El último día de Constantinopla


En algún momento y lugar siempre se encuentra una puerta abierta, que hasta ese momento estuvo cerrada, quizá durante siglos o una década. En la mañana del 29 de mayo de 1453, la Kerkaporta o kylokerkos, estaba abierta. Era la que comunicaba la murallas exteriores, con el interior de la capital bizantina. Por ella entraron los jenízaros en tropel, cuando en realidad los griegos había ganado la batalla del asedio a Mehmet II, el fatih.

Dejar una puerta abierta en medio de una batalla es una imprudencia muy grave. Hay otras imprudencias históricas, como la de aceptar el regalo envenenado de los griegos, el caballo de Troya, pese a las advertencias de la sacerdotisa Casandra. Ambos errores tuvieron efectos fulminantes sobre el presente de ambas ciudades.

¿Quién fue Homero, qué sabemos de él? Nada, pero en sus dos poemas históricos dejó narrados los hechos más importantes para la historia de aquellos tiempos. Todo bien, al igual que todo mal, alcanzarán su final sin que sea posible evitarlo. La guerra de Troya, vinculada de modo no visible a la historia de este blog, llegó a su final en su undécimo año. A partir de ese momento entró en el terreno de lo legendario. Eso sí, precisó de un relator, Homero, en este caso. No fue esa la suerte de Constantinopla, pues los posibles relatores perecieron en el asalto final. Nadie quiso abandonar la ciudad, y se difuminaron junto a último emperador, Constantino XI Paleólogo, en la niebla de la historia, de aquella mañana.

¿Queremos decir algo con esto? Sí, y ya está escrito, y lo hacemos en el undécimo año. En mayo conmemoramos varios acontecimientos, todos importantes en la historia del Alminar. En 2009, un pintor, dejó abierta la puerta del Gobernador, dos años antes de que este blog fuera creado, por eso escribimos que «antes de que el Alminar existiera, ya era. Desde entonces, parte de nuestra historia quedó unida a ese lugar. Toda historia precisa siempre un narrador, pero ningún final está escrito, ninguno está decidido. Sin embargo, siempre acontece, y tiene una causa, una razón. Tanto como su origen.

Nota:Santa Sofía regresa al culto islámico | El Alminar de Melilla

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La puerta olvidada


                Pero en la Historia, como en la vida humana, el deplorar lo sucedido no hace retroceder el tiempo, y no bastan mil años para recuperar lo que se perdió en una sola horaStefan Zweig

               Esta puerta lo prueba todo. Está olvidada, pero no sin vigilancia. Es el área 51 de la ciudad vieja. El espacio vedado al que nadie accede, en el que nadie mira. No hay permisos, no hay llaves. Stefan Zweig hace referencia a la Kerkaporta, la famosa puerta de las murallas de Bizancio que alguien dejó olvidada en la madrugada del 29 de mayo de 1453, y por la que entraron atemorizados, y luego en tropel, el más feroz de todos los cuerpos bélicos de infantería, el de los Jenízaros.

          Constantino XI Paleólogo había ganado el planteamiento del asedio al sultán Mehmet II, sin embargo, ese hecho inexplicable, el que esa puerta estuviera abierta en la mañana más decisiva de Constantinopla, dio un vuelco a la historia de aquel día, y posteriormente a la del mundo.

               Nosotros, aquí en nuestro blog, hablamos de otra puerta, o de un pasadizo, el de la Alafía o de la plaza de Armas, como lo denominamos en el primer artículo del año 2010. Hemos escrito mucho a lo largo de todos estos años, e incluso antes de la existencia del propio blog: porque antes de que existiese El Alminar, ya era. La vamos a volver a abrir, esta vez de manera definitiva, para que el viento de la historia se lleve toda la hojarasca y resplandezca la verdad.

              Nota: Esta entrada es solo un anuncio de la que está detrás de ella