Cosas que no suceden


           Si no hay observador, no hay hecho observado. Para que algo exista debe darse cuenta de ello. A veces, las cosas suceden tan rápido, que no da tiempo a escribirlas, o incluso suceden tantas veces, que ya no se distingue unas de otras, o incluso parece la misma, o no haber sucedido nunca.

              Para hacer una rotonda en la plaza del 1º de mayo, en donde está el demonio Crono, se arrancaron árboles hace mucho tiempo*, y dimos cuenta de ello. Luego los árboles fueron trasplantados y murieron **, y también lo escribimos. Parece que siempre escribimos sobre lo mismo, pero no, porque se trata de acciones diferentes, muy separadas en el tiempo.

            Hace no demasiados días volvieron a reponer los árboles del lugar en donde fueron colocados,  tras ser arrancados de su antigua posición en la calle Duquesa de La Victoria. Aquellos árboles trasplantados murieron, y la acera estuvo meses sin los ficus. Ahora han vuelto a colocar allí dos ejemplares, procedentes de algún lugar indeterminado. Tras varios días asentados en el lugar maldito, parece que seguirán la misma suerte que los anteriores.

            Un edificio histórico de un siglo de antigüedad (con un bello voladizo de artesonado de madera), que han conocido generaciones enteras, desaparece en una semana y ya nadie se vuele a acordar de él. Hay árboles que no se reponen nunca de esas podas y talas salvajes; y edificios de los que nunca más se vuelve a saber.

            Notas:*https://elalminardemelilla.com/2014/02/03/los-arboles-sobrantes/; **https://elalminardemelilla.com/2014/05/25/la-vision-de-los-arboles-muertos/

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El cementerio de los árboles


         Hay demasiadas cosas extrañas en Melilla, como este cementerio de árboles, que en realidad están sirviendo como delimitación de una parcela de la que tampoco se sabe la finalidad. Creíamos que en Melilla teníamos una escombrera, ubicada junto al nuevo y denostado (por el Gobierno local), paseo marítimo de Horcas Coloradas, sin embargo, este lugar está  también lleno de escombros y de los áridos procedente del  vaciado del solar de Isla de Talleres. Quizá estén acumulando los áridos para el posterior relleno de la «ampliación del Puerto de Melilla», obra magna que no se nos va a olvidar por mucho que gobierne Mariano Rajoy. La acumulación de áridos en una zona no destinada a ese uso no está permitida por la normativa legal, o quizá se trate de un «nuevo negocio» y estos áridos estén destinados a ser vendidos en otras labores de relleno, tanto de Melilla como de otras zonas limítrofes, pero dentro de Marruecos. El comercio de áridos es muy interesante. en cualquier caso, se deberían dar explicaciones, tanto por parte de la Consejería de Fomento, de la que dependen las obras en Melilla, como de la Consejería de Medio Ambiente, de la que depende el uso del terreno y sobre todo, en zonas de ramblas y de posibles riadas, como son éstas. Además, queda preguntar el porqué se acumulan aquí estos áridos, existiendo ya otros lugares en los que se permite depositarlos, e incluso un vertedero de escombros.

            ¿Cuéntan estas actividades y estos depósitos de materiales con los preceptivos y necesarios permisos?. ¿ Es legal todo esto?. Alguien debería responder en los próximos días.