El 27 de agosto de 2018 las excavadoras arrasaron las paredes de lo que en su día fuera el Cine Español del barrio del Real. Desde algunos años antes era ya solo un solar vacío, sin cubierta, y lleno de escombros y de basura. Su última función fue la de carpintería, lo que permitió conservar su paredes hasta es tardía fecha.
Los proyectos de conservar el edificio y su función cultural acabaron desperdigados en el techo del infierno, en donde dicen que se acumulan las promesas no cumplidas. El valor arquitectónico era nulo, pero sí un referente del carácter del sentido que se intentó imprimir al nuevo barrio, asentado en el último territorio del acuerdo de 1860, entre Marruecos y España, que permanecía sin ocupar (1909).
Nos habíamos olvidado del asunto del Cine Español, que se asentaba sobre una planta de 200 m, catalogada como suelo industrial, y sobre el que hoy se levanta un edificio de 3 plantas y de al menos 12 viviendas. La rentabilidad del solar es máxima, ya que se sitúa en la misma esquina de la calle Valladolid, en intersección con la de los «aviadores» Jiménez e Iglesias.
Casi por casualidad y mirando muy hacia arriba, porque no es fácilmente visible y también porque no está indicado en ningún lugar, puede verse la leyenda de «Cine Español», en la parte alta del edificio torre. Esto es lo que entendía por conservar, los anteriores gestores del área de Urbanismo. Al menos no se ha construido un nuevo edificio cúbico y este tiene algunos rasgos que pretender recordar cierto tipo decorativo,
El nuevo edificio, la vieja denominación del cine y el recuerdo del antiguo, yacían en los cada vez más grandes archivos del Alminar, esperando una oportunidad para ver la luz, hasta que este misma tarde, un atento colaborador del blog, nos ha llamado para hablar, precisamente, sobre este nuevo edificio y su rótulo de las alturas. Y esa alerta, ha llevado de modo directo a arrojar la luz de la memoria, sobre el extinto cine.
Nota:https://elalminardemelilla.com/2018/08/27/cuatro-tres-dos-uno-cero/