Arrancar de cuajo


                 Se arranca de cuajo un árbol emplazado en un determinado lugar durante décadas para llevarlo a un lugar cercano o alejado, da igual, porque lo que desaparece de nuestro entorno se acaba olvidando. Sin embargo, el desarraigo no solo afecta a los árboles, sino también a las personas. Cuando hay un transformación constante del medio urbano, las personas dejan de sentirse identificadas con las ciudades y ya les da igual lo que suceda con ellas. Se puede arrancar un árbol, demoler una estación marítima, o arrasar un bulevar para hacer una rotonda extraña y prescindible, sin que apenas se alcen mas de un puñado de voces en contra. Eso el Poder lo sabe y por eso se comporta de la manera en que vemos. En Burgos, en el barrio de Gamonal, la gente se opuso a que se les destruyese el entorno en el que llevaban toda la vida viviendo, y evitaron la puesta en marcha de un bulevar como otro cualquiera. Esta es la clave, mantener el carácter de las ciudades y de los barrios, combinándolo con el necesario desarrollo urbano. Conseguir que las ciudades sean habitables, cálidas  y no un reino de cemento y pavimento extendido sin límites y encima mal cuidado. En un principio quisieron tirar todo, como los bloques de las calles de las Infantas Elena y Cristina y todavía no parecer haber renunciado a sus pretensiones de hacer lo mismo con los de Álvaro de Bazán.

                    Con estas acciones también se arranca de cuajo recuerdos y se reduce la vinculación de las personas con su entorno. Todo está perfectamente estudiado por los poderes que mueven el mundo, para tener así cada vez menos resistencia de la ciudadanía ante sus planes.  Se impone tal ritmo a las reformas, sena del tipo que sean, que luego ya es difícil formar redes de resistencia ante sus acciones de demolición. Estamos ante el «divide y vencerás» pero a escalar universal. Hoy destruyen un árbol, un barrio, o cualquier otra cosa, pero mañana o en cualquier momento, liquidan un país completo. Ucrania es el último de esta lista. Todo lo estamos viendo antes nuestros ojos y todo los que nos dicen por sus medios de comunicación, es absolutamente mentira. Casi no hay modo de saber qué es lo que está pasando.

               Todo está pasando demasiado rápido en Melilla, en este corto pero intenso mes de febrero, el mes que está en medio del invierno.

5 comentarios en “Arrancar de cuajo

    • Conforme pasa el tiempo se ve con más claridad que tenían unos fines concretos y unos medios planeados para conseguirlos, que por el momento van dando resultados.

  1. Según he leído, Isa, estas políticas ´de demoliciones del Estado social que se están ejecutando ahora, empezaron a planearse en la época Reagan/Tatcher. Todo debe ser escrito de una manera más, pero tenemos tiempo. Hay que sumar más apoyos, concitar más atención. Veo que sigues entendiendo de qué va El Alminar, aunque parezca que solo hablamos de cosas aparentemente triviales. Este es el año de la predicación en el desierto. Lo parece pero no estamos solos.

      • Siempre se escribe sobre un tema, pero los hay cerrados y otros abiertos, en donde se envían vectores en diferentes direcciones. Escribir sobre una rotonda, una acera o un bache tiene escaso interés, por lo que hay que aprovechar el texto para buscar dobles o incluso triples sentidos.

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