




El Estado arropa a Carlos Esquembri en Melilla
La escueta nota oficial presentada por la Agencia Estatal de la Administración Tributaria solo decía que el suceso que ha conmocionado a Melilla, el fallecimiento en acto de servicio de Carlos Esquembri, se había producido a 750 millas al oeste de Canarias, o 1350 kilómetros en distancia terrestre. Eso es el más allá marítimo, lo que se conoce como Atlántico Norte y por debajo de Las Azores. Se supone que la distancia se indica a partir de la isla más alejada hacia el Oeste, Santa Cruz de la Palma o El Hierro.
Hacemos todas estas indicaciones para que se perciba el enorme esfuerzo realizado por la tripulación del Fulmar, la patrullera de altura de la AEAT, que ha recorrido la inmensa distancia que separa el lugar del suceso de la ciudad de Melilla, y que han recorrido en cuatro días de navegación constante para traer a su compañero hasta la que es, para siempre, su ciudad. Desde el pasado día 18, cuando llegó la noticia desde el océano Atlántico, Melilla ha vivido en completa tensión y dolor por la tragedia.
A las 16h 00 del día de hoy, la proa del Fulmar despuntaba sobre la bocana del Puerto, seguido del Alcaraván V, otra patrullera de pequeño tonelaje de la Agencia Tributaria, con base en Almería, de la que Carlos Esquembri era su capitán. En el Fulmar era su primer oficial. Esta patrullera era denominada como «Alca» por su tripulación. Sobre ambas embarcaciones sobrevolaba el helicóptero, que les daba escolta desde la capital almeriense. Así han entrado con rigurosa puntualidad en el puerto melillense.
El largo regreso a casa
Fondeados ya en los muelles del Puerto, primero el Alcas y luego el Fulmar, en donde venía Carlor Esquembri, ambas tripulaciones formaron frente a sus embarcaciones, y en el lado opuesto una formación de honores del Cuerpo Nacional de Policía, que había participado en esta operación. En el mar estaba la lancha del Grupo de Operaciones Subacuáticas de la Guardia Civil. Presidiendo el acto estaban las autoridades del Ministerio de Hacienda y de la AEAT, el Presidente de Melilla Eduardo de Castro y la Delgada del Gobierno Sabrina Moh.
Al haber fallecido en acto de servicio, Carlos Esquembri fue descendido a hombros, con el féretro cubierto por la bandera de España y sobre ella la corona de laurel reservada a los caídos en combate o en acto de servicio, según la terminología civil, porque en realidad esto es «la guerra al narcotráfico» y el Fulmar se diferencia muy poco de una patrullera militar. La tecnología de la que está dotado el Fulmar es puntera en todos los sentidos, y se le conoce como «el terror de los narcotraficantes».
Un bello día y mar completamente en calma esperaban al melillense caído en aguas del Atlántico Norte. El puente de mando del Fulmar, llevará desde ahora su nombre por expreso deseo de su tripulación. En los barcos rigen normas propias, bajo el mando del capitán y de los deseos de sus tripulantes. La familia del mar, como ellos se denominan, tiene otras reglas, solo entendibles para los marinos.
Carlos Esquembri ya está en casa para siempre, no de la forma y en el tiempo que hubiésemos deseado, pero en el mar rigen otros sucesos. Ahora ya ha alcanzado la gloria de los inmortales, el laurel reservado a los héroes. Lo que más le hubiese gustado a Carlos, era haber podido disfrutar y ver todo esto. A él, enamorado del mar, de sus dos familias, de su tierra, de la defensa del Estado. Lo hemos hecho nosotros por él y algún día se lo contaremos, si no es que lo sabe ya. Descansa ya en paz para siempre, amigo.
Lamento la suerte de Carlos. Compañeros del mar, el civil, yo militar, ha muerto en combate contra el narco. Y el Fulmar y la Alca, son buques auxiliares de la Armada española. Una contradicción, ya que los barcos de la Guardia Civil que no están incluidos en la LOBA (Lista Oficial de Buques de la Armada) y los del SVA, tripulados por civiles, si. Descansa en paz en nuestra tierra, Carlos.
Te echaba de menos Corona 71, pero aunque no se te vea, sé que siempre estás vigilante.
Bueno, lo intentamos. Pero los enemigos acechan, y como dice el lema de Arma submarina española AD UTRUMQUE PARATUS. Preparados para todo. Y Carlos es un ejemplo de eso. Espero que se le rinda un debido homenaje. Se lo merece. Pero viendo cómo está el patio, no espero nada. Sólo hay que ver la nula cobertura de la noticia fuera de Melilla. Pero siempre estará en nuestro recuerdo y en nuestras oraciones. Seguro que allá donde esté le reconfortará. Un abrazo fraternal a su familia y amigos. Y seguimos en la brecha.
Gracias Carlos, por tu vida y por tu ejemplo.
Solo hay conjeturas acerca de la poca cobertura de la noticia. Todos las cadenas de televisión tienen programas de noticias en las que comentan hasta la saciedad cualquier suceso, por nimios que sean. Sin embargo llega uno de gran envergadura y se hace el silencio. No encuentro explicación. La otra cuestión es porque no se dejó entrar a la prensa de Melilla en el recinto del homenaje. No se entiende.
Incapaz de reaccionar a tantas muestras de afecto recibidas por la muerte de nuestro querido amigo Carlos. La Ciudad de Melilla tiene contraida una deuda de gratitud con Carlos y con su querida familia. Luego, que no me pongan luto oficial el jueves y viernes santos. El Estado Español es aconfesional. Don Carlos Esquembri Hinojo: ¡Muerto heroicamente al servicio de su patria!!!
La ciudad de Melilla tiene un problema con el reconocimiento a sus ciudadanos. Suele ser muy cicatera, salvo para lo que quiere. Por muchísimo menos, alguno tiene hasta la medalla de oro.
Más razón que un santo. Por muchísimo menos!!! Un fuerte abrazo amigo. Sé y me consta vuestra auténtica amistad.
Anoche, al ocaso, mientras el sol desaparecía en el horizonte, cumplimos, como se hace a diario en todas las unidades de la Armada. con la vieja tradición de entonar la Oración de la noche de la Armada Española, esta vez en su recuerdo: «Tú que dispones de viento y mar, haces la calma, la tempestad. Ten de nosotros Señor, piedad, piedad, Señor, Señor, piedad»,
Muy bonito. Te lo agradezco.
Corona 71 Yo también fui marinero en la Armada. Gracias por recordármelo. Al Ocaso, intentaré entonar Oración.
Me alegro de encontrar otro compañero por aquí. La Oración sigue recitándose en todas las unidades y dependencias al ocaso. Tras ella, el oficial de guardia da las buenas noches a la dotación. En momentos solemnes, se entona, no se recita. Y así seguiremos haciéndolo para recordar a todos nuestros hermanos caídos y nuestra propia fragilidad. Lamento no poder estar allí para ir a velar a nuestro amigo.
Corona 71 Muchas gracias compañero. En todas las ocasiones supe entonar la Oración. Anoche, me lo impidió un nudo en la garganta. Ha sido un mazazo tremendo.
Lo dije. No moverán un dedo para reconocer el sacrificio de Carlos. Que asco de políticos. No se merecen nada bueno. Pero los incultos, los borregos seguirán vendiendo su voto por u nos miserables euros y ellos, de todo signo, continuarán en la poltrona, manejando a la sociedad a su antojo. No quieren reconocer el sacrificio de Carlos, porque eso destaparía sus vergüenzas, su sectarismo y su analfabetismo. Al no hacerlo, se ponen del lado de los que causaron su muerte. Que asco. pERO AL MENOS SUS AMIGOS LO CONTINUAREMOS RECORDANDO
perdón por las mayúsculas …
No hay de qué disculparse.
Gracias una vez más por tu algo lejana, pero atenta guardia.