La izquierda española, entre Pedro y Pablo
¿Puede el socialismo regresar a la izquierda?. Según los manuales marxistas no, pero los partidos comunistas han desaparecido como tales, y el espacio de izquierdas sigue ahí, esperando a quien les represente. En diciembre de 2015, la derecha española alcanzó su suelo electoral, quedando con 115 diputados. Nunca han estado ni estarán tan débiles. El gran error que perseguirá siempre a Podemos y a Pablo Iglesias, es no haber dejado gobernar al Partido Socialista, con el apoyo de Ciudadanos. El objetivo equivocado de Podemos era la destrucción de los socialistas, cuando la lógica política demandaba gobernar con ellos, alcanzar acuerdos, y reducir el poder de la muy beligerante derecha española.
En las elecciones de junio de 2016 la derecha empezó su recuperación, y la izquierda siguió su lento descenso, en votos y escaños. Cuando el jabalí está herido, o se le remata, en términos políticos, o se levantará y acabará contigo.
Pablo Iglesias despreció siempre en lo personal a Pedro Sánchez, al que llamaba «el profesor de universidad privada». En la actividad política no debería existir el espacio para la enemistad personal, porque ambos, Pedro y Pablo, conviven, luchan y son mantenidos por el mismo lecho de votantes, que lo que querían es que hubiesen gobernado juntos, en la fórmula que fuese, para desalojar a la derecha del Poder. Ahora siguen en proceso de recuperación y en aumento de la expectativa de votos. Un partido socialista sujeto o vigilado desde la izquierda por una fuerza como Podemos, era lo que demandaba el electorado en diciembre de 2015.
Operación Triunfo socialista
Melilla, la gestora del partido socialista que preside Gloria Rojas, y la militancia socialista está volcada claramente con Pedro Sánchez, en su intento de llevar al partido socialista de nuevo a la izquierda. No sabemos lo que sucederá en el Congreso socialista de Junio, y más cuando la maquinaria de Ferráz se ponga en marcha y avance como una locomotora diésel contra Pedro Sánchez. El socialista Sánchez ya sabe lo que es ser triturado por el implacable «rodillo de Ferraz». Una sola palabra de Felipe González y estás perdido. Lo tiene muy difícil, pero peor lo tendremos los españoles y no logra establecerse una alternativa sólida a la derecha. Casi todos los rostros conocidos del socialismo melillense estaban en el salón de Hotel Tryp Melilla-Puerto. Allí pudimos juntar a los dos primeros delegados de gobierno melillenses, Manuel Céspedes y Gregorio Escobar. Ambos sufrieron el duro acoso político de la derecha melillense.
Lo que digan ahora no es tan importante como lo que hagan después. Melilla necesita un cambio y una alternativa, después de 26 años de gobiernos locales del Partido Popular.