La estrella desorientada


            ¿Qué hacemos hablando de la Navidad un 25 de enero?. Cuento de Navidad (A Christmas Carol), es la obra del escritor inglés Charles Dickens que materializó el espíritu de estas fiestas, pero no solo eso, pues el inmortal escritor victoriano recreó también una serie de personajes que tiene también vida más allá de las páginas escritas, y que denotan una gran capacidad de penetración en el alma humana. El espíritu de la navidad acaba alcanzado, y una vez que lo hace tarda en salir, pero eso sí, regresará al año siguiente.

           Todo esto viene a cuento de que al día presente, el de la conversión de san Pablo, la estrella de Navidad sigue presente en el campanario de santa Mª Micaela. No es que moleste a nadie, pero este año, por el ciclo del calendario litúrgico, el miércoles de Ceniza coincidirá con San Valentín, el día 14 de febrero, lo que abrirá la puerta de la Cuaresma. Toda una curiosa conjunción que se presta a interpretaciones diversas.

           La acedia, el peor de los enemigos del espíritu, se ha apoderado del alma de la Melilla. La iluminación del carnaval casi coincidirá con esta solitaria y desorientada estrella de Navidad. Los adornos de las navidades pasadas se han instalado por las calles y los barrios más alejados del centro, como si nadie los viese. No ha existido demasiado interés ni al colocarlas, ni por lo que parece tampoco al retirarlas. Este año, la iluminación navideña de los barrios exteriores ha estado impregnada del cicatero ánimo de mister Scrooge, totalmente desangelada y falta de espíritu; instalando en ellos los adornos de «las navidades pasadas».

            Hoy es 25 de enero, 2º aniversario del gran terremoto del año 2016. Para la historia de la ciudad, este día quedará fijado como una extraña efeméride. La estrella señala hacia Oriente, en el día de Saulo de Tarso, el gran Pablo, el hombre que nunca estuvo con Jesús, el Cristo, pero que sin embargo supo hallar un significado nuevo.

 

 

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