La higuera oculta


      Esta es probablemente una de las higueras más latas de la ciudad, si no la que más. Esta oculta a la mirada directa. Solo se puede ver desde el edificio de Los Altos de La Vía. Está encerrada en un pequeño patio, y ha buscado la luz creciendo de modo vertical. Antes estaba más oculta, pero la demolición del techo de tejas de un antiguo edificio, la ha hecho más visible, pero solo desde el citado edificio. Allí existía un antiguo taller de automóviles, y otros locales comerciales. El edifico trasero ya está también vacío. Solo prosigue su actividad comercial, una pequeña tienda de ropa de bajo precio, en la calle Álvaro de Bazán. Esta es una higuera destinada a desaparecer, cuando todo ese solar y el edificio, sean declarados en ruinas. Es una higuera desconocida y por eso la traemos hasta El Alminar. Ya no dejaremos fotografías para el día siguiente.

      Nota:https://elalminardemelilla.com/2016/02/02/en-el-dia-siguiente/

Con corrosión


        La Plaza de las Culturas tiene uno de los  micro climas más agresivos de la ciudad. Muy fría y húmeda en invierno, y calurosa en verano. También las iras de los vientos se abaten sobre ella, causando ventiscas infernales. Su nivel de deterioro es muy elevado. Ya ha perdido un tercio de sus bancos originales, debido a la corrosión del metal. Un día se viene abajo un banco, otro día una farola o una papelera. La salinidad del ambiente de la ciudad, es el agente que provoca mayor deterioro del mobiliario urbano, muy por encima de los actos vandálicos. El suelo de falsa piedra no ayuda tampoco demasiado. Esta farola se cayó en días pasados,  vencida por el óxido, y la falta de agarre suficiente en el suelo.

        Nota:https://elalminardemelilla.com/2016/04/12/la-herrumbre/

Del Renacimiento al ocaso


               Cuestiones sobre la feria medieval de Melilla

   Melilla tenía una Feria medieval de verano, de la que hemos escrito cada año, sin embargo, este año decidieron, los nuevos rectores de la cultura melillense,  que ya no era medieval sino renacentista, para situar nuestra ciudad con el resto de ciudades imperiales: Toledo, Valladolid, Gante y ensoñaciones diversas. No son capaces de mantener algo a lo largo de los años, e ir dotándola de un carácter propio y diferente al del resto de «ferias» de este tipo. Este año la ensoñación era ser una ciudad imperial, e incluso hicieron aparecer al fantasma de Carlos I, el monarca más grande de la historia de España.

      El renacimiento no se veía por ningún sitio, y sí algunos indicios del próximo ocaso. Han acabado con el desfile, con las luchas de guerreros medievales de otros años, y casi con los puestos de mercaderías. En años anteriores hubo más abundancia, más participación ciudadana, más espectáculo y más animación. Este año ha estado todo más vacío. Lo único que salva a la feria, año tras año, es el entorno de Melilla la Vieja y el foso del Hornabeque. No hay casi nada que reseñar de la propia feria, ni de su cabalgata, que en los años anteriores ofrecían imágenes interesantes y muy plásticas. Ya no ha venido ni el encantador de serpientes, o el caballo de Troya.

                    Apostar por la mentira histórica

       La historia de la conquista de Melilla, es mucho más interesante que la fábula en la que insisten año tras año, y que han proyectado sobre las murallas del túnel de Santa Ana. Así pues, nos vemos obligados a desmentir el vídeo proyectado, de punta a cabo.

        La conquista de Melilla y Cazaza se decide en el Tratado de Tordesillas, firmado entre España y Portugal en 1494. Se sabía que ambas pertenecían al Reino de Fez, que estaba en litigios con el Reino de Tlemcen, pero no sobre la posesión de estas ciudades. Todos los informes evaluados por los Reyes Católicos desaconsejaban la conquista de la ciudad, especialmente negativos fueron los del Almirante de la Mar Océana Cristobal Colón. Tras el fracaso de la absorción por pacto (alguaciles traidores), Los Católicos desisten de la conquista de Melilla.

            La política exterior española se basaba en la fundación o conquista de ciudades, denominadas presididos, en la costa norteafricana, para impedir la acción de los piratas en el Mediterráneo, que dañaban duramente el comercio.  En 1525, Carlos I, Rey de España, ordenó el abandono de la ciudad exterior: Plaza de Armas, Alafía y Foso de los carneros, para replegarse sobre el peñón rocoso. La puerta de Santiago se convirtió en la frontera de la ciudad, durante más de dos décadas. La pérdida de Cazaza en 1532, supondrá un duro golpe para el valor estratégico de Melilla, quedando ya completamente aislada de su entorno. Este llevará al monarca y emperador español,  a pensar en proceder a su derribo y abandono. Felipe II, que gobernó como regente en los largos periodos de tiempo que su padre pasaba fuera de España, hasta su acceso al trono en 1555, tras la abdicación de Carlos I; pensó en un nuevo plan, que consistiría en establecer una nueva ciudad en el Atalayón, y el puerto dentro de la Mar Chica. Evidentemente, ni se llevó a cabo lo primero, ni se realizó lo segundo, y esto sí es histórico y verdad. A lo largo de los siguientes 3 siglos y medio, Melilla se mantuvo en manos de la Corona española, sufriendo todo tipo de penalidades, calamidades y guerras.

El último gran solar del Real


        Solo un vecino mantiene en pie este edificio, último gran ejemplo del modernismo obrero del barrio del Real. El barrio se está saturando de población, y de nuevas viviendas, sin que la Consejería de Fomento haga nada por regular el desordenado y asimétrico crecimiento del barrio. Cada edificio es de una traza, y no hay uniformidad ni siquiera en el tamaño de los edificios. Cada semana o mes se derriba una casa nueva, de la que surgirá un nuevo edificio. La reforma del paseo central, es una de los mayores fiascos de toda su historia. Todavía se está a tiempo de impedir la especulación desaforada, y de reordenar el barrio con un criterio unificador. Los aparcamientos están desapareciendo en todas las calles. La población aumenta y el tráfico se está dirigiendo hacia otras calles, como la de Jiménez Iglesias, que en algunos momentos resulta intransitable. El transporte público (COA), pierde pasajeros porque han eliminado los recorridos y paradas tradicionales. Hacer reformas sin prever sus consecuencias, como la de la calle La Legión, suele crear problemas no previstos.

            Este gran solar, solo queda una casa habitada, ya ha cambiado dos veces de propietario. Si no se corrige el rumbo de la construcción sin límite de edificios, el barrio se macizará por completo. No habrá espacio para nada, ni para peatones, ni para habitantes, ni para aparcar los coches. Si se quiere que se ande, habrá que dejar los coches en algún lado. No todo puede ser derribar una vivienda, y construir 100. El barrio del Real no necesita ya más viviendas.

   Nota: (1)https://elalminardemelilla.com/2014/03/23/la-manzana-de-oro-del-barrio-del-real/; (2)https://elalminardemelilla.com/2012/02/10/la-ley-del-derribo-en-melilla/

Parábola del socialista y el vicario


                  Yo soy el buen pastor. El que es asalariado y no pastor, ve venir al lobo y abandona a las ovejas, y el lobo las arrebata y dispersa. Yo conozco las mías, y las mías me conocen. Otras ovejas tengo que no son de mi aprisco; esas también las tengo yo que recoger. Evangelio de Juan.

          José Torres Vega, médico endocrino y socialista apasionado es una de las mejores personas de Melilla, y con él, su mujer Mª del Carmen Muñoz. Es un matrimonio al que siempre se les ve juntos, tanto, que ambos fueron atropellados gravemente en mayo de 2015, cuando salían de votar del Colegio Reyes Católicos. Pepe Torres es socialista y su mujer también, él fue secretario general y presidente del PSOE de Melilla, ella concejala en al menos dos legislaturas. José Torres, Pepe Torres, resultó afectado de manera muy grave, debatiéndose  varios meses, 7, entre la vida y la muerte.

             Reconozco que en un principio me sorprendió la presencia del veterano y entrañable socialista en la misa del pasado 1 de julio, la primera del sacerdote melillense Ruíz Guillot, pero luego no, porque pensé que en esa amplia familia hay integrantes muy significados de los socialistas melillenses. Luego, reflexionando en casa, y en días posteriores, me llamaron la atención las muchas y significativas ausencias, entre los que se denomina a sí mismos, hombres y mujeres de iglesia, y eso que la celebración litúrgica contaba con la presencia de monseñor Catalá Ibáñez, obispo de la diócesis.

                                  Pepe Torres y la parábola del buen pastor

              Pepe Torres me manifestó que quería hablar conmigo y contarme algo importante. Me lo encontré apenas dos días después y me contó lo que sigue: «Durante los primeros días posteriores al atropello, se me acercó el Vicario Roberto Rojo, y además de tranquilizarme, me preguntó que si deseaba que me administrase el sacramento de la «extrema unción»; a lo que le respondí que yo era médico, socialista, y que no creía en otra cosa que no fuera el ADN. Luego me dijo que si no me importaba que viniera todos los días a hablar un rato conmigo. Le dijo que por supuesto podía hacerlo. A lo largo de 7 meses, más de 200 días, el Vicario Roberto Rojo, no faltó un solo día a la cita. Nunca intentó hacer proselitismo, ni yo le hablé nunca de política. Entre nosotros se estableció una sólida y profunda mistad, surgida en circunstancias muy especiales.

              Me contó todo esto porque había seguido atentamente la conspiración de la derecha eclesial de la ciudad contra el vicario episcopal, algo nunca visto hasta la fecha, y también porque  había leído mi artículo,  publicado en El Alminar, y en los medios de comunicación de la ciudad. Quería que contase con ese elemento de juicio, no solo para mí, sino para todos aquellos que nos leen y siguen. He de reconocer que es un dato importante, para unir a otros muchos, de los que nada puede decirse, aunque muchos ya han salido a la luz en los medios de comunicación, y en conciliábulos en las redes sociales.

               Seguimos pensando lo mismo, que entre las ovejas, hay acechando lobos. Que hay muchos que pretender darle lecciones a Dios, que creen que las cofradías son cortijos, y que las están vaciando de gente y de fe. También seguimos pensando que el Vicario debió conducirse de otra manera en muchas cuestiones, pero que también, los peores enemigos los tiene o ha tenido dentro. Quienes han aireado todo, eran los que estaban más cerca suyo. También ha quedado muy claro que cuenta con el apoyo del Obispo de la Diócesis. Todo esto es lo que ha salido a la luz ahora, y por eso también es muy importante lo relatado por Pepe Torres, un socialista creíble y convencido.

           Nota:https://elalminardemelilla.com/2013/04/23/el-por-que-de-las-parabolas/

La historia obrera de Melilla


El abrazo de hierro

        «El carácter militar de Melilla fue esculpido de tal manera que en pleno siglo XXI aún pervive en la conciencia de la ciudad, penetrando transversalmente en su instituciones, condicionando su marco social, económico, jurídico y, por supuesto, su espacio y ordenación urban. La ciudad moderna y actual no puede ser explicada desde ninguna perspectiva sin tener en cuenta la omnipresencia militar que la marcó y condicionó» ; desde sus mismos orígenes. Esto el lo único que les ha faltado decir o escribir a Francisco Narváez Lopez (Culi), abogado, concejal solcialista (1983-1991) y funcionario de la Autoridad Portuaria, y a Miguel Ángel Roldan Guijarro, tipógrafo, concejal socialista (1979-1981), y senador (1982.1986).

        Han escrito a lo largo de años un libro magnífico, y una obra absolutamente necesaria, presentado justo en un momento, en el que todo parecía estar a punto de perderse. La Historia del Movimiento Obrero de Melilla (1893-1923 y 1924-19369), marcará un antes y un después en la historiografía real de la ciudad. Sin ser historiadores profesionales, han ofrecido una lección magistral de lo que debe y puede hacerse, en busca de la historia negada de la ciudad.

           Hasta ahora se ha apostado por el modelo histórico africanista y el perfil guerrero,  e incluso falsamente romántico de la aventura del Protectorado, con total y absoluto olvido del último siglo de historia de Melilla, La que media entre la expansión de la ciudad en 1860, tras los Tratados de Wad-Rass, hasta la restauración de La Democracia y el restablecimiento de sindicatos y partidos políticos en 1979. En cierta ocasión, el eminente historiador Claudio Barrio me dijo que: «historiador es el que cita fuentes». Estamos pues ante dos historiadores, y ante Historia de Melilla. Citan absolutamente todo y a todos/as los que escribieron antes que ellos.

          Finalizada la larga noche de los 400 años, de presidiarios, desterrados y  galeotes; Melilla se convierte en una ciudad civil, de hombre y de mujeres, de profesiones, de gremios, de diferencias políticas y sociales, totalmente imbricada en el devenir histórico español. Cualquier movimiento social, político, o cualquier otro acontecimiento, tenía su inmediato reflejo traslado a la ciudad.

             Las actividades relacionadas con las Guerra de Marruecos, sacudieron por tres veces todo el conjunto político español (1909, 1921 y 1936). Resultaba inexplicable que una ciudad desarrollada en torno a la explotación minera de Uixan, o todo el afán de construcción de obras públicas en el Protectorado Norte marroquí, no tuviese su propia historia de del movimiento obrero, y con ellos, sus políticas sociales, educativas y compromiso y actividad sindical.

             Son cientos de nombres rescatados del olvido, de la negación histórica. Lo insólito es que esta obra se haya publicado en 2016, lo incalificable es que no esté editada por ninguno de los mal llamados institutos de historia o cultura melillense. Estamos ante una obra personal de dos autores casi neófitos en el campo de la Historia. Han fijado para siempre la columna vertebral del movimiento obrero en la ciudad, sus historias sociales, colectivas, las de sus familias, eso sí, vigilados muy de cerca por el ineludible carácter militar de Melilla, plaza de soberanía, hasta la llegada de La Democracia en 1978, y salvo claro está, el quinquenio republicano, con mucho el periodo más activo social y culturalmente, desde la conquista de la ciudad en 1497.

              Los autores agradecen especialmente la ayuda y apoyo de Miguel Rosa Rosa, y nosotros debemos dejarlo aquí reseñado de igual modo. El libro, obra en dos tomos,  fue presentado el pasado 1 de julio, en los salones del hotel Melilla Puerto.

Amistad animal


 

 

     Los animales tienen sentimientos, e inteligencia, sin embargo, cuando a algún humano muestra comportarse sin ninguna de estas dos cualidades, se suele decir de él que es «un animal». Cuando llevan a cabo acciones salvajes, sin calificación posible, bien individual o colectivamente, se las suele calificar como animaladas. Hoy parece claro que los elefantes, además de una gran memoria, parecen tener conciencia de la muerte, algo solo reservado a los humanos; e incluso alguna forma de lenguaje, como los delfines, y grandes cetáceos, que pueden comunicarse entre ellos. Quien vea imágenes de primates, puede comprobar lo cercan que están, en casi todos los sentidos, de los reyes de la creación.

      Lo que distingue a los humanos, no son solo los sentimientos, la inteligencia o el lenguaje, sino la capacidad para adaptar el medio natural en su beneficio, e incluso, en su propia contra. Ninguna especie animal es capaz de provocar el exterminio de otra, ni tampoco de alterar el medio natural hasta provocar su propia extinción, o la inhabitabilidad del medio en donde vive. Esto es una conquista específica humana.

         Los animales miran y nos observan, y son muy curiosos. Se muestran confiados, aunque cautos, ante nuestra presencia, en especial las garcillas, que suelen levantar el vuelo en cuanto tiene ocasión. No suelen pensárselo mucho. Hoy era un día de calma en Melilla, muy tranquilo. El cielo nublado ha suavizado la implacabilidad habitual del Sol en estas fechas, y en esta situación geográfica.

            Los animales establecen sus sociedades y sus relaciones. En la alberca de Sidi Ouarich, hay una pequeña colonia de garcillas, protegidas por ese caballo o mulo negro, que si te acercas a fotografiarlas, se pone furioso. La otra imagen muestra otro caballo, que se desplazaba en paralelo a nuestro intento de fotografiar al ave, en actitud clara de protección. A cambio, las garcillas limpian de parásitos a su protector.

      Nota:https://elalminardemelilla.com/2014/10/12/la-ultima-alberca/