La demanda del día


Esto sucede todos los días desde hace muchos años, para quienes visitan, por circunstancias relacionadas con la salud, los centros de atención primaria, antes ambulatorios.

La pandemia ha agotado tanto a los profesionales sanitarios, que casi nadie se lo ha pensado, y muchos han optado por la jubilación al cumplir la edad reglamentaria, algo que se ha notado mucho en el Centro de Salud Este. La sensación existente es de que no se han cubierto la totalidad de las bajas. Las cifras globales, dicen que faltas médicos/a de familia y DUEs. Eso también afirman los sindicatos del sector sanitario. La realidad también dice que cada médico de familia, y su correspondiente enfermera/o, tienen más cupo de pacientes a los que atender. La realidad también dice, que no las cifras oficiales, que Melilla oferta contratos más cortos al personal sanitario que Andalucía, y que por eso no se cubren todas las necesidades.

Esta situación provoca que pese a la atención telefónica y al sistema de cita previa, el problema sea el de la atención o demanda del día, en caso de encontrarse mal, o de necesitar la vigilancia médica. Así cada día, desde hace mucho, incluso antes de la pandemia, los pacientes empiezan a llegar a los centros de salud a las 7h 30′ de la mañana, o incluso antes.

Solo hay que esperar y aguantar un rato, sin desesperarse, porque unos minutos antes de la apertura y del comienzo de la atención al público, los vigilantes y celadores han impreso suficiente tiques de cita, para repartirlo entres los demandantes. Como en la parábola, los de consulta médica a la derecha y los de analíticas a la izquierda.

A las 8h 00′ todos los funcionarios/as y trabajadores/as del centro llevan ya un buen tiempo dentro. La gente se queja pero ellas y ellos ya están. El sistema ha aguantado la presión, incluso la última oleada de «no vacunados», gracias a los trabajadores del Sistema de Salud.

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Un comentario en “La demanda del día

  1. Melilla tiene una paupérrima situación de salud pública. A una similar cantidad de población, la complejidad, la demanda, los procesos asistenciales y de prevención, etc., en nuestra ciudad son mayores que en cualquier otra en España. El bajo nivel cultural, el acceso más barato a comida basura, el sedentarismo, el contacto sistemático con muchas personas sin vacunar o sin adecuados seguimientos médicos, etc., la falta de higiene (y de hábitos públicos higiénicos de gran parte de la población) en las calles, convierten la zona en un ecosistema con muchas necesidades.
    Esa es la realidad.
    Y ante esa realidad, nos podríamos preguntar qué hace la administración. Pues en los últimos años, todo está en manos del PSOE, ese engendro mediocre de huidas hacia delante que quedará reducido a cenizas en las próximas elecciones por méritos propios.
    ¿Cuántos planes, iniciativas siquiera, hay en nuestra ciudad sobre temas relativos a Salud Pública? En alimentación, en consumo, en planificación familiar, en enfermedades evitables, en enfermedades crónicas, en sedentarismo…en algo? Más allá de hacer un cartelito en un momento dado por el papiloma y que lo vea apenas el funcionario que lo ha hecho (o el «a dedo» que el PSOE sabe bastante del tema a pesar de que se le llenara la boca acusando al PP).

    El denominado, bien para su ego, «Niño Maravillas» estaba más preocupado por otros menesteres, como ahora se sienta a ver caer a la cúpula socialista local por mera inanición. Sus cartas las juega en Madrid y se ha hecho sorprendentemente fuerte. Él es consciente de que si no se equivoca allí, tendrá pronto su opción aquí. Y por eso si antes le daba todo igual, obviamente la salud pública de los melillenses, ahora todavía más.
    Su sucesora, aparte de haberla liado en Consumo y habernos expuesto con el tema de la rabia canina, no tiene ni una sola medida, una idea, una iniciativa para echarse a la boca. El vanidoso sargento chusquero de la gaviota poco aportaba, para mal de los menores de la calle, pero esta mujer está directamente desaparecida.

    La otra «pata» de la mesa sería el INGESA. El otro día tuvo la patética presentación de sus «logros» a «la sociedad civil». No hay más que ver la cara de Alcoba en la reunión. A fin de cuentas, la atención primaria está desbordada y todos lo sabemos, los especialistas escasean y todo el que puede se va a Nador, de nuevo, o sobre todo, ellos, a la península a tratarse.

    Los programas electorales son un fraude, un mal sueño. Como el partido este, la POSE, que lleva la sanidad en este maltratado pueblo.

Acostúmbrate a sufrir con paciencia las contrariedades, a escuchar en silencio lo que desagrada, a estar sosegado entre los turbulentos y a permanecer tranquilo entre el estrépito del mundo.

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