Restos de amianto en el callejón de La Marina y el Colegio España
Hace menos de un año era un problema oculto, ahora es una verdad incómoda. La uralita, el fibrocemento, el amianto, envenena nuestro medio ambiente, y está presente en toda la ciudad. Pese a la enorme magnitud del problema, el Gabinete de Seguridad e Higiene ha estado varios años con el puesto de responsable sin cubrir. Se trata de uno de los mayores problemas que tiene la ciudad, en materia medio ambiental.
La uralita está presente en los grandes edificios, en todos los acuartelamientos, en dos pabellones deportivos, en los garajes de la COA, en la cubierta de algunas zonas de aparcamientos, en el Museo del Automóvil y en todos los bidones de agua de la zona antigua de la ciudad. Son varios miles de m² de amianto que permanecen a la espera de ser retirados. Resulta incomprensible que no exista ni siquiera un plan para hacer frente al problema.
Lo que ya está identificado no puede ya ser eliminado sin más, como se ha hecho años atrás, pero cada día saltan nuevas sorpresas, o se ven placas de uralita cubriendo casas, o lugares insospechados. Ahora hemos detectado otro peligro, el de la eliminación clandestina de uralita, y los restos olvidados de amianto. Esto nos ha llevado a la puesta en marcha de la «alerta amianto», que consiste en localizar e identificar restos abandonados de uralita.
En la pasada semana, dos colaboradores del Alminar nos informaron de la existencia de restos fragmentados de amianto en el Colegio España, y en uno de los senderos del callejón de La Marina, siendo estos últimos los de mayor tamaño e importancia. Los del Colegio España consistían en unos restos olvidados de las obras de adecuación del colegio, realizadas allí hace 4 años. En el callejón hay varias placas, situadas en zonas próximas. También hemos visto trozo perdidos de uralita muy diseminados.
El Servicio de Protección de la Naturaleza, de la Guardia Civil, está muy activo y atento al problema. La actuación a seguir si se localizan restos abandonados de uralita debe ser llamar a este servicio (SEPRONA), identificando correctamente su ubicación, para que su retirada se lleve a cabo con seguridad. Los restos fragmentados son rociados con un líquido que fija las partículas volátiles. Ante la presencia del amianto, se debe portar una mascarilla de protección respiratoria del tipo FFP3.