Sanjurjo reposa ya en Melilla


 

   El Alminar de Melilla

                    Sanjurjo, dos veces golpista, enterrado en secreto en Melilla

          El general Sanjurjo fue siempre considerado como «el salvador de Melilla», de hecho todavía un barrio de la ciudad lleva su nombre; tras los sucesos de 1921. Él fue el general al frente de las tropas desembarcadas en la ciudad entre los meses de julio y agosto. Un total de 28.000 efectivos militares, de los que Franco solo era un oficial más. Nada hay que decir de una biografía bélica sobradamente conocida.

             Tras proclamarse la República en 1931, Sanjurjo fue uno de los militares más activos en su contra, liderando en agosto de 1932 una sublevación fracasada, que fue conocida como «la sanjurjada». Uno de los encargados por Manuel Azaña, Jefe del Gobierno,  para reprimir la sublevación fue el también general Manuel Romerales, que tomó el cuartel de La Montaña. En Sevilla, en donde estaba Sanjurjo, el encargado de detenerle fue el general González. Tras fracasar su revuelta huye a Portugal, confirmando la impresión de Azaña en sus diarios: «o es un cobarde o un traidor».

               El boletín carlista Siempre p´alante descubre un secreto de Estado

          El 16 de noviembre de 2016 son exhumados en Pamplona los restos mortales de los dos cerebros del Alzamiento militar de 1936,  Emilio Mola y José Sanjurjo. Hasta esa fecha estaban en el mausoleo franquista de Los Caídos de la capital Navarra, junto con otros seis golpistas. La exhumación de los restos se lleva a cabo con un acuerdo del Pleno del Ayuntamiento de Pamplona, con tutela judicial y el beneplácito del arzobispo de Pamplona. Se trata de hacer cumplir la Ley de Memoria Histórica y la que impide que existen enterramientos fuera de los cementerios, excepto catedrales y edificios religiosos. Los familiares del general Sanjurjo se opusieron a la decisión municipal y criticaron a La Iglesia por autorizar o bendecir el traslado.

                    Entierro con honores en el Cementerio de La Purísima

             La información y el traslado de Sanjurjo a Melilla fue considerado como «Secreto de Estado». Los restos mortales del general José Sanjurjo y Sacanell fueron conducidos y custodiados hasta Melilla por una delegación de alto rango del Ministerio de Defensa. La ceremonia de inhumación fue efectuada en el Pabellón de Héroes de Regulares del Cementerio de Melilla, presidida por todas las autoridades civiles y militares de Melilla. La información era también conocida por el núcleo duro de la nomenclatura cultural de la ciudad. Aparte de ellos nadie más sabía nada, aunque tras esta publicación, varios miles afirmen haber conocido el hecho.

          Sin embargo, el boletín quincenal Siempre p´alante, editado por el tradicionalismo católico navarro, descubre sin rubor alguno, todo lo que en Melilla y en el resto de España ha querido esconderse. Esto es, que se destinan varios miles de euros para enterrar en la ciudad de Melilla, en una operación secreta a un general dos veces golpista, mientras que siguen existiendo cientos de fosas comunes con miles de republicanos enterrados de manera anónima, y que jamás serán localizadas ni identificados. Para todos esos defensores de La república, no hay un solo euro gubernamental.

           Dice el Boletín tradicionalista que «no nos merecemos a Sanjurjo», se ve que Melilla sí. El entierro, celebrado con todos los honores militares, se efectuó el pasado día 23 de marzo. No les ha durado mucho el secreto.

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El regreso del Oráculo


              La necesidad psicológica de adelantarse a los acontecimientos y a su resultado, favorecieron la consulta a los oráculos. Reyes, generales, emperadores tenían adivinos a su alrededor, ofrecían sacrificios expiatorios y realizaban cuantiosas donaciones para favorecer la influencia de los astros, o torcer el curso de la fortuna.

          Griegos, romanos, egipcios, persas y árabes desarrollaron ampliamente la «ciencia» astrológica. En la España musulmana eran muy frecuentados los «astrólogos moriscos», incluso el rey Felipe II tenía un astrólogo personal, que le elaboraba cartas astrales. En el mundo romano fue muy conocida la relación del emperador Tiberio y el astrólogo Trasilo. Que nadie piense que esto es algo propio y circunscrito a las clases bajas. Son los poderosos y las gentes adineradas quienes más recurren a este tipo de consultas. Son de sobra conocidos los nombres de los grandes «supercheros» mediáticos que encandilaron a la llamada Jet Society, y que hicieron grandes sumas de dinero a costa de hacer predicciones basadas en el sentido común y en el cálculo de probabilidades.

         Hace algunos años, encontré en una librería de libros antiguos una pequeña joya literaria, el Oráculo de la Fortuna y del Amor, en traducción y compendio del antiguo sabia árabe Ben-Ayud Abd-El IX, que a su vez se sirvió de antiguos libros egipcios sobre astrología. Se trata de un musulmán hispano del que no hemos encontrado más referencias. El libro está editado en Barcelona en 1901. Es una sencilla de color rojo con dos docenas de números en la que debe señalarse un0 con un  punzón, tras haber seleccionado ante una de las 180 preguntas a las que se quiere dar respuesta. Luego una serie de tablas numéricas de cálculo nos llevará a escoger otro número, con el que seleccionaremos una de las doce respuestas diferentes para cada pregunta. Es un juego, un acertijo, una probabilidad que se cumplirá o no.

                                  La aparición del maestro Mamady

             En las pasadas navidades la ciudad de Melilla se inundó con la publicidad de la vidente Laura, que pasados dos meses huía de la ciudad tras acumular decenas de denuncias por «presunta estafa». Hace no mucho, supimos que la vidente brasileña había sido detenida en Bélgica junto a su compañero. La vidente Laura tenía su consulta en el barrio del Real. Por eso, resulta ahora llamativa la aparición del maestro, vidente y curandero africano Mamady, ofreciendo un amplio campo de acción, y experiencia en «alta magia africana». En los parabrisas de los coches aparece la publicidad del vidente africano, y también en la sección de anuncios de un periódico local. Como en la ocasión anterior, hay una rápida y extensa campaña de publicidad. Se puede llamar a un teléfono,  y se ofrece la posibilidad de «atención especializada en domicilio».

         No hay posibilidad de actuar sobre el azar, ni de adivinar el más mínimo acontecimiento relacionado con el futuro de una persona, ni de alterar el destino, ya sea de modo individual o colectivo. Aun así y como juego o divertimento, el oráculo del sabio árabe resulta muy entretenido, como la consulta de los horóscopos.

           Estudiaremos la posibilidad de colocar la rueda de la fortuna, y los listados de preguntas, para que quienes quieran, escojan un número, y desde El Alminar ofreceremos la respuesta.