La cafetería Martínez


   Poco a poco, casi sin notarse, van desapareciendo establecimientos y nombres emblemáticos de la ciudad. La cafetería Martínez, frente al ambulatorio de la calle del General Polavieja, ha colocado el cartel de «Se vende», junto al rótulo con el nombre de la cafetería. Sigue manteniendo su actividad, aunque ya sólo en horario de mañana.

  Desde su apertura, es una cafetería intercultural. Junto al clásico té moruno con churros, podía beberse un café con leche, un carajillo o una copa de anís, elementos clásicos de los desayunos de aquellos años, y que ya no están en boga en estos tiempos.  A mediados de la década de los 90 era también un locutorio, un lugar para mandar fax, y con la universalización de Internet, fue una sala de conexión, con ordenadores disponibles para enviar los primeros correos electrónicos, y conectarse para enviar o recibir información. Los conocidos como cibercafés y que ya han pasado a la historia.

    Está situada junto a otro establecimiento emblemático, la cafetería España Dos, que ha pasado por diversos cambios de propietarios en los últimos años. Ambos eran y son, lugares de desayuno habitual para los/as trabajadores y usuarios del Centro de Salud Zona Este.

   Al llegar la crisis de 2009, fue uno de los primeros locales en establecer el «desayuno pagado», bien con las propinas o dejándolo pagado directamente. Con este sistema solidario, se acumulaban desayunos para quienes no pudieran hacerlo.

   Ante el frenético ritmo de cierre y transformación de comercios, cafeterías y ante el riesgo de no poseer fotos ni recuerdos, últimamente, solemos fotografiar aquellos lugares en los que una vibración imperceptible indica la proximidad del fin o de un cambio. Se trata de dejar memoria y testimonio. Así hemos salvado a muchos locales en los que nos hemos dejado vida y recuerdos, de la desmemoria. Prácticamente no hay lugar que no tengamos en nuestros archivos fotográficos. Uno de esos lugares que echaremos siempre de menos, es la librería Internacional. Melilla necesita de una librería de libros antiguos.

     La pandemia ha sido muy dura. El año 2020 los locales y negocios permanecieron cerrados casi todo el año. En 2021 se abrió con limitación de aforos y otras muchas restricciones. La cafetería Martínez ha atravesado todas estas visicitudes, y algunas más, como cierre del banco de Santander en la esquina de la misma calle o la desaparición de la antigua residencia de mayores y de otros conocidos establecimientos, como las Bodegas Guerrero. Aún así, la presencia del Cine Perelló y de nuevos establecimientos comerciales, mantiene una adecuada afluencia de clientes.

Como dice la esposa de Manolo, el propietario, y también trabajadora del establecimiento, son muchos recuerdos y muchos años de vivencias en la cafetería.

   

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