Cierra el museo de Arte Contemporáneo


En el más estricto silencio y secreto, en total opacidad informativa, ha cerrado después de una década, el Museo de Arte Contemporáneo, que también conocíamos como Museo García Ibáñez, por albergar parte de la colección pictórica del celebérrimo pintor almeriense, también apodado como «el leonardo de Olula del Río», su localidad natal, y que acoge la parte más importante de su obra, la más rupturista e iconoclasta. Conocemos también que ha cumplido el contrato de 10 años con el artista almeriense, pero no sabemos si hubo o no, algún interés en renovar su permanencia, tanto por una parte como por otra. Hemos vuelto a la cultura del soplo: «me han dicho que..», «a ver si tú te enteras de algo..». Sin embargo, de lo único que puede hacerse es darse con la puerta en las narices, como único modo de comprobar algo. Si está cerrado es que está cerrado, pero en la puerta no comunican situación o noticia alguna. Es más, sigue informando del horario de apertura normal.

Después de ser rehabilitada, la Casa del Reloj está perfectamente vacía, como la Casa del Gobernador, como toda la calle de San Miguel, y como la propia Iglesia de la Purísima, de la que no se han vuelto a tener noticias, pese a los magnos descubrimientos que alberga en su interior. Pero hay que volver al Museo García Ibáñez.

Fue un intento tímido de albergar y exponer la obra de los artistas melillenses como Victorio Manchón, Eduardo Morillas o Vicente Maeso, bajo el reclamo de la obra del pintor almeriense. Sin embargo, no se prosiguió en esa línea, no se recopiló nada más, y como escribimos hace 10 años, «solo se expuso lo más anodino de su transgresora obra artística». Tampoco se prosiguió en la idea de hacer un museo de artistas melillenses, o de toda la obra pictórica recopilada por el Ayuntamiento de Melilla. Se suponía que este oneroso contrato iba a ser el punto de arranque de esa colección, de esa recopilación, y de esa catalogación, que todavía no está hecha. Una nueva etapa más cierra, y con ella otra ocasión perdida. La situación de Melilla la Vieja empieza a ser desoladora. No hay mucho más que decir.

Nota:https://elalminardemelilla.com/2012/11/18/museo-garcia-ibanez-en-melilla/

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Gobernador 2022: El final


Para que todo quede claro desde el principio, diremos que este yacimiento fue abandonado en 2012, y dejado a su suerte, así como el edificio entero. Se albergaron muchas esperanzas de encontrar algo significativo aquí, pero sin que nadie diese explicación alguna se abandonó hasta el edificio, que en la actualidad es pura y dura ruina. Ya no hay tiempo ni para lamentarse. Toda la calle de San Miguel está deshabitada, bueno, toda no. En el edificio del Gobernador de la Plaza de Melilla hay vida, pero de desclasados. Todas las tardes, al caer el sol, los habitantes nocturnos saltan la verja, con considerable riesgo para su integridad física. La ropa puesta a secar, e incluso la basura, prueban lo que decimos.

Todas las semanas algún vecino conocido nos alerta para que subamos a comprobar el estado de la ciudad vieja con nuestros propios ojos. Los vecinos residentes en las calles y casas colindantes a la desolada Área 51, vigilan para que nadie se asiente en el primer barrio de Melilla, el de Medina Sidonia.

La selva, la maleza, la basura y todo tipo de sedimentos cubren toda la superficie del mítico yacimiento melillense, y también el único, desde una punta hasta la otra. Incluso la nueva zanja también se ha llenado de maleza. Lejos de encontrar la Rusadir fenicia, lo que parece que apareció fue un depósito de ánforas y de loza rota, junto a cimentaciones medievales, y resto de muros de época romana, o ese decían. De lo que tampoco hemos vuelto a saber nada es de los miles de fragmentos cerámicos y otros utensilios hallados a lo largo de los años de excavaciones. No están expuestos, catalogados, digitalizados o clasificados en lugar alguno.

Después de 11 años de vigilancia, observación y visitas, ninguna con permiso, porque nadie nos facilitó nunca nada. Todo ha sido gracias a la colaboración ciudadana, que nos ha abierto puertas, ventanas y tejados. Así pues y pasada una década, concluimos aquí las expediciones al Área 51, que tantos momentos de gloria nos ha dado.

Solo damos fe del desastre y del fin. Recuperar el edificio del Gobernador costará un potosí, y desbrozar toda es maleza, firmemente enraizada en el suelo, liquidará muros, y cualquier otra cosa que pudiera quedar. En los alrededores sólo hay ruinas y abandono. Pero todo esto ya lo harán otros.

Nota:https://elalminardemelilla.com/2022/03/13/en-la-casa-del-gobernador/

Estampas ciudadanas en Melilla La Vieja


La media plaza de San Miguel

Hemos visto muchas cosas: aceras incompresibles, ubicación diabólica de contenedores, obras repetidas en el mismo lugar como una condena infernal, ascensores que no funcionan con la lluvia, papeleras desaparecidas, rotondas sin sentido y así hasta superar la imaginación de cualquiera; pero media plaza escapa a nuestra compresión. ¿Cuál es el sentido de hacer media plaza, o reventar solo la mitad y no repararla luego?. Este lugar es el inicio de la calle de San Miguel, en Melilla La Vieja, una de las más antiguas de la ciudad, casi la primera a la que se dio nombre, el posible lugar en donde estuvo la primera ermita cristiana. Debajo de esta media plaza están los aparcamientos públicos del barrio de Medina Sidonia y también algunas galerías y almacenes. La ciudad vieja tiene problemas y por las noches se convierte en el lugar de los sin techo y de los merodeadores. Hay huellas de incendios en los contenedores y si se mantiene limpia la zona, es por la eficacia del «barrendero» que está allí destinado y que cuida de las calles como si fueran suyas. Algo pasa con esta parte de la ciudad. Se ha invertido mucho dinero en la ciudad vieja, pero no acaba de ofrecer una imagen adecuada. No hay un  modelo definido,  ni accesos adecuados para subir hasta sus calles, ni servicios públicos, ni vigilancia en condiciones. En Melilla La Vieja puede pasar cualquier cosa, por la noche.

Deterioro en la ciudad vieja


En Melilla La Vieja hay demasiado descuido, demasiado vandalismo, y demasiado poca vigilancia. Si hace menos de un año que se terminaron las obras de rehabilitación de la zona y ya empiezan a verse cosas así, es que algo está fallando. Un gran error del gobierno de Partido Popular, fue deshacer el cuerpo de vigilantes nocturnos, para crear una guardia de corps o pretoriana, que luego fue fulminada por los Tribunales de Justicia. Desde entonces, la práctica totalidad de sus integrantes están repartidos en tareas administrativas, lejos de las funciones para las que fueron pensados y creados.
La noche de Melilla está en manos del vandalismo urbano, de los deambulantes y los merodeadores. La ciudad vieja es la matriz de la ciudad actual, se ha rescatado desde un estado lamentable y de abandono total, pero parece, a juzgar por estas imágenes, que son incapaces de combatir la entropía en esta zona emblemática de la ciudad. El 17 de septiembre (aniversario de la Conquista) está ahí mismo, y el 8 de septiembre (día de La Patrona), a la vuelta de la esquina.
Los pocos turistas y los también pocos melillenses que se atreven a subir hasta sus escarpadas calles, se encuentran con una mezcla de lustrosidad artificial y un evidente deterioro urbano. Estamos a escaso días de importantes actos oficiales en Melilla La Vieja. Se ha invertido mucho dinero allí para que se empiece a ofrecer este resultado. Los Museos de no son excesivamente visitados. El Museo Municipal sigue sin director y el Ibáñez de pintura moderna, no ofrece resultados a la altura de la altura de la inversión en él realizada.
No hay servicios públicos en la zona, el yacimiento del Gobernador yace abandonado y sin futuro, como el propio edificio, e incluso una existente y sin actividad, Asociación de Amigos del Pueblo, conserva un local al que no le da utilidad alguna, salvo la paella del día 17 o 18 de septiembre. El conjunto sigue sin ser arropado por un plan de dinamización. Todo lo que se hace allí es de modo esporádico, como los «Conciertos a la luz de la Luna».
La pregunta es siempre la misma. Si existen cargos públicos, e incluso una Fundación Melilla Monumental, que debe vigilar la ciudad vieja: ¿por qué nadie advierte al Gobierno de Melilla de estos deterioros?.
La piedra artificial empleada también en la Plaza de Las Culturas, se quiebra con demasiada facilidad y se deteriora con rapidez. Estos son solo cinco detalles, pero hay casi un centenar de ellos.

Musica en Melilla La Vieja


En la plaza de Estopiñán, sin la estatua del conquistador de Melilla, con los mismos defectos que en pasadas ediciones: escasez de asientos, niños jugando que impedían una correcta audición, dificultad de acceso a la parte vieja de la ciudad, malos olores de los desagues tras una semana de levante; el apenas centenar de melillenses, amantes de la música instrumental y del flamenco, que se dieron cita en la emblemática plaza, pudieron disfrutar del sentido concierto de Josemi Carmona a la guitarra, y Jorge Pardo al saxofón* , en un intento de fusión del flamenco y el jazz
Mucha gente estaba sentada de espaldas a los músicos y otra en los bordillos o de pie, escuchando un concierto muy bien ejecutado por éstos profesionales de la música. En el último cuarto de hora, los niños, sin la menor advertencia de sus progenitores, se dedicaron a jugar, a tirar el cartel de uno de los patrocinadores del concierto, y a hacer casi inaudible esa última parte, pese a que estábamos encima de los músicos. Josemi Carmona, con muy buen talante dijo: «no se preocupen, estamos acostumbrados a esto».
Grabé dos vídeos de un minuto, y aunque  estéticamente prefería el otro, solo en éste se escucha la música.  Es bueno el empeño de revitalizar las noches de la ciudad antigua, pero hay que hacerlo bien, y corregir los errores del pasado año.  La acústica es mejor con el escenario delante antiguo caseron del gobernador militar, pero hay otras muchas cosas que seguir corrigiendo, si se pretende que esto no sea solamente el sueño de una noche de verano y que tenga continuidad.

Nota: *Corrección de músicos e instrumentos, aportada por los colaboradores del Alminar.

El misterio de la casa de San Antón


           La calle de San Antón está en Melilla La Viejo o Pueblo, dentro del primer recinto fortificado. Todo el recinto está catalogado como Conjunto  Histórico Artístico, y no se puede realizar obras en ningún inmueble, salvo que estés autorizadas por la Consejería de Cultura y avaladas por la Comisión de Patrimonio. Pese a todo han sucedido cosas extrañas allí dentro, como el vaciado de la «casa de los cuatro patios», hecho documentado en El Alminar. La Casa del Gobernador se deteriora de modo irremisible, y es utilizada como almacén, porque la aparición allí de un yacimiento arqueológico (ya abandonado), condiciona cualquier obra futura en el inmueble. Nosotros conocemos todo el recinto como «Área 51», porque hay muchas zonas reservadas, en donde nadie puede entrar sin autorización de la nomenclatura, que protege y oculta determinadas zonas, de ojos no autorizados. Nos hemos jugado la vida en muchas ocasiones, para poder divulgar los acontecimientos y descubrimientos que se estaban produciendo allí.

                                La casa de San Antón

            En la única casa de la calle San Antón, se han producido reformas interiores, sin que existiese cartel alguno de obras en su fachada, algo obligatorio en cualquier lugar de la ciudad. Sin embargo, se han producido también obras exteriores, sin que pudiera verse en momento alguno, un cartel que informase de lo que estaba sucediendo con este histórico inmueble, uno de los más antiguos de Melilla. En concreto, se ha ampliado la casa, incorporándole una pequeña parcela colindante, y tampoco se ha visto reflejado en el preceptivo cartel de obras. Al no existir información pública, tampoco podía conocerse si la obras y la sustancial modificación del inmueble, contaban con el aval y autorización de las autoridades culturales melillenses.

                El interior de esa casa, que pude fotografiar con la autorización de los anteriores vecinos, es completamente de piedra y cuanta con su propio aljibe. Era curiosa porque todos las paredes interiores son o eran de piedra. Hace años fue la vivienda y tienda de un anticuario alemán, que estuvo afincado varios años en nuestra ciudad. Uno de sus muros tenía una bala de cañón empotrada en uno de sus muros, e incluso la huella de otra en una de sus piedras. Creo que en la actual reforma, esos elementos no se han conservado, pero no puede asegurarse ese extremo. Los vecinos de Melilla La Vieja, muy atentos a todo los que sucede en su recinto, nos alertaron sobre estas obras hace meses.

         Nota: https://elalminardemelilla.com/2012/03/01/la-casa-de-los-4-patios/. https://elalminardemelilla.com/2012/08/08/nuevo-derribo-en-melilla-la-vieja/

El parque que se llevó el fuego


      

             La zona infantil de Melilla La Vieja sigue inservible

     Hace un año o poco más (la memoria es más débil de lo que creemos), se inauguró este parque infantil, con gran ruido y pompa  mediática. Son los reyes de la propaganda, eso es algo que nadie duda. En realidad eran dos columpios y dos caballitos, ni siquiera había tobogán. Pese a todo, hizo mucha ilusión a los niños de la zona, del barrio de Medina Sidonia, porque desde la conquista española en 1497, nadie se había gastado allí un maravedí o euro. Es verdad que este gobierno fue el primero en instalar allí un parque infantil. Fueron algo rácanos, todo hay que decirlo, porque comparado con lo que se gastan en cualquier otra zona de la ciudad, en cualquier fruslería, la inversión pública realizada no era más que una limosna.  Eso sí, lo inauguraron como si aquello fuera el parque Warner o incluso Disneyland Sidonia.

          El caso es que allí no había sombra, muy necesaria en Melilla La Vieja, y sí  bancos incómodos, pero no importó, porque en apenas unos meses el parque ardió. La versión oficial atribuyó todo a los vándalos, siempre muy socorridos, aunque en las calles del barrio creen que fue un vecino, algo desequilibrado. Esto debió suceder hace un año o menos (vuelvo a repetir lo de la memoria).

           Desde entonces aquello sigue acordonado y sin reparar. No se sabe si es como un castigo por tamaña muestra de ingratitud. El abandono es abosoluto y el estado lamentable. Los vecinos se quejan y muestran el lugar a quien ellos conocen y piensan que puede ayudarles. La verdad es que el parque debería repararse, instalar al menos un tobogán, algo de sombra y algunos bancos con respaldo, que hagan la estancia más cómoda.. Hay bastantes niños en Melilla La Vieja y si el lugar estuviese bien cuidado, sería bastante agradable.

            El vandalismo y el mal trato de lo público es una mal endémico y común a todas las ciudades, por eso hay que cuidar el dinero invertido. No es tan dificil. En sus tiempos hubo un Cuerpo de Vigilantes Nocturnos» que se quiso convertir en una guardia pretoriana. Fue un despropósito que los Tribunales de Justicia anularon  y ahora hay 30 personas asignadas a labores administrativas, lejos de las funciones para las que fueron contratadas.