Enrique Delgado
¿Es la actual crisis con Marruecos una «guerra fría» por parte del Reino Alauita? Decisiones como el cierre de la Aduna comercial con Melilla en 2018, y la exclusión de España de la Operación Paso del Estrecho. ¿Pueden considerarse como sanciones comerciales encubiertas? ¿Entraría en este grupo la no renovación del permiso para el gaseoducto que trae el gas argelino hasta España a través de Marruecos? Este acuerdo entre la empresa española Naturgy y la argelina Sonatrach, cumple el próximo mes de octubre.
En Marruecos todo empieza y termina en la Casa Real, que es la que vertebra todo el país y la que hace el papel del Estado. El gobierno de Marruecos actúa con funciones delegadas, al igual que el Parlamento, en una situación muy similar a la de España a partir de 1960, cuando la presión internacional obligó al Régimen franquista a adoptar un maquillaje de «democracia orgánica».
El Majzem representa a la oligarquía de la clase dominante en Marruecos, al que muchos califican como un «gobierno en la sombra» y otros como un «Consejo de Estado», con el que el propio Monarca Mohamed VI debe hacer equilibrios o contar con sus apreciaciones. Sea lo que sea, el conjunto es más poderoso que el propio gobierno, y casi tanto como la propia Monarquía.
Amigos de España
En 2009 falleció en Paris el otrora muy poderoso primer ministro Abdelatif Filali, «marchaverdista» convencido, con quien tuvo que vérselas el ministro de Exteriores español Francisco Fernández Ordóñez, quien siempre dijo de él: que tras su hierática expresión «no se escondía un amigo de España«. Para no desairar a Marruecos, Hassan II y a Filali, el Presidente Felipe González (1982-1996) nunca viajó a Ceuta o Melilla, ni autorizó la visita de los Reyes de España. Sería otro Presidente socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, el que haría ambas cosas, provocando la retirada del Embajador de Marruecos en España, tras las visita Real de 2007.
Contra esa visita, ya en su últimos años de vida, el ya retirado ex primer ministro marroquí, se pronunció abiertamente. así como contra la ruptura completa de relaciones con España. Teoría de la que no ha participado hasta ahora Mohamed VI, que ha evitado siempre mencionar a los dos ciudades españolas, en su discurso del Trono, que se produce cada 29 de julio. El Monarca reinante no puede ser considerado, hasta el momento, como un «no amigo de España«. No podría decirse lo mismo del actual Ministro de Exteriores, Naser Burita, o de la Embajadora de Marruecos en España Karima Benyaich Millán, que han realizado declaraciones no usuales, en la terminología de relaciones diplomáticas.
Las crisis con Marruecos
Siempre han existido crisis con Marruecos, pero hay una olvidada, la del año 1975, a la que se conoció en Melilla como «crisis de las trincheras o de los tanques». La zona de perímetro fronterizo conserva todavía las huellas de esas trincheras, nidos de ametralladoras e incluso algunos búnkeres. Al frente de la Comandancia se encontraba el general de división Tomás de Liniers. Carros de combate españoles cubrieron todo el perímetro fronterizo, y los militares españoles se desplegaron a lo largo de la frontera, en varias líneas de trincheras. El incidente se originó al colocarse los hitos de demarcación fronteriza, algunos todavía existen, y al instalarse una primitiva alambrada. No ocurrió nada más, y la información desapareció muy pronto de la prensa de entonces (ABC 01/07/1975)
La situación actual
Nadie piensa que cuestiones que pueden hablarse (Sáhara, Brahim Ghalli) sean las causas reales de esta falta de entendimiento, que ha llevado a las relaciones entre España y Marruecos a su peor momento, desde la Independencia de Marruecos en 1956. El propio Monarca Mohamed VI, parece mostrarse cansado de ese constante desgaste que provocan las relaciones políticas y diplomáticas, cuando es Él, el que decide todo. Sin embargo, poco puede decirse, más allá de algunas confidencias y aproximaciones en torno a lo que sucede con la Casa Real de Marruecos, que es en definitiva es casi el Estado.
Dicen que a Mohamed VI le preocupa mucho la imagen de su país. Si esto es así, debe empezar a buscar un responsable de lo sucedido en Ceuta hace un mes, y que ha colocado la imagen de internacional de Marruecos , en uno de los niveles más bajos posibles.
El cierre de la frontera con Melilla, decidido por el gobierno marroquí el pasado 15 de marzo, se asemejó más al cierre de la Verja de Gibraltar llevado a cabo por Franco en 1969, o al levantamiento del Muro de Berlín por la administración soviética, en 1961, que a las relaciones existentes entre dos países limítrofes y con relaciones diplomáticas, dentro del mundo moderno.
La sensación es que la política marroquí está anclada en la época de la Guerra Fría, mas que en la de la voluntad de diálogo y entendimiento con España. También podrían existir actores e intereses que podrían estar empujando a la Monarquía, hacia la falta de relaciones entre ambos países, que «no están condenados a entenderse», frase que repudiamos. El entendimiento, el diálogo y la buena vecindad, no pueden ser nunca una condena o un castigo. Los perjuicios ocasionados a los nacionales marroquíes, es superior al ocasionado a los sectores españoles.
Nota: Discurso del rey de Marruecos en el “Día del trono” no convence a muchos · Global Voices en Español