La ciudad de los 1700 ficus
Las podas constantes y amplias están descubriendo muchas cosas, entre otras la de la mala salud de muchos árboles en Melilla, la ciudad que un día tuvo 1700 ficus, según reconocía el concejal de la Unión Melillense Independiente en 1982. La plantación masiva de ficus, del tipo retusa, se llevó a cabo en las décadas de 1940 y 1950, algo que el entonces concejal encargado del área fue un error, «por su poder destructivo» sobre las aceras y el pavimento. Error o no, el caso es que los árboles están ahí y cada vez en peor estado, algunos incluso completamente secos o muertos.
El rápido crecimiento de los ficus es un hecho cierto, pero cuando se le somete a podas racionales y a su debido tiempo. La frondosidad de la copa de los ficus oculta a veces que una parte del ramaje del árbol ya está seca, o incluso también su tronco. En la calle de La Legión hay un ficus seco, y en otras calles se pueden observar partes del tronco igualmente secas o incluso en grave deterioro. Hay ramas y troncos que pueden partirse en cualquier momento, o en el siguiente vendaval.
El estado del arbolado es pésimo. Melilla pierde la vegetación de sus calles. En esta primavera se podrá comprobar qué cantidad de arbolado no volverá florecer y que precisará replantación. Urge un nuevo plan para el arbolado de Melilla, que no sea solo ornamental, que también se encuentra en una situación lamentable. Hay que retirar los árboles secos y plantar otros nuevos dentro de un plan de reforestación, que tenga en cuenta el clima, la flora de la zona y la ¡ necesidad de sombra para el tiempo cálido.