




El año undécimo del Alminar se inicia a partir del presente 3 de mayo. Hemos rebasado todas las previsiones y registros posibles, incluido el del algoritmo que sitúa en 10 años de continuidad, los necesarios para garantizar la permanencia eterna en las redes de la actividad de un blog. No quedará todo y pero siempre algo permanecerá, aunque sea en un lugar etéreo, pero lo hará.
En 11 años y 2523 artículos hemos reflejado casi todo aquello que hemos visto y de lo que debía quedar constancia para el futuro. El Alminar siempre se lee en presente, aunque toda su actividad pertenezca al pasado, porque es pasado desde el día siguiente en que algo se publica y se lee.
De un tiempo tan largo, impensado, se extraen muchas experiencias, porque este blog atraviesa nuestras vidas y nosotros viajamos dentro de él, ya sea en la posición de escritor, de lector, o de comentarista ocasional. Hemos observado a la sociedad, a la ciudad y sobre todo al Poder, porque este blog está pensado como refugio frente a él.
El Poder puede ser amable, hosco, pero nunca inocente. Sin embargo, pese a lo denostado que es, la gran bicha para el anarquismo de cualquier tiempo, tiene capacidades innegables, como la de «desnudar» la verdad de la condición individual y colectiva. Su ejercicio continuado acaba sacando a la luz aquello que no era antes visible y solo muestra la realidad personal. No hay engaño posible, por mucho que algunas realidades tarden en aparecer. Quien ha ejercido el poder ya no puede enmascararse de nuevo y volverá a ser lo mismo que fue. El que lo ejerce no puede evitar que aparezca, en algún acontecimiento clave, su verdadera personalidas, que a unos/as enaltecerá y a otros tantos, no.
Hechos y predicciones
Es imposible predecir nada, aunque este blog y muchos de sus escritos se hayan anticipado a hechos que luego han ocurrido, pero es debido, sobre todo, a una atenta observación de determinados acontecimientos y signos que están ahí para ser interpretados de modo correcto o acertado. Nadie podía prever una pandemia, en la que seguimos inmersos y que ya ha provocado 6.262.345 muertes, de las que 104.456 corresponden a España. No era previsible tampoco que Rusia desencadenase una guerra en Europa, de las proporciones que está padeciendo Ucrania. Tampoco la destrucción de un Estado muy importante en Oriente Medio, como Siria, o la guerra del Yemen. Catástrofes, terremotos, la erupción volcánica de La Palma. ¿Quién iba a imaginar dos años de bloqueo en la frontera con y por parte de Marruecos, con familias viviendo una experiencia parecida a la del Muro de Berlín?
Lo que sí queda claro, es cualquier acontecimiento en el mundo, tiene su reflejo proporcional en nuestra ciudad, en forma de oleadas de inmigración. Por el Centro de Inmigrantes han pasado ciudadanos de casi todo el mundo, sobre todo de países en guerra, porque esta sí es una realidad del mundo. La profecía no es lo mismo que la predicción, y este blog es más lo primero que lo segundo.
Los datos del Alminar
El año con más visitas fue 2014 (275.000). Durante 5 años se superaron con largueza las 200.000 visitas anuales hasta 2017, para luego entrar en un descenso que se frenó en 2021. Desde entonces, las visitas mensuales superan las 11.000 de media, desde la 20.000 del mes de enero de ese mismo año. Después de 132 meses y una media mensual de 19 artículos, lo difícil es seguir con una visión fresca, pese a todo lo que hemos visto, y contar, tanto tiempo después, con la fidelidad de los lectores y lectoras tanto de Melilla, como del resto del mundo. El año precedente, el de la década, lo dedicamos a saldar cuentas pendientes sobre realidades de la ciudad, de las que todavía no nos habíamos hecho eco, ni dado cuenta. Si algo queda, que quedará, dejaremos constancia de ello. Las historias siempre deben quedar cerradas, en lo que sea posible
Esperábamos un año más tranquilo, menos exigente en cuanto a la sucesión de acontecimientos. La intención era tomar un poco de distancia y observar todo desde la parte alta del Alminar, pero no ha sido posible. ¿Qué nos deparará el futuro y hasta cuando El Alminar seguirá en posición de dar testimonio de los hechos? Es imposible saberlo. Solo agradecer, como cada año, a tantos y tantas lectoras que nos han traído hasta aquí, y que nos han acompañado en este ya muy largo viaje. Sin esa compañía constante y silenciosa, no estaríamos escribiendo esto en 2021, en el undécimo año desde la fundación del Alminar. El Alminar modificó su época, y el tiempo moldeó al Alminar. Aquí todo tiene el mismo valor: la palabra, la imagen, lo simbólico.