Adiós a la confitería España


Hace dos años, en el primer semestre del Alminar, despedíamos al Kiosco de Diego (https://elalminardemelilla.com/2011/09/22/cierra-el-kiosco-de-diego/) , un lugar en el que  me había dejado cientos de recuerdos y que durante años fue unos de los referentes de mi vida laboral, pues estaba muy cerca de mi lugar de trabajo.  Hoy dos años después, y de una manera sorpresiva, sin anunciarlo, la Confitería España ha echado el cierra, después de más de 4 décadas de actividad. La confitería tenía el nombre de España, el propietario era José, pero todos la conocíamos como la confitería de «Angelita», su esposa, que era la que atendía a los clientes.

Son muchas decenas de desayunos, de empanadillas de mil y un sabores, de tartas, de buñuelos,  de huesos de santo, e incluso de ponche segoviano, degustados año tras año en este establecimiento, y que ahora formarán ya parte de los recuerdos y de los sabores  irrepetibles. Son muchas tertulias y comentarios sobre la actualidad, nacional y local, que desaparecerán entre sus paredes.

Como siempre pasa, no tengo fotos del interior,  ni de sus propietarios, ni de su ambiente, porque uno no fotografía nunca los lugares que no cree que vayan a desaparecer. ¿Alguien tiene fotos del antiguo California (antes de la horrenda reforma), de la pastelería La Palma, y de tantos y tantos lugares?.

19 comentarios en “Adiós a la confitería España

  1. Cuantos recuerdos, y mira que hace años. Mi suegro compraba en esa panadería las empanadillas que hablas. Toda la vida he oído acerca de la pastelería y de su propietarios. Mi familia allí era asidua. Recuerdo más de una vez cuando les visitaba que siempre compraban esos dulces y los tenían en casa. Y la pastelería La Palma, ay que delicia de las milhojas. Aún recordamos buenos momentos allí y muy buena familia aquella. Buscaré. Igual tengo alguna de La Palma, porque éramos habituales.

  2. Ya que has nombrado el ponche segoviano. Menuda maravilla. Sabes que lo encargo en la Confiteria El Alcazar, que está en Segovia, en la plaza mayor, y me lo envían. Este año he descubierto una pastelería pequeñita en Pedraza, que lo envían también.

  3. Muchos años de trabajo, mucho sacrificio, muchísimos dulces y sobre todo mucho amor. Un beso a mi hermana Angelita y a mi cuñado Pepe, k los quiero muchísimo y que se animen k están un poquito tristes.

    • Desde Granada,ese mismo abrazo, a Angelita, Pepe, José con los que tan buenos ratos hemos pasado durante años. Con nuestro cariñoso recuerdo. Rosa y mi hijo David.

  4. El trabajo de estar pendiente de las cosas y de despedir a las personas como se merecen. Esta confitería está llena de recuerdos para muchas personas. Son muchos años y la gente también merece descansar.

  5. Son pequeñas historias de las que hay que estar pendientes. Todavía no se ha acabado el otoño. Las hojas caen todavía y algunas páginas se van cerrando, tanto en la vida de las personas, como de las ciudades.

  6. El clan Aberchan» como tu le llamas, y te recuerdo que ya ha gobernado en Melilla; nunca será peor que la actual plaga y pesadilla que tiene sojuzgada a la ciudad.

  7. Recuerdo especialmente el chinito, una enciclopedia ambulante, y asiduo cliente de la confitería España: le podías preguntar de todo, para todo tenía respuestas, a menudo filosofaba mucho. A veces tartamudeaba al hablar, pero esta dificultad le servía para pensar mucho lo que se disponía a decir. Eran tiempos de Angelita, los camareros de café más geniales que he conocido y que hacían unos dulces como nadie ha hecho nunca. Todo pasa, las cosas cambian.

  8. Ay! Si yo enumerara todo aquello que ha desaparecido de Melilla en mis largos años de vida! No hablo de personas, que eso seria aun muchísima mas larga la lista!!

    De pastelerías guardo los gratos sabores de aquellos pasteles fabricados por las sabias manos de los propietarios de La Palma, Los Alpes Granadinos, el Gurugu, y tantísimas otras repartidas desde el centro hasta el Barrio Real. Era un enorme goloso y desde el año 38 en que comenzè a trabajar frente a La Palma, fui un diario comilón ( no exagero) de algunas de las delicias que fabricaban. Mi preferida fue siempre esta ultima!

    En cierta ocasión, una persona muy querida por mi, me obligó a aceptar, a regañadientes, su apuesta de que comía mas pasteles que yo. Recorrimos todas las pastelerías de la ciudad, en la primera pagó el, yo en la siguiente, el que pagaba escogia el pastel que había que comer, y así sucesivamente hasta llegar hasta el Real, y volvimos a hacer el retorno hacia el Centro, La Palma y Los Alpes Granadinos, En esta fabricaban unos borrachos que eran una delicia, me tocaba pagar y escoger y no lo dudé pidiendo estos. Estaba seguro que aquí terminaría la apuesta, ya que este pastel no era el adecuado para comerlo cuando ya te encontrabas saturado!
    Cuando clavó la cucharita en el pastel me dije que no me había equivocado, y efectivamente tuve que comerme casi las tres cuartas partes del suyo. Aceptó con deportividad la derrota, y lo único que me dijo, después de abrazarme; “pensé que no querías aceptar porque estabas en que perdías! “
    Unos años después era mi cuñado!

    De “chinitos”, pues guardo maravillosos recuerdos de aquellos cuatro simpáticos y trabajadores vendedores ambulantes estacionados en la Avenida de una punta a la otra. Yo les suministraba a todos ellos, a partir del 39, aquellas insignias militares miniaturas de todos los cuerpos que se vendían a espuertas en aquella época, y era un placer hablar con ellos por su afabilidad, seriedad y buen sentido del humor!

    En Melilla hubo un chino apellidado López, que al parecer había sido adoptado.

    ¿Cuantas tiendas comercios y edificios he visto desaparecer? Muchísimos! Pero también he visto nacer muchísimos otros nuevos! Ley de vida, al igual que con nosotros mismo, desaparecemos unos, y vienen otros, unos quedan en el recuerdo y otros se esfuman como si no hubiesen existidos!

    La Vida

  9. Buen día amigo hospitalario, una pregunta quiero hacerte: ya que El Alminar nos permite recordar barrios antiguos, tiendas o cafeterías, como la mítica confitería España, consumía sus pastelitos (me chupo los dedos), muy a menudo. Me pregunto si te suena «Café Musical» o era «Café Melilla»? Allá por los años 90 y principios de 2000, creo que solo había un sitio en Melilla que tenía máquinas recreativas. Las había de juegos arcade, flipper o pinball, futbolines etc. Me parece que ya ha desaparecido, permaneciendo solo las tragaperras. En todo caso, era «Café Musical» o «Café Melilla»? Gracias.

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