


Or Zaruah, la Luz Sagrada, obra de Yamin A. Benarroch y de Aquiba Benarroch, para el perpetuo recuerdo de su nombres y para uso de toda la comunidad israelita de Melilla, por los siglos de los siglos.
La disposición y entrada de la luz, las lámparas, la Menorah, el recuerdo de los que ya no están, porque los nombres no deben ser olvidados, la llama perpetua y los rollos de la Torá, permanentemente tapados salvo en el Sabbat, y a los que nunca se debe dar la espalda una vez que las cortinas del Aron Kódesh los muestran. También llamado Hejal, es el armario ritual que representa el Arca de la Alianza. En una sinagoga todo es representación y recuerdo del Templo de Jerusalén, destruido por los romanos en el siglo I. Ya no se volverá a edificar otro hasta el fin de los tiempos.
No hay sensación de vacío en una sinagoga, porque están llenas de lámparas, de muebles, de bancos, de ornamentos, de libros y estanterías, y de todos aquellos elementos que los fieles judíos quieran. En el centro se sitúa el Bimah, similar a los púlpitos cristianos, desde el que el rabino dirige la oración, que se realiza tres veces al día; y que llena la estancia.
No suelen prodigarse las visitas interreligiosas en los templos, y más cuando son templos activos, con culto. Sin embargo, un católico no debe sentirse extraño en templo alguno, porque hay elementos rituales comunes, y mucho menos en una sinagoga, en la que teológicamente, aquél al que se dirigen las plegarias, al Eterno, es el mismo Dios al que se dirigía Jesucristo. Las monoteísta son religiones orientales y esto se evidencia más en la iglesia Ortodoxa, con más elementos comunes con las sinagogas que las romanas. Pese a todo, las distancias vivenciales y litúrgicas son enormes. El algún momento se tiene la sensación del regreso a la casa del Padre, pero también la inquietud de sentir que en algún esa relación se enfrió y se tornó distante. No es posible elevar un rezo católico en una sinagoga, ni celebrar un rito judío en un templo cristiano, y esto, conceptualmente resulta extraño y difícil de explicar, porque todo viene del mismo libro, aunque el orden de los libros de la Torá y el Viejo Testamento católico sean diferentes.
La tradición judía o Mishná y la de los Padres de la Iglesia, evolucionaron hasta convertir a estos dos religiones en completamente divergentes e incluso antagónicas. Un desencuentro absoluto en el plano teológico. Todas las plegarias judías están dirigidas hacia Adonai y son enormemente parecidas a las que los católicos entonan hacia el Padre. Tras la expulsión de los judíos sefarditas en 1492, casi todo rastro de sinagogas, cementerios, bibliotecas, viviendas, quedó completamente borrado de la península ibérica, que probablemente habitaban desde el siglo II, cuando llegaron los primeros contingentes de la gran diáspora provocada por la destrucción del general romano Tito en Jerusalén y la liquidación de Palestina. Es el mayor error de la historia de España, inducido probablemente por una sola persona.
Bendito eres tú Adonai, nuestro Dios Rey del Universo. Por favor, escucha mi plegaria en este momento, por el mérito de Sara, Rivka, Rajel, y Lea mis madres. Ilumina nuestra lámpara que no se apague jamás. Ilumina tu semblante y sálvanos. Amén.
La edificación es de Enrique Nieto con materiales nobles. Las yeserías y molduras de Vincente Maeso. Todos los detalles están cuidadosamente escogidos, como las 14 ventanas que representan a las 14 tribus de Israel. Lo único que resulta extraño es que no esté situada en la planta baja.
Nota:https://www.clarin.com/viste/descubren-sinagoga-siglo-xiv-espana_0_i8fCGwtLJX.html