La última imagen de este árbol junto al mercado del Real fue tomada hace un año, en mayo de 2017. La poda constante y total, año tras año, echa a perder la solidez del árbol, sus ramas principales y seca sus troncos. El árbol pierde luego su resistencia frente a los vendavales. El terreno sobre el que se asientan es también muy importante, para que se enraícen y se agarren con firmeza al suelo.
En esa última imagen una solitaria hoja verde parecía pedir auxilio. Era su último soplo vital. Si no lo hubiésemos fotografiado no podríamos mostrarlo. Ha pasado un año desde esa fotografía y el árbol ya solo es leña y un vago recuerdo que termina disolviéndose. En su lugar, y a modo de expiación han instalado allí unos macetones, pero nada podrá sustituir al árbol que estuvo allí desde siempre. Sus congéneres del otro lado de la calle, o de la acera de enfrente no están en mucho mejor estado.
Ha costado mucho recuperar esa imagen, perdida entre otros tanto miles. En solo tres día El Alminar llegará a su 7º aniversario. Durante años vimos árboles tapados en las calles del barrio del Hipódromo. Eran laureles y constituían un misterio. Aquello ocurrió en los dos primeros años del Alminar. Hoy nada queda de aquellos árboles, que eran laureles. Nada sabemos de qué problema tenían, cuál era el motivo por el que se tapaban, ni de por qué finalmente han desaparecido.
Si no lo hubiésemos escrito y fotografiado en aquel tiempo, no existiría el recuerdo, ni la constatación del hecho. En aquel momento parecía hasta absurdo escribir o fijarse en algo que parecía no tener sentido, y sobre todo seguir insistiendo en ello. Han pasado los años, el blog sigue aquí, y con él la memoria escrita y visual. Es la única manera de fijar las cosas y tener conexión con el pasado. Hubo hasta algún comentarista que decía que eran laureles venenosos o tóxicos.
Nota:https://elalminardemelilla.com/2012/02/03/los-arboles-tapados-del-hipodromo/