La efeméride sísmica


        Efeméride es cualquier acontecimiento notable que se recuerda en cualquier aniversario de él. El día 25 de enero se cumplieron 4 años del terremoto o grupo de terremotos del Mar de Alborán. Enfrascados en los propios problemas de la ciudad, ningún medio ha dedicado unas líneas, aunque sean pocas, a recordar la efeméride que difícilmente será olvidada. A lo largo de todo el año se produjo una serie infernal de más de 2000 réplicas, gran parte de las cuales fueron sentidas por la población. La página web del Instituto Geográfico Nacional se convirtió en la más visitada por los melillenses. Su éxito fue tanto, que apenas un año después el IGN actualizó la web, sus formatos y contenidos. La serie fatídica se inició el día 21.

               Recuerdo a la gente en las calles desde las 06 horas de la mañana y la total ausencia de servicios de Protección Civil aconsejando qué hacer a la ciudadanía, que colapsó la carretera de Cabrerizas en dirección a Rostrogordo. Hasta muy bien avanzada la mañana no llegaron los primeros avisos en los que se suspendía toda actividad laboral, sobre todo la de los colegios.

                El Gobierno de la Nación destinó 4,6 millones de euros a la ciudad para reparar los daños, que afortunadamente fueron solo materiales, de los que hubo que devolver medio millón, por no haberse podido emplear en reparaciones acreditadas y  por pura desidia. La gestión fue mala desde el principio hasta el final.

                 Todavía hay edificios y muros en los que se pueden apreciar las grietas del terremoto, otros ya han sido reparados y bastantes, entraron en la amplia lista de derribos de la ciudad. Algunos, en pie todavía, finalizaron su periodo de vida útil aquel 25 de enero de 2016.

               En la red social Twitter, hay un experto apasionado por la sismología, Paco Almanzor, que rastrea la historia de todos los terremotos tanto históricos como actuales. Ofrece abundante y precisa información sobre sismología, con planos, escritos antiguos, dibujos y fotografías de gran calidad. Para El Alminar es una fuente de conocimiento. Es un sabio y un gran dibujante, que abarca infinidad de temas, entre los que destaca especialmente el de la arquitectura musulmana hispana. El buque oceanográfico Hespérides estuvo analizando la zona, y descubrió una nueva falla, causante de estos terremotos de alta magnitud.

                Nota:https://www.diariosur.es/malaga/identifican-nueva-falla-20180723184701-nt.html

 

 

Anuncio publicitario

Un año del inicio de los terremotos


Hace una año se inició la serie de terremotos del mar de Alborán

   El día 21 de enero a las 14h 47, hora local,  se produjo un movimiento sísmico de 5,1º en la zona denominada como Alborán Sur. A lo largo de ese día la tierra ya no paró de moverse y se registraron 30 movimientos sísmicos más. Ese importante terremoto tuvo su réplica en uno de 3,3º,  15 minutos después. Se registraron 30 movimientos más el día siguiente, el 22. Los dos días posteriores, 23 y 24 hubo 10 movimientos más. Cuatro días después, el 25 de enero a las 5h 22, se produjo el Gran terremoto de Alborán sur, de 6,3º, que abrió una secuencia infernal de más de 100 terremotos diarios. Pasados 8 minutos del gran terremoto hubo una réplica de 4,5º. A lo largo de los días y meses siguientes Melilla se llenó de grietas. Gran parte de las grietas siguen presentes y convivimos con ellas. Las declaraciones de ruina de edificios prosiguen a un ritmo imparable. Los daños variaron según los barrios, el tipo de edificios y su ubicación, pero casi nadie se vio libre de ellos.

    Desde entonces hemos tenido noticia de terremotos muy dañinos en todas las partes del mundo. Ya no es lo mismo verlos desde lejos, que ser parte de los mismos.

La ciudad tras los terremotos


              A lo largo del día 13 de julio la falla de Alborán Sur ha registrado tres nuevos movimientos sísmicos, de magnitud de 3,6, 1,9 y 2,3 respectivamente, entre las 02h 25´y las 21h 34´. Ya no son percibidos por la población, ya no son objeto de noticias o de información, pero el terreno y las edificaciones sí dan cuenta de su existencia. El día anterior, 12 de julio, se produjeron otros dos movimientos de magnitud 3,3 y 2,2, en el plazo de una hora, entre las 3 y las 4 de la madrugada. Los movimientos siguen registrando un persistente secuencia, bien procedan de Alborán Sur, Norte y Oeste.

                    Queremos decir con esto que los terremotos de Alborán, y sus consecuencias sobre la ciudad, deberían ser el primer objetivo de la agenda del Gobierno Local, sobre todo tras la decepción de que los 12,9 millones de euros en valoración de daños sobre edificios, se quedaran en tan solo un respaldo de 4,5 millones por parte del Gobierno de España, del que se presume que está atento a lo que pase en Melilla. La frase del Consejero de Fomento: «nunca dijimos que nos fuesen a dar todo», debería pasar a los anales del reconocimiento de la ineficacia política y de la gestión administrativa.

                     La realidad es que sólo recibirán ayudas para reparar sus viviendas y edificios, aquellos propietarios e inquilinos,  que tengan contratados seguros de hogar y de edificio. El Consorcio de Compensación de Edificios, o sea, el Estado, solo responderá por las inmuebles asegurados. La Ciudad de Melilla no tendrá ni para cubrir los gastos. No saben todavía cual será el proyecto para la rehabilitación de los torres del Palacio de la Asamblea. Volvemos a reiterar que la denominada como torre sur tendrá que ser demolida. Muchos edificios del «Centro modernista», no aguantarán más sacudidas sísmicas, que sin embargo se siguen produciendo.

                  Hay una realidad oculta e invisible a los ojos de los ciudadanos, pero mucha gente del Centro de la ciudad, y del barrio del Tesorillo, están viviendo en edificios arruinados. Hemos entrado en dos, que están completamente apuntalados, con grietas de gran tamaño, desde el portal hasta la azotea. Uno se encuentra en la calle de Luis Morandeira, el otro es muy conocido, La Casa de los Cristales, en la que cedieron dos pilares, y que ha dejado la escalera de mármol al mismo borde del desplome. Mucho de lo que hoy contemplamos está en el límite de la ruina. Todavía no se ha resuelto el problema de las familias desalojadas. El gobierno de la ciudad vive en la irrealidad.

            Es urgente la creación de un comisión de seguimiento sobre los daños provocados por los movimientos sísmicos. Melilla se desmorona.

Un plan para la ciudad de Melilla


                     La vida entre cascotes y grietas

      No se puede dejar de escribir y de hablar de algo que todavía no ha acabado, grupo de seísmos de Melilla, y cuyo final dista todavía de poder anunciarse. Melilla sigue viviendo nuevos terremotos con sus réplicas diferenciadas, y todavía hay quien insiste en decir que solo hubo uno, el día 25 de enero y que todos los demás, hasta 1600, son su consecuencia. De aceptarse esta tesis, dejaría sin explicación posible, el terremoto del día 21 de enero, con su magnitud de 5,1. Todo es liberación de energía en los bordes y placas tectónicas, por lo que el que cuatro días después se produzca una mayor, entra difícilmente en cualquier previsión, como tampoco encaja el que justo un mes después, se produzca un movimiento igual, al que inició la serie. Si sumamos la energía contenida en esos 1600 movimientos, de los cuales más de medio centenar supera la magnitud 3, la cantidad de energía liberada resulta astronómica.

                      El estado de la ciudad y la gestión de las ayudas  

         La Ciudad de Melilla, a través de su Consejería de Fomento, ofrece un único expediente de solicitud de inspección, que ya informan que tardará en producirse, si se solicita de manera ordinaria sin aviso previo a emergencias. Además informan que las ayudas se conceden de modo preferente a edificios sin seguro, por lo que serán derivados al Consorcio de Compensación de Seguros. La Delegación del Gobierno solo ofrece ayudas a los propietarios que residan en los edificios, o ayuda para enseres de primera necesidad. En realidad, no hay ninguna ayuda inmediata, salvo los hoteles de segunda fila y pensiones, para familias desalojadas. El parque de viviendas en alquiler está cerrado para esta situación de emergencia, de la que no se sabe su final.

          Sin embargo, como si hubiera habido un único terremoto y la situación crisis sísmica ya estuviese zanjada, las Autoridades ya han informado de que el viernes  26 de febrero finaliza el plazo para la solicitud de ayudas, cuando es imposible que se hayan inspeccionado todos los edificios dañados, agrietados o afectados por el grupo de seísmos de Alborán.  Así pues, nada se sabe de cómo se van a gestionar los 12 millones de euros solicitados, ni si esa evaluación de daños será suficiente, habida cuenta del estado en el que se encuentra la ciudad. Como si fuese un dato de gestión, se ofrece la cifra de 1300 expedientes de ayudas solicitadas, sin saber siquiera si ese número, resulta un indicador de la realidad de la ciudad.

                                     El terremoto de Lorca

                La ciudad de Lorca, casi destruida por un terremoto en mayo de 2011, creó enseguida una comisión de seguimiento, y se formó una plataforma de afectados, que periódicamente se reúne con los partidos políticos, y realiza un seguimiento de la gestión de esas ayudas. Pasados cinco años, de los 78 millones de euros concedidos al municipio murciano, que tramitó 18.000 expedientes, solo se han recibido  y resulto el 80% de las ayudas solicitadas. Este hecho indica que no se entra en un camino fácil, sino sinuoso y prolongado. Casi mil personas todavía no han podido volver a sus hogares, y casi un centenar ni siquiera han visto iniciada la reconstrucción de sus casas, y todavía se adeudan 15 millones de euros en ayudas al alquiler. Si con transparencia y a la vista de todos la solución es complicada, en la opacidad pretendida en Melilla, puede resultar todavía un camino más tortuoso. Un mes después, y en plena reproducción de los movimientos sísmicos, no hay plan alguno para el realojo de las familias afectadas, procedentes en su mayor parte del distrito Centro  y del barrio del Tesorillo.

                       Una forma diferente de construir y de mantener la ciudad

          Casi la mayoría de los desprendimientos se han producido en elementos ornamentales, en cornisas, en balcones y en otros elementos no estructurales, pero sobre todo en inmuebles muy viejos, que no se sabe cómo, tenían en vigor sus cédulas de habitabilidad, y en un deficiente estado de conservación. La parte ornamental de la fachada del edificio de la calle Prim, que tuvo que ser demolida, era un puro escombro desde hace muchos años. Los mastodónticos y feos adornos de la plaza de toros, echados abajo en su mayor parte, se encontraban en un pésimo estado desde más tiempo del que puede recordarse. Los muros y azoteas que se construyen en la ciudad, incluso en edificios nuevos, con pocos o nulos anclajes, son candidatos adecuados para el derrumbe por sí mismo. Las pantallas de ladrillos, para hipotéticos locales comerciales, de los bajos de edificios nuevos, pueden tirarse años así, sin que nadie los inspeccione, hasta que alguna fuerza de la naturaleza los echa al suelo.

                     En Melilla debe construirse  de otra manera, y mantenerse de una manera eficaz y constante. El chapú o el apaño, deben ser desterrados de nuestro vocabulario arquitectónico. Muros nuevos, como el del Club Marítimo, ampliado hace no mucho, presenta un estado muy amenazante. Ahora mismo, da miedo caminar por muchas zonas de la ciudad. Hasta la fecha, el viento ha producido más destrozos en la urbe, que cualquiera de los asedios a los que ha sido sometida en el pasado.

          Nota: http://www.eldiario.es/murcia/politica/terremotos-Lorca-reivindicaciones-Asamblea-Regional_0_407359263.html

     

Melilla bajo los terremotos


 

      Las preguntas que nadie responde sobre los movimientos sísmicos

     La serie de terremotos que sacuden toda la zona norte de Marruecos, en la que se encuentra Melilla, tienen su epicentro en una pequeña zona del Mar de Alborán, a unos 100 kms. de la costa y a diez kilómetros de profundidad. Según uno de los expertos que en estos días están emitiendo sus opiniones, esa situación está sirviendo de colchón para que los daños no sean mayores, o simplemente devastadores. En realidad debe hablarse de maremotos, pues estos movimientos, aunque producidos en la profundidad del manto terrestre, están produciéndose en el mar, y no en la superficie terrestre.

           ¿Que diferencia un terremoto de una réplica?

     El seísmo principal es el que recibe la calificación de terremoto, y todos los posteriores son las réplicas. Esto está claro, pero nadie ha explicado como pueden producirse dos seísmos importantes, el del día 21 (5,1), y otro cuatro días después, el día 25 (6,3); tan cercanos, cuando se supone que el movimiento principal libera casi toda la energía procedente del rozamiento o fricción  de las placas.

            ¿Por qué las réplicas siguen una pauta y una frecuencia casi exacta?

     Lo normal es que tras un movimiento importante de placas tectónicas, las replicas se vayan espaciando y disminuyendo en intensidad. Nada de eso ha ocurrido en Melilla y la zona de Alborán desde la madrugada del pasado día 25. Las réplicas continuadas están siguiendo unas frecuencias temporales (entre 15 y 30 minutos), con parecida intensidad y algunos picos importantes que superan la intensidad 3, pasando algunos incluso por encima de 4.  Al menos un 3% de cada 100 movimientos diarios, están superando estas intensidades. Este es otro de los elementos que llaman la atención de los movimientos que están afectando a la costa comprendida entre Alhucemas y Melilla. No solo existe una frecuencia, sino que además hay una cantidad parecida de movimientos diarios, originados todos en la misma zona. Esto podría indicar una actividad constante, por causas no explicadas, con claros repuntes de intensidad. ¿Son todo réplicas o estamos ante una serie de movimientos sísmicos con su grupo de réplicas cada uno?.

                    El efecto sobre la ciudad y la zona oscura de La Cañada

       Movimientos tan constantes y tan prolongados en el tiempo, están afectando seriamente a la ciudad. los bomberos están en situación de permanente alerta. La situación de los edificios afectados en la zona centro de la ciudad, se está agravando con el paso de los días. Las grietas se agrandan y todos los días no sólo hay que derribar algo más, sino que también aparecen nuevos daños en edificios. También están apareciendo grietas longitudinales en el pavimento en algunas zonas de la ciudad, tales como el Barrio del Tesorillo y la zona inicial de la carretera de Hidúm , a la altura de la barriada de Las Palmeras. En algunos edificios de la zona han aparecido grietas.

                       ¿Existió la protección civil la madrugada del día 25?

                La ciudadanía se las arregló como pudo y sin información directa por parte de las autoridades competentes. Desde las seis de la mañana, en cada barrio de la ciudad, debería haber habido un vehículo de la policía local con megafonía, dando consejos a la población que a esa hora, estaba ya concentrada en los bancos de las calles o en sus vehículos. Los simulacros de catástrofes resultan siempre un éxito, hasta que esta llega de verdad. Todas los melillenses se movieron en la madrugada del día 25, con los conocimientos que poseía cada cual, pero en desorden, porque ninguna autoridad avisaba sobre qué debía hacerse o dónde debía concentrarse. A día de hoy, no hay ningún plan que esté en conocimiento de los ciudadanos, aunque consta, que la Junta de Seguridad estaba reunida desde las 6 de la madrugada.

                 Los vecinos de las barriadas de Palmeras, Pinares y monte de Reina Regente, se quejaron de que nadie se acercó hasta allí para transmitirles qué debían hacer o dónde concentrarse, pese a que se trata de una zona de difícil o imposible acceso en caso de catástrofes naturales, dado su desordenado urbanismo.

               En el momento de escribir estas líneas, en la última hora del día 27, se han producido 4 movimientos, todos comprendidos entre 3,1 y 3,8