




En la calle Alta de Melilla, junto al Archivo Histórico, se perpetró, hace dos décadas, una de las mayores falsificaciones históricas de la ciudad, al convertir un puente viejo, que no medieval, en una ficha de juego de Exin Castillos.
No podemos llamar Edad Media a ningún periodo histórico de la ciudad, porque en el mundo musulmán no existió esa etapa y los cristianos llegaron con el Renacimiento. Por eso no se puede llamar medieval a nada existente en nuestra ciudad vieja. Melila se reedifica sobre y desde la antigua ciudad califal, administrada por el Reino de Fez.
Museo histórico de Melilla
Visitarlo produce desolación, tanto por la escasez de lo expuesto, como por la descompensación de las etapas históricas, que no permiten hacerse una clara idea de la evolución de la ciudad. Hay muy poco expuesto. Los hallazgos escasean, y si los hay, se ocultan. En este blog descubrimos la existencia de una piedra tallada con el. nombre de Carlos I, a la que no se dio importancia alguna. Desde 2016 se sabe que existe un arco ojival de piedra tallada, dentro de la Iglesia de la Purísima Concepción, y nadie se atreve a interpretarlo. Nosotros lo haremos.
La casa de la calle Alta
¿Qué pasa en esa casa? Nada, y ese es el problema. La parcela de una antigua casa ya desaparecida, está siendo preparada para una nueva edificación. Es una zona de máximo interés arqueológico. En un vistazo superficial, lo único que podemos hacer, comprobamos la existencia abundante del «ladrillo rojo», junto a la piedra caliza y otros materiales modernos. En el suelo podían observarse fragmentos de tejas, iguales a las tres tejas árabes que el Museo nunca ha vuelto a exponer, y de las que tenemos localizadas varias, dentro de las murallas de Melilla. La parcela tiene lo que se denomina «potencia arqueológica», o sea, que hay varios metros de suelo bajo la supercie visible.
¿Hay algún plan para excavar este solar antes de edificar? Lo desconocemos. Algunos saben, pero nadie contesta. La información emitida sigue siendo casi nula, en el Área 51 melillense. Desde El Alminar seguimos vigilando.
Buenas noches.
El llamado arco ojival, fue descubierto en las obras realizadas por la Dirección Provincial del Ministerio de Cultura, que en esas fechas presidía el recordado don José Luis Fernández de la Torre. Así quedó demostrado en fotografías publicadas en prensa.
En el interior de esa sacristía quedaron al descubierto dos aguamaniles. Uno en el muro Norte y otro en el muro Sur.
Con esos datos, y la destreza y sabiduría que poseía Fray Jesús Cortejosa, Guardián del Convento de Capuchinos, situó los restos de la ermita de San Miguel. Inexplicablemente, el arco ojival se volvió a cubrir de cemento. Alguien le dió. Más valor a la puerta mudéjar, que al citado arco ojival.
Pero, los aguamaniles quedaron de mudos testigos de una realidad histórica que ahora parece interesar.
El arco ojival es de origen persa-sasánida, como los alminares. Su existencia plantea interesantes cuestiones que deberán resolver los expertos.
El arco ojival fue muy utilizado en el arte gótico, porque permitía elevar los muros, reducir las cargas y son mucho más esbeltos que los de medio punto. Los españoles llegaron a Melilla en 1497, en el inicio del Renacimiento. Sabemos también por los que expertos que han escrito sobre la cuestión de la iglesia de San Miguel que, a diferencia de la iglesia de La Purísima (norte – sur), está edificada en dirección E/O. Además, el Gótico ya era un arte extinto en el siglo XV. Por las fuentes árabes sabemos que en Melilla existía una mezquita aljama, que fue destruida antes de su llegada por los pobladores de la ciudad. No sería demasiado aventurado decir que la iglesia de San Miguel se edificó sobre sus restos. El arco ojival y la dirección del templo parecen indicarlo. El otro elemento identificativo sería la presencia del ladrillo cocido de color rojo, sobre apoyos de muros de piedra caliza amarilla.
Donde dije Norte ha de leerse Oeste. El otro aguamanil en el muro Sur. La cabecera de San Miguel sería ESTE.
Respecto a lo que indica Hospitalario, ojalá apareciera la mezquita aljama. Esa zona está virgen, arqueológicamente hablando. En esa zona se situó un castillo árabe.
Lo escribió el melillense Estrada en su historia de Melilla, en el siglo XVIII. Lo del castillo, y hay muchas más cosas.
Ya sabes el lema: » Se oculta, se destruye, se tapa».