Lo primero que hay que decir es que este artículo fue escrito y publicado el lunes 19 de octubre de 2009, tanto en el Melilla Hoy como en El Faro de Melilla. Han pasado pues 12 años. En su momento pretendía ser una voz de alarma sobre lo que estaba ocurriendo con los edificios modernistas de la ciudad y los más singulares de cada barrio, sin alcanzar las categorías modernistas o Art Decó. Eso sí, hacía una proyección de futuro, que lo ha convertido, pasado ese tiempo, en una visión puramente profética y exacta. No se ha alterado nada del texto. Solo se ha corregido la puntuación y alguna concordancia. Todas las fotografías corresponden al año 2011/12. Gracias a Mustafa Hamed, director de Melilla Hoy, por recuperar el archivo del artículo.
Bomber Command y la destrucción de ciudades
Enrique Delgado (19/10/2009)
En 1942 la Royal Air Force (RAF) creó el grupo de bombarderos conocido como Bomber Command. Una impresionante fuerza destructiva que comandaba el Almirante Harris. Su idea principal era muy sencilla y consistía en la destrucción sistemática de las ciudades más representativas de Alemania. En cada una de ellas se escogía su centro histórico y según sus características, se le aplicaba un tratamiento especial. Cada casco histórico recibía una determinada combinación de bombas revienta edificios, de bombas explosivas, incendiarias, de fósforo y retardadas.
El criterio para la selección de bombas era estrictamente científico. Si en el casco histórico de la ciudad en cuestión predominaba la piedra, entonces se cargaban los aviones con bombas explosivas, las retardadas y las revienta edificios. Si predominaba la madera se escogían las incendiarias y las de fósforo.
El porqué se hacía esto era una cuestión aun más simple. Se consideraba, se considera, que lo que vincula a las personas con su ciudad son los lugares, los sitios en donde distintas generaciones de una misma familia tienen recuerdos similares.
Si uno disfruta en el Parque Hernández, o disfrutaba en la antigua Plaza de Armas, es porque probablemente existen fotografías, recuerdos, vivencias, anécdotas de tus padres, de tus abuelos, en esos mismos lugares y con apenas modificaciones. Ése es el vínculo con una ciudad. Entonces sabíamos que el suelo de la Plaza de Armas era el mismo que pisaron los conquistadores españoles, y los árabes antes que ellos, y los romanos o los cartagineses antes que todos. Hoy ya no es nada. Y ahora lamento no haberme hecho mil fotos en ella.
El último fin de Bomber Command era romper el vínculo inmaterial de un individuo con las piedras que le rodeaban. Ya no se podía decir aquí tomaba el café Goethe porque la cafetería había ardido hasta los cimientos y así con todo.
Pero los alemanes, cuando se dieron cuenta de qué se pretendía con esa campaña (porque en una guerra como aquella un millón de víctimas más no importaba nada), se dedicaron a fotografiar palmo a palmo las ciudades y así pudieron reproducirlas hasta en sus más mínimos detalles, acabada la guerra. Aun hoy, quien va a las ciudades alemanas de turista, difícilmente puede imaginarse que esa ciudad que pisa fue arrasada y explanada hasta los mismísimos cimientos y en ocasiones, hasta más abajo.
Y todo esto viene a cuento con lo que está sucediendo en Melilla, en donde la ciudad está siendo desfigurada día a día. Ya no hay casi ningún lugar que sea el mismo, ya nada es lo que era. Hay barrios, como el del Real en donde cae un edificio o dos por semana. Otro como el Tesorillo o el Monte de La Libertad son ya difícilmente reconocibles y si hablamos de Melilla La Vieja o Pueblo y a la que ya nadie denomina de esas maneras, entonces la alteración camina a velocidades vertiginosas.
Al emblemático barrio del Mantelete le desposeyeron hasta de su nombre, el único que hacía que en la guía Espasa hubiese una entrada referida a Melilla a través de ese nombre. La calle Duque de Almodóvar tomó ese nombre en sustitución de la anterior denominación de Mantelete para dar más peso específico al Cuartel de La Guardia Civil que ahora tampoco está allí. Así nos quedamos sin una denominación emblemática.
¿Qué le explicaremos a un estudiante cuando lea la novela «Metropol«, cuando lea en otra parte la denominación Cambrinus, cuando se intente buscar dónde estaba la cafetería California o vaya en busca del emblemático edificio de la Casa Paraíso?
Por el camino que vamos, los melillenses vamos a tener que empezar a hacer lo que los alemanes y a fotografiar nuestras calles, nuestro barrio palmo a palmo, de hecho yo empecé a hacerlo en mi barrio, el del Real y es asombrosa la cantidad de edificios representativos que han desaparecido en apenas unos meses.
Ningún gobierno es inocente en estas cosas que ocurren, porque son ellos los que autorizan los derribos, los cambios de uso y licencia de los edificios (que permitieron el cierre del California y el Metropol), o los cambios de denominación de una cafetería. Lo digo por la cafetería Cambrinus*, que fue diseñada así y con ese nombre como complemento al Parque Hernández y sin embargo Ulises jamás piso Melilla en busca de su Ithaca natal.
Porque la síntesis de esa lógica perversa de Bomber Command era que, una vez desaparecido ese vinculo afectivo del ciudadano con su ciudad, éste dejaba de sentirla como algo propio y se desinteresaba de ella. Una vez conseguido esto, ya la gente no opondría resistencia a nada y cualquiera podría hacer cualquier cosa con los habitantes de una ciudad, porque ya no la defenderían, ni sentirían como suya.
Y todo esto viene a cuento de que después de las espléndidas reformas del Teatro Monumental y el del Cine Nacional, arrasados hasta los cimientos, ahora le toca el turno al Parque Hernández, del que ya han advertido que quedará «irreconocible».
¡Empiecen a hacer las fotos del Parque ahora!
Nota: la cafetería Cambrinus recibió el nombre de Ithaca durante un tiempo efímero
Se dejó arruinar todo y así estamos ahora. Casi sin solución.
Nací en la calle San Miguel del Pueblo, cuando volví al cabo de unos años, sentí tristeza, indignación y un montón de sentimientos negativos; había desaparecido más de la mitad de mi calle y mi casa con ella. Desgracias de políticos inútiles , pero no para sus intereses.
La teoría de arrasar, no la conocía y es muy interesante .
Alemania bajo los bombardeos. Un libro muy interesante. No me cabe duda alguna de que Alemania recogió lo que sembró. Pero cada bombardeo estaba planificado al milímetro. Las pérdidas en la RAF y Bomber Command era del 50%. Ir a bombardear Alemania era jugársela cada noche.
San Miguel está arruinada. El estado actual es el peor posible, 12 años después.