Después del temporal siempre viene la calma. Esto es cierto y también lo es que hemos tenido un gran temporal, no de febrero, sino de marzo. Estamos en pleno proceso de cambio climático y muchos refranes meteorológicos, lo hemos dicho ya muchas veces, están dejando de funcionar. Tras el temporal, es hora de evaluar daños y de ver cómo han resistido las infraestructuras creada por la mano humana.
El el puerto deportivo de la ciudad, el llamado Noray, existía un pantalán flotante, de hecho todavía existe pero semihundido. Es lo que se ha llevado un golpe de mar. Algo que suele apreciarse con grandes temporales, como el padecido esta semana, es que lo nuevo suele resistir menos que lo viejo, y lo mucho más antiguo, mejor que lo moderno.