En busca del ruiseñor de África, el Bulbul naranjero
En días pasados llamó nuestra atención una abullonada ave que nombramos como «Curruca mirlona». Nunca nos habíamos fijado en ella, también porque cada vez quedan menos jardines con suelo de tierra, en donde las aves puedan cumplir con su ciclo vital. Los sonidos de la naturaleza, de los cantos de las aves es uno de los más agradables, cada vez se escuchan menos en la ciudad. Las podas constantes y deforestadoras están rompiendo su ciclo de reproducción y anidación. Se altera el habitat de las aves y estas desaparecen de las ciudades.
La Curruca mirlona y el Bulbul naranjero son aves de muy rara presencia, de hecho no existen en toda la península ibérica. Solo se habían registrado pequeñas poblaciones en Ceuta y ahora en Melilla, donde según nuestros datos están presentes desde hace 5 años, fecha de la primera observación del Bulbul naranjero. Aún así, es bastante difícil distinguir a unos de otros, pues hemos visto centenares de fotografía con una gran similitud. La investigación más exhaustiva, la localización de una colonia de estas aves, ha hecho que todo se decante hacia el Bulbul naranjero, que puede calificarse como una joya ornitológica en nuestras calles. Es una ave muy hermosa, de entrañable aspecto, de tupido plumaje y llamativo canto. Al Bulbul naranjero se le conoce como «el ruiseñor de Africa».
Son aves que llaman la atención, desconfiadas, pero también muy curiosas. Atraen la atención con sus trinos, y luego aparecen y desaparecen de modo continuo. Para anidar, vivir a gusto y cumplir con su ciclo vital, necesitan un pequeño jardín, con vegetación abundante y suelo de tierra, en la que poder esconderse y también alimentarse. Ya sean currucas mirlonas o bulbul naranjero, son dos aves de las que podemos sentirnos orgullosos de su compañía, pues apenas se detectan colonias estables en estas latitudes, y en un asentamiento urbano.
No vamos a identificar el lugar, pero forman un perfecto y pequeño ecosistema en compañía de los mirlos, aves astutas y de buen agüero, consideradas sagradas en otros tiempos. La presencia de los mirlos se asocian al ángel Uriel.
Un lugar maravilloso, sin duda. Gracias por tu descubrimiento, Hospitalario.
Gracias, Juan. Al final se trata del bulbul naranjero, igualmente único en estas tierras. De igual modo, rectificando la decisión anterior, nombramos al bulbul naranjero como mascota del Alminar. La curruca no está por aquí, que sepamos.
Haz clic para acceder a bulbul_naranjero_tcm7-21676.pdf
Muy acertada decisión.
Es un ave netamente africana.
Distribución en África del Bulbul común o naranjero. https://www.birdguides.com/species/species.asp?sp=120023
Hospitalario, gracias por la documentación que aportas. Enlaces que me sirven para conocer mucho más a éstas encantadoras aves que llegan a nuestra ciudad.