El aparcamiento que nadie ha usado jamás
Son muchos los misterios que envuelven este extraño pabellón de deportes, de estilo moderno y avanzado, pero nadie habla y no se da cuenta de ellos. ¿Quién fue el arquitecto director del proyecto, por qué se retrasaron tanto las obras, cuánto costaron realmente?. En Melilla, la ciudad de la omertá y de la censura nadie da respuesta a casi nada. Todo el mundo lee, los más atrevidos clican un «me gusta» y poco más. Eso sí, las cifras de lectura del Alminar no bajan y se mantienen en un nivel muy aceptable, pese a la pequeña dimensión de la publicación y su modesta frecuencia (una publicación cada dos días).
En el ya remoto origen del Alminar hace 6 años (hay muchas cosas que ya no existen y nos acompañaron en su creación), siempre tuvimos un espacio y atención para las obras de este revolucionario pabellón de deportes, puesto que las obras acumularon tantos retrasos y problemas que llamaron la atención de todos/as. Entre las muchas leyendas imposibles de confirmar, se habló de un modificado del proyecto porque la cubierta no estaba bien planteada, la inundación de los bajantes si se usaban las duchas y aseos, o el extraordinario calor en su interior porque el aire acondicionado no es suficiente.
El caso es que lo que se proyectó como el mayor pabellón de deportes después del Ciudad de Melilla o Javier Imbroda, se quedó en uno de los mayores fiascos de la ciudad, si es que fuese posible elaborar una categoría así. El más grande fiasco son los Torres V Centenario.
Una pequeña noticia aparecida en la prensa en el pasado mes de junio, alertaba de la mala situación del revestimiento de la fachada, con la caída y desprendimiento de las losas de la fachada. Algún usuario del pabellón realizó las fotografías y envió la nota a la prensa, bajo el más estricto de los anonimatos. Desde entonces no ha habido ninguna respuesta por parte de los responsables de su construcción y mantenimiento, esto es, el gobierno de la Ciudad Autónoma de Melilla.
Sin embargo el misterio mayor es explicar el por qué nunca se ha podido utilizar su aparcamiento, además de la evidente razón de que el carril de entrada y salida (es conjunto) atraviesa la parte trasera de la pista de juegos y comparte ruta con el acceso a la zona de administración y vestuarios del pabellón. La utilización del mismo carril para entrada y salida es en realidad un callejón sin escape posible. También resulta muy notoria la estrechez del mismo, la dificultad para moverse con coches que no sean de juguete dentro de él, y la falta de salidas de emergencia.
Nota:https://elalminardemelilla.com/2012/09/03/el-inacabado-pabellon-garcia-pezzi/