Miré los muros


La poesía no nos abandona, ni siquiera para escribir sobre ruinas. Han pasado ya un año desde que fotografiáramos por primera vez los muros aparecidos por encima de la puerta de la Alafía, aunque la zona es conocida como alcazaba.

Apareció un complejo entramado de muros y de cercas, que rápidamente se identificaron con el desaparecido fuerte de Santiago, que sin embargo debía situarse algo más arriba, tal y como reconocieron en el mismo momento del hallazgo: el exconsejero argumentó que en el proyecto de reforma de este espacio se contempla señalar dónde están los pilares de este fuerte. Pero hace un par de días se encontró una parte importante del muro y tiene “un valor histórico mayor”. “Esto tiene que ser incorporado al patrimonio histórico de Melilla”, indicó Quevedo que señaló que se ha encontrado más al sur de lo previsto (EFdM 19/06/2019).

Que fuese el de Santiago o el de cualquier otro santo da igual, el caso es que todo se asienta sobre algo anterior, y que lo visto y fotografiado en septiembre de 2019, es solo una leve sombra de lo conservado. No parece ni lo mismo, aunque pronto la vegetación y el césped cubrirá todo. No hay nada identificado ni ninguna información al paseante, porque nadie que se precie puede datar a qué corresponde esos exiguos restos que se han dejado como testimonio. No parecen ni lo mismo.

Un plano de la Biblioteca Nacional de Francia (BNF) señala la existencia o presencia de un fuerte en la zona, pero no la existencia del Rosario o Victoria Chica, por lo que la imagen de Melilla que muestra se corresponde con la inmediatamente anterior a la conquista del cerro del Cubo (1734). El final del siglo XVII fue muy crítico para la historia de la ciudad y los informes salidos de la ciudad hablaban claramente del riesgo de su pérdida completa.

Con lo que pueden y con los materiales disponibles, que eran escasos, modifican, componen y pergeñan nuevas fortificaciones o recomponen las existentes. Que ahí existió un fuerte es obvio, pero que se hizo sobre o con los materiales de algún muro, muralla o edificación anterior, también. Las fotografías muestran trazas de cercas de muy distinta composición. Construir sobre algo existente, hace que también sirva de cimentación y aumente la resistencia de lo edificado.

19 de noviembre, aniversario de la ocupación del cerro del Cubo*

Siendo gobernador de Melilla don Antonio Villalba y Angulo, el 19 de noviembre de 1734, sin disparar un solo tiro y sin lucha de ninguna clase, se ocupó el cerro o altura del Cubo, en una situación crítica. Sin ese hecho, y sin el concurso del ingeniero don Juan Martín Zermeño, que reorganizó las defensas de esa zona y planteó la edificación de las nuevas.

Sin nada de esto, no hubiese habido nada que legar al futuro, de ahí la importancia de haber estudiado la zona en condiciones. Esperaremos próximas oportunidades.

Nota: *Joaquín Rodríguez Puget; Ensayo sobre la evolución del cuarto recinto.

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Los silos de la ciudad musulmana


                          Excavaciones en el Cerro del Cubo

       Me había prometido no volver a escribir sobre este tema, uno de los emblemas del Alminar. Estaba sumido en un silencio arqueológico, pero el «Lisensiado», un extraño colaborador del que solo conozco el nick, me envió un enlace a un programa de Televisión Melilla, en el que el Consejero de Fomento Miguel Marín explicaba parte de lo encontrado. No lo había visto.  En un principio no tenían pensado excavar aquí. La nomenclatura no quería encontrar nada aquí, porque esta es un área rural musulmana. Más tarde excavaron, pero solo un poco y dijeron que no querían excavar nada más, y apareció un fuerte, y titulamos una entrada como: «El misterio del fuerte aparecido». Resulta curioso la precisión con la que excavan, encontrando solo lo que ellos quieren encontrar, y nunca otra cosa que no esté en el guión previsto.  Solo querían despejar el camino que unirá el Fuerte de Victoria Grande con el Parque Lobera. Eso ocurrió en el mes de julio y agosto.

                   Más tarde, dijeron que invertirían 400.000€ en excavar toda la zona, durante el próximo año, y descubrieron «la pólvora». No es guasa, es que descubrieron los restos de los hornillos de pólvora con los que se defendían los españoles de los ataques de los rifeños. Con el descubrimiento de la pólvora hicieron una gran noticia y la divulgaron a los dos vientos de Melilla, el de poniente y el de levante. Afirmaron que iban a cambiar la historia del siglo XVII o del XVIII.  No hice caso porque me había impuesto, como Ulises, no volver a  escuchar  los cantos de sirena de la nomenclatura.  No volvería a hollar suelo arqueológico, aunque descubrieran allí la tumba de «la princesa mora» que está enterrada en Melilla.

            No hice caso y cuando llegó el mail de «lisensiado», tampoco lo abrí y estuve varios días sin ver el contendido, resistiéndome a la llamada de las piedras. Pero el otro día, al igual que Adán, mordí la manzana del conocimiento y aquí me tienen, volviendo a fotografiar suelo arqueológico y a ocuparme de la Melilla musulmana.

                                   Silos musulmanes en el Cerro del Cubo

                 En el enlace enviado por el anónimo colaborador, se puede ver al Consejero de Fomento explicando y mostrando el hallazgo de 4 ó 5 silos, uno de ellos con tapa, de los siglos IX y X. Nunca menciona la palabra, pero está claro que son silos bereberes de la Melilla musulmana, de los que se han encontrado decenas en la Alcazaba, Melilla La Vieja, Parque Lobera, o incluso en Fuerte Camellos, bajo la actual piscina municipal. Sorprenden muchas cosas del reportaje, la primera que sea el Consejero de Fomento el que lo explique, y no alguien relacionado con Cultura o con las excavaciones. Sorprende también que esta noticia, que era la importante, no se dieran a conocer a la prensa, y sin embargo se ofreciera a bombo y platillo el descubrimiento del los hornillos de pólvora. Esta claro que cuando encuentran algo que no estaban buscando, recurren al triple axioma: «Se oculta, se destruye o se tapa». La pasada tarde subí allí y no había rastro de los silos musulmanes.

  Nota: Hacía mucho tiempo que escribimos que era necesario excavar allí.

(1)–  https://elalminardemelilla.com/2012/09/09/el-misterio-del-fuerte-aparecido/

(2)–       https://elalminardemelilla.com/2012/04/15/excavaciones-en-victoria-grande-y-cerro-del-cubo/

PD: El video de «Lisensiado»http://www.tvmelilla.es/video.php?v=54042794

 

El misterio del fuerte aparecido


          

                                  

                         ¡ Excava y corre !

    No fue propiamente una excavación, sino una limpieza del terreno con puesta al descubierto, de un fuerte conocido por «el círculo secreto» y que apareció en donde tenía que estar. Melilla siemrpre sorprende y pese a haber leído todo los libros publicados sobre la historia de Melilla y sus diferentes fortificaciones y  recintos defensivos, nunca había leido el nombre de fuerte de San Antonio, que al parecer era una ampliación que completaba a su vez el fuerte o conjunto defensivo de Victoria Grande. Alguna línea me debí saltar o a algún párrafo no le presté la atención suficiente. El caso es que han aparecido los restos de un fuerte antiguo y semi desconocido, en donde en una campaña anterior de excavaciones (1998), aparecieron tres silos medievales islámicos, restos cerámicos y óseos.

         Que se excave, se encuentre lo que se encuentre es bueno. Solo me sorprende el conocimiento riguroso y exacto que se tiene sobre cierto tipo de cosntrucciones españolas, desconocidas para el común de las gentes, y que sin embargo se tardaran cuatro meses en reconocer que los restos aparecidos en el fuerte de San Miguel, eran restos del fuerte de San Miguel. Otro gran hallazgo y desconocido en lso textos históricos publicados, fue el de la célebre capilla de Sta. Mª de la Enramada, en la denominada Casa del Reloj, y que todavía no ha podido verse porque aunque  se prometió su apertura en el mes de julio, ya estamos en la mitad de septiembre y no la han disfrutado otros ojos, que no sean los de la nomenclatura. Sorprende también la aparición de planos tan exactos y que jamás nadie ha visto o sabía de su existencia. Sea lo que sea, es bueno que todo se descubra y se saque a la luz.

                                        ¿Abandonar lo excavado?

      Decidí pasarme por el Cerro del Cubo para ver lo que se había excavado este verano por voluntarios y estudiantes de historia. Ví que era un área muy determinada, de donde se deducía que se excavó sobre seguro, en una zona ya predetermida y señalada por los planos. Me sorpendió que el área no estuviese delimitada ni  acotada al uso público. Aquella zona es muy frecuentada y habitada  a la caída del Sol, por lo que el entorno puede sufrir una rápida y completa degradación. Esperaba que la zona estuviese delimitado y en algún modo protegida y que también pudiese ser fotografiada, sin los problemas y el oscurantismo del Gobernador. Las excavaciones debe ser lo más completas posibles y sobre todo, limitadas en el tiempo. Una vez que se abre una zona, debe hacerse de modo total. El caso es que por allí se podían ver todavía restos cerámicos, quizá comunes y contemporáneos, junto a algunos restos óseos.

         Lo encontrado pertenece al misterioso fuerte que yo llamo de San Antonio aparecido. Se ven perfectamente dos solares de piedra labrada y bien trabada, junto a los restos de una cerca zigzagueante, que perteneció a algún muro defensivo. Toda esta zona solo cayó en manos de los españoles a partir del siglo XVIII, por lo que los restos, si son españoles, no pueden ser anteriores a esa fecha.

 

Excavaciones: Victoria Grande y Cerro del Cubo


              

        
     Me remiten un anuncio insertado en la página web del Gobierno de Aragón, ofertando dos plazas de peones excavadores para el próximo mes de julio en Melilla, en las excavaciones que se llevarán a cabo en las inmediaciones del fuerte de Victoria Grande, sus fosos y en las inmediaciones del Cerro del Cubo. La noticia, no divulgada en Melilla resulta sumamente importante, primero por que confirma que seguirá adelante el nuevo proyecto megalómano y modificador del perfil tradicional de Melilla, que pretende unir el fuerte de Victoria Grande y su derruido zona, con el Parque Lobera. Luego transformarán el propio Parque Lobera hasta dejarlo irreconocible, con fuentes musicales, luces de mil colores.
                     La excavación es olbigada hasta para ellos mismos, puesto que en la Carta Arqueológica de Melilla, que tienen escondida hasta el ridículo pese a ser un documento público, marca toda esa zona en color rojo, o sea, de maximo interés arqueológico y de excavación obligatoria. De momento informa solo de que se realizará una única campaña.
                 Lo siguiente que llama la atención es que en las entidades que convocan esta excavación son la Consejería de Fomento ¿?, la Viceconsejería de Juventud ¿¿?? y la entidad privada, Instituto de Cultura Mediterránea ¿¿¿???, entidad privada y adosada como una lapa a la Consejería de Cultura, y que curiosamente no aparece por ningún lado como promotora.
                 Como viene siendo habitual, no hay ningún proyecto de colaboración con Universidades, ni con arqueólogos de renombre, con arqueçologos especialiados en arqueología musulmana,  ni con nadie que tenga que ver realmente con la arqueología. Esto es  la nomemclatura.           
              
                       Lo que encontré en el Cerro del Cubo
         En 2010 vino a Melilla la Ministra de Cultura González Sinde, y le entregué delante de la Consejera de Cultura, un proyecto para declarar todo el espacio de La Alcazaba, el Cerro del Cubo y el Parque Lobera, como un conjunto único de interés arqueológico. Pocos días antes, habían entregado dos cajas con unos 40 fragmentos de cerámica medieval islámica, al «arqueólgo jefe» de Melilla, Manuel Aragón. Junto con las muestras elaboré una  lista con los lugares en donde fueron halladas, y la indicación exacta en donde fueron se eocnotraban las piezas. También encontré fragmentos de huesos fosilizados de cordero, propios de la alimentación musulmana.
      Nota: Enlace a la página del Gobierno de Aragón
Organismos/InstitutoAragonesJuventud/Documentos/Melillan.pdf

La torre del abismo


 

           No encontré las fotografías para ilustrar la entrada de «la torre de ventilación» y la verdad es que son espectaculares, porque yo tampoco imaginaba que lo que se abría bajo ella, era el abismo. Es más, hasta que no lo vi, no me lo imaginaba, en realidad yo buscaba otra cosa. Ya he mencionado que por la zona, se decía que estuvo una torre de vigilancia costera, en época de piratas. La verdad es que la zona del Cerro del Cubo o de la Horca, es una de las más interesantes desde el punto de vista arqueológico- Bajo sus entrañas, se esconde lo que pueda quedar de una área rural de época árabe o musulmana. Por su situación, como cerro de vigilancia, pueden existir restos de etapas anteriores, romanas probablemente.

            Ya publicaré en una entrada posterior, las fotografías de todo lo que encontré allí. Hoy no quiero saturar  monopolizar el blog, pero al ver la extraordinarios audiencia del tema (300 visitas), y las impecables colaboraciones de Corona 71 y de Uno de Melilla, me he decidido, en deferencia a ellos, a repetir las fotografías de la torre del abismo. Yo creo que son entre 20 y 30 mts. excavados en vertical.

Galerías, minas y leyendas de Melilla


 

 

            La Torre de ventilación del Cerro del Cubo

      Tal y como nos ha advertido Corona 71, podemos hablar de este tema hasta cierto punto. Luego, por razones de seguridad nacional, nos liquidarían y procederían al borrado de El Alminar entero. Corona 71, un gran colaborador, nos avisa sin piedra ni palo y veladamente advierte de que El Alminar de Melilla está bajo el ojo observador de La Seguridad de El Estado. Espero no atravesar la «delgada linea roja».

         Melilla fue durante casi 400 años una ciudad en constante asedio, en donde los tiradores rifeños, apostados en las alturas de El Cubo o La Horca, acababan con tu vida de un balazo. Siempre han sido muy buenos tiradores. Melilla aparte tenía problemas de espacio y había que almacenar todo tipo de víveres y pertrechos de guerra, para el caso de que temporales o asedios (que eran muy frecuentes), impidiesen las comunicaciones por mar.

        Los ingenieros militares españoles, posiblemente los mejores del mundo en su época, idearon y llevaron a cabo una compleja red de túneles que comunicaba toda Melilla La Vieja entre sí y ésta a su vez con el 2º y 3er recinto fortificado y todo esto, con los fuertes exteriores. Con la conquista de las alturas de El Cubo (actual parque Lobera) y la ampliación a cuatro de los recintos fortificados, los túneles y galerías crecieron en complejidad, kilometraje y en número. Aparte están los túneles de la compleja guerra de minas y contraminas que se llevó a cabo en Melilla a lo largo de esos 4 siglos. Además hay también muchas leyendas. No es cierto que los túneles lleguen hasta el Gurugú y salgan por detrás de las líneas marroquíes, aunque sí es cierto que comunicaban todos los fuertes exteriores con la plaza de Melilla.     Las guerras, las explosiones, los derrumbes, los desmontes, acabaron y cegaron gran parte de esa red. Hay otra que se sigue utilizando, pero que pertenece a la seguridad nacional y otra que se utiliza, pero como refugio de gentes de mal vivir, indocumentandos (toda la zona alta del parque Lobera, Victoria chica , Fuerte del Rosario)., etc.

         En el cerro de El Cubo existe una torre de ventilación de las galerías del 4º recinto, las que comunican los fuertes antes mencionados y además es la galería circular de todo ese recinto. Está excavada al completo, hasta el mismo nivel del mar, lo que ofrece unos 20 metros de perforación lineal. Aproximadamente a unos 5 metros bajo el suelo pasaría la galería perimetral de comunicación. Como muy bien dice Corona 71, actualmente es la zona de desagüe  de aguas fecales sin tratamiento, de toda la parte alta de Ataque Seco. Por ese motivo, en los días fríos se ve salir una nube de vapor de la torre de ventilación. Dicen que por esa zona, en siglos muy alejados del nuestro, hubo una torre o atalaya de vigilancia de la costa, en tiempos de la dominación musulmana y también como prevención a los ataques de los corsarios y piratas berberiscos, que azotaron estas costas durante mucho tiempo y que fue. entre muchas otras, una de las razones de la conquista y ocupación de Melilla en 1497.

           Creo no haber desvelado nada oculto y seguir dentro de los límites de la divulgación cultural y científica. Una vez más, gracias, Corona 71.