Media luna de abril


           Las lluvias de abril caben en un barril, dice el refrán, o sea, que se inicia el tiempo seco. Este refrán se completa con el de «en abril, poca lluvia y nubes mil». Nunca se debe uno fiar de la apariencia del día, porque puede  hacer frío.   No se debe podar en este mes porque «en abril poda solo el ruin». En Melilla da igual porque la poda es permanente, sin embargo, esta advertencia es recogida por la mayor parte de los refraneros. Algo de verdad debe tener, como casi todos los refranes.

            El carácter del mes es muy incierto y engañoso: «abriles y señores los más traidores», refrán que concentra toda una teoría de la lucha de clases. El cualquier tiempo y lugar, se debe hacer lo justo y lo que corresponde, ni quedar en evidencia por más, ni por menos , como sentencia el siguiente refrán: «no hagas tantas mercedes que traigas manos por las paredes» . En esto también se abunda mucho en estos consejos populares.

          Abril resulta pues muy incierto, y también es mes de semana santa en el mundo católico romano, lo que equivale a angustias y temores por sus lluvias, que estropean más de una procesión. No suelen ser muy copiosas pero más vale no arriesgarse. La incertidumbre hace a veces más gratas las cosas.

           En abril empiezan a verse las golondrinas y otras aves migratorias, como el cuco: «A tres de abril, el cuclillo ha de venir». Una espléndida media Luna se levantaba radiante sobre el cielo del atardecer. En la media luna se mostraban nítidos y diáfanos sus cráteres. Cuando la Luna es llena, no pueden apreciarse sus relieves. A veces el contraste es bueno para apreciar los detalles. Ni demasiada luz, ni poca. ¿Son especiales las lunas de abril?. Quizá sí, quién sabe. Es esa mitad perfecta entre luz y sombra lo que la hacía más llamativa. La media luna en la noche no es lo mismo. Sobre fondo negro no resulta tan atractiva. El misterio de la Luna nos acompaña a lo largo de toda la historia humana.

 

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