La guerra del Estrecho: Armas y Acciona


       Estuvieron muchos años convenciéndonos de las bondades de la economía de mercado y de la  libre competencia, pero nos estaban engañando. Nos hacen caminar sin remedio hacia los monopolios, ya sea en el sector bancario, en el de la alimentación, en el sanitario, o en el de los transportes.  La desaparición del control del Estado sobre importantes sectores económicos solo trae la pérdida de calidad, la desregulación, y el lucro privado, pero no a cambio de calidad.

                  Cuando José Mª Aznar liquidó Trasmediterránea

     La etapa del gobierno de José Mª Aznar fue una de las más corruptas de nuestra reciente historia democrática. Su tan repetido milagro económico no fue otra cosa que «hacer caja» a base de vender o privatizar empresas que hasta ese momento eran estatales, como Telefónica, Iberia, Argentaria o la propia Trasmediterránea, cuya titularidad acabó en manos de empresas o amigos del círculo íntimo del Poder. Todos los grandes escándalos de corrupción que ahora se investigan y juzgan, se fraguaron en la casi década de 1996-2004 (Valencia, Madrid). Se vendieron las joyas de la corona.

      Trasmediterránea fue privatizada en 2002 en medio del escándalo político, ya que la oposición acusó al Gobierno de Aznar de favorece a «amigos» del Poder. El consorcio de Acciona estaba participado entre otros por el ministro Abel Matutes o incluso la naviera Armar. El pago total, según la cifras de la época fue de 260 millones de euros (1). En el momento de su privatización, Trasmediterránea generaba unos beneficios de explotación de 25 millones de euros. Los sindicatos UGT y CCOO estuvieron de acuerdo en el proceso, porque se «mantenía el volumen de empleo», algo que a la postre no resulto cierto.

                            La extraña venta de Trasmediterránea

    Armas es un naviera que opera en las Islas Canarias, con un capital social de 28 millones de euros y según el capitán de marina mercante Rafael Roselló, tiene 700 millones de euros de deuda en hipotecas marítimas, por lo que difícilmente podría hacer frente a la compra de una compañía como Trasmediterránea. Se trataría pues de una maniobra especulativa y presuntamente fraudulenta. La oferta de 0€ por el contrato marítimo de las líneas de Melilla con la península por parte de Acciona, debió hacer saltar las alarmas, sin embargo todo fue dado por bueno por el Ministerio de Fomento.

    El capitán de marina mercante Rafael Roselló ha dirigido y presentado escritos denunciando toda esta situación en la Fiscalía Anticorrupción, en la Comisión Nacional del Mercado de Valores, en la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia y en el Ministerio de Fomento. También ha dirigido una carta al Presidente del Gobierno Mariano Rajoy, dándole cuenta de todas sus averiguaciones, y se le ha respondido agradeciéndole sus averiguaciones, de las que se informará al presidente del Gobierno.

   La primera pregunta que surgiría es la de porqué es un ciudadano común el que realiza todas estas averiguaciones y denuncias, y no el propio gobierno de la ciudad. En este caso sería porque o no se enteran de las maniobras o están fuera de los circuitos de información. En el caso del Gobierno de la Nación y de sus  entidades de vigilancia, en opinión del capitán Roselló, sería porque los intereses son tantos y tan fuertes, que simplemente dejan hacer, cuando en realidad deberían intervenir. Lo que no dejan dudas son sus escritos a todos los organismos en instituciones mencionadas y que se han publicados en medios de comunicación independientes (2).

   Tras anunciar la venta de Trasmediterránea, la cotización de Acciona se disparó en Bolsa, a la vez que la naviera Armas lanzaba una ampliación de capital por valor de 300 millones de euros (3).

              Las consecuencias de la compra de Trasmediterránea para Melilla

    Trasmediterránea ha estado mal gestionada por Acciona, en opinión de Roselló, pese a lo cual el último ejercicio se saldó con un unos beneficios de 16 millones de euros. Se han perdido empleos y se ha perdido calidad de los mismos. Si el Estado no impide la compra de la naviera Trasmediterránea por Armas, se perderán líneas y enlaces con la península (de momento ya se han perdido todos los barcos rápidos); y lo que sería más preocupante, la posible entrada en el puerto de Melilla de la naviera marroquí AML (https://www.aml.ma/es/).

      En opinión de Rafael Roselló, el Estado debe impedir esta venta o compra fraudulenta, y permitir que una nueva operadora marítima, que ya está en formación, se haga con Trasmediterránea, cuyo valor real apenas supera los 50 millones de euros, y no los 260 que Armas va a pagar por hacerse con la naviera más clásica del Estrecho. Este nuevo consorcio marítimo cuenta con la participación de armadores, marinos profesionales y navieras. Su objetivo es salvar Trasmediterránea como marca, reflotarla y modernizarla.  Todo está en juego en este momento, desde el cabotaje nacional, hasta la propia marina mercante española, en opinión del capitán Roselló.

Notas:

(1)https://cincodias.elpais.com/cincodias/2002/08/02/empresas/1028295587_850215.html

(2)https://www.elestrechodigital.com/destacado/denuncia-una-presunta-alteracion-las-cotizaciones-acciona/

(3)https://www.elconfidencial.com/empresas/2017-10-25/acciona-trasmediterranea-naviera-armas-venta_1466454/

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3 comentarios en “La guerra del Estrecho: Armas y Acciona

  1. Es descarado que la línea de Motril va a desaparecer y me aventuro que la l´´inea con Almería será operada por una naviera marroquí.

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