Podemos en Vistalegre


    

         ¿Son camaradas las ratas?, se preguntaban los animales tras haber derrocado a los humanos en la antigua Granja de Manor, y a la que en adelante llamarían Animal Farm. El éxito inesperado sobre el granjero Jones trajo grandes problemas a los animales. Lo mismo ocurrió en 1917 y el gobierno provisional de Aleksander Kerenski, que se derrumbó demasiado rápido. El mismo paralelismo se puede realizar con el triunfo de Podemos en las elecciones generales de diciembre de 2015, en las que alcanzaron la cifra de 69 diputados. Esa enorme masa de poder, que a Pablo Iglesias no le pareció suficiente, les otorgó dos fuerzas opuestas, una centrífuga y otra centrípeta. Aquí solo hablamos del modo y el método en la dirección de un partido de izquierdas. Comparamos actitudes políticas y no a personas.

                 La fuerza revolucionaria de 1917, de la que se cumplirán ahora 100 años, era un complejo cosmos de ideales, visiones diferenciadas y muy plural en su formación. Mientras Lenin vivió, no hubo problemas, pero tras su ataque cerebral surgieron las dentro del movimiento bolchevique por hacerse con el control del partido. Todos consideraban, hasta el mismo Stalin, que no podía caerse en el error de la dirección única, ni en la creación de un solo líder. Iósif Stalin, el antiguo seminarista del que nunca se podrá decir la última palabra, ideó sin embargo un lema excepcional, rigurosamente revolucionario: El personal lo decide todo. El modelo en un partido de izquierdas era y es algo esencial, los otros ya sabemos como son. En un principio todo fue un debate democrático de ideas y visiones del mundo y de la revolución. Eso sí, la agresión del Sistema capitalista contra la Revolución triunfante fue total, sin tregua y desde el principio. Esa agresión provocó importantes cambios en la propia trayectoria de los revolucionarios rusos, y probablemente ayudó más que ninguna otra causa, al triunfo democrático de Stalin, sobre el partido comunista ruso.

              George Orwell no pudo publicar su Animal Farm (Granja Animal) hasta 1945, tras la victoria aliada en la II Guerra Mundial, porque la Comunidad Internacional no quería disgustar a Stalin, al que consideraban como un gran estadista amigo y el principal artífice de esa victoria, esto último absolutamente cierto. Orwell reconoció varios errores, en un prólogo que nunca insertó en el libro. Uno que identificó demasiado claramente a los bolcheviques con la victoria de los cerdos en la Granja de Manor, otro el haber escogido ese animal como metáfora, y el tercero el haber ridiculizado en demasía las capacidades del propio dirigente revolucionario, Napoleón (Stalin), frente a Snowald (Trotsky). Esto también le llevó a considerar que los que consideramos como libertad de expresión y pensamiento varía según las circunstancias reinantes. Lo que hoy es considerado como bueno, puede ser malo una década después o viceversa. Los revolucionarios franceses y sus indudables e incuestionables valores, organizaron un baño de sangre, durante un periodo que es conocido como El Terror (Terreur).

           Stalin insistía en la necesidad de hacerse con todo el poder y todos los resortes del Estado, mientras que Trotsky pensaba en la necesidad de buscar alianzas y exportar la revolución para poder sobrevivir. Esto último es  lo que hoy llamaríamos transversalidad, concepto defendido por Iñigo Errejón, frente al hegemonismo pretendido por Pablo Iglesias, quien defiende la  necesidad de la destrucción política de los partidos de La Casta (PSOE y PP), para poder alcanzar el Poder e iniciar los cambios y transformaciones sociales necesarias. Tras la caída de Trotsky, por sus propios méritos y deméritos, ya solo quedó barrer la segunda línea, la de Kamenev, Bujarin y Zinoiev. Es esta segunda línea la que parece haber caído en Vistalegre II, con el respaldo del 90% al modelo de líder único, frente a la siempre difícil dirección colegiada. Esta es la interpretación fácil, la más directa. El modelo de Podemos es mucho más complejo y es difícil pronunciarse sobre qué concepto de partido y dirección ha triunfado. Habrá que estar atentos a si se camina hacia la dirección colegiada o comienza la purga.

       Lo que queda claro siempre, como dijera el propio Engels, es la capacidad de transformación de la burguesía, la clase más revolucionaria que existe. Frente al modelo de Estados socialistas, ofrecieron el «Estado del bienestar. Desaparecido, sin posibilidad de recuperación, el modelo antagonista, procede ahora al desmantelamiento del Estado protector. Todas las propuestas iniciales de Podemos, que parecieron tan atractivas y novedosas, ahora son ya asumidos por el sistema, pero sin haber producido una solo modificación legislativa para acabar con la corrupción y los privilegios de la clase política.

            La aparición de Podemos transformó actitudes y provocó cambios en la mentalidad con la que se enfocaba y toleraba la corrupción. Podemos es el partido de la gente que no estaba representada, o que ya no se sentía representada por los partidos de «la casta». ¿Se convertirá en un partido más del sistema, o éste asimilará sus propuestas más osadas y las acabará convirtiendo en algo propio?. Pero toda la gente, la del PP, la del PSOE, la de Ciudadanos, sale de la misma sociedad. O se transforma la sociedad y las mentalidades dominantes o los cambios tardarán en materializarse. Lo ocurrido ha resultado decepcionante.

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