías fundamentales de los niños. Dos años después, el Ministerio de Educación español ordenó la matriculación del niño». Esto es posible y ha sucedido así, porque España es un país democrático, que cumple con los Derechos Humanos y con los dictámenes de Naciones Unidas. ¿Cuál es la responsabilidad del país que no cumple con las resoluciones de la ONU, y que además no reconoce a dos ciudades de otro país? Marruecos tiene ahora mismo a 2.000 menores marroquíes abandonados en la ciudad de Ceuta, y a un número indeterminado de nacionales en la ciudad de Melilla, de los que casi 3 centenares viven en situación de chabolismo, o en cuevas.

Extinguidas casi todas las prevenciones por la pandemia, las concentraciones de los viernes vuelen a repetirse frente a la Delegación del Ministerio de Educación en Melilla, como si fuese un tormento infernal de las comedias de Dante: «Por mí se va a la ciudad doliente, por mí se va al eterno tormento: por mí se va tras la perdida gente». Aunque de hecho se reiniciaron en el mes de enero.

Septiembre, elecciones Legislativas en Marruecos

Tras el colapso de los partidos tradicionales, los islamistas llegaron al Poder en Marruecos en 2011. Una década después, se habla ya del casi total fracaso de su gestión, caracterizada en una tensión casi constante con España. Nizar Baraka, líder del partido Istiqlal, responsabiliza al actual gobierno islamista, presidido por Saadeddine Othmani, incluso de lo que él mismo califica como «la tragedia de Ceuta«: Todo ello para evitar la tragedia de Sebta, donde miles de jóvenes marroquíes se lanzaron como locos al mar para llegar al enclave. «Este es el resultado de las políticas catastróficas del actual gobierno». Según Baraka «el 20% de los más ricos del país, acumulan el 54% de la riqueza de Marruecos».

Una década de gobierno islamista ha vaporizado las relaciones con España. Con Marruecos hay que hablar de todo y hablarlo todo, como corresponde a dos países que tiene una historia paralela y común. Lo principal será recomponer las relaciones exteriores, y sobre todo, las de Ceuta y Melilla con su entorno humano y geográfico. Especial atención merece la Aduana Comercial entre Melilla y Marruecos, con más de 300 años de vigencia, hasta que fue fulminada en 2018 por el gobierno de Othmani, apenas un mes después de la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa. Esta es solo una teoría, de no ser así, habrá que ir preparándose para otro posible escenario.

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Un comentario en “Los viernes a Educación

Acostúmbrate a sufrir con paciencia las contrariedades, a escuchar en silencio lo que desagrada, a estar sosegado entre los turbulentos y a permanecer tranquilo entre el estrépito del mundo.

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