Tres imágenes de Melilla


        La colonización del campo exterior de Melilla se extendió durante décadas. Los barrios exteriores estaban separados del centro y de la Ciudad Vieja. La expresión «bajar a Melilla», todavía en vigor en las personas mayores, sigue vigente en el habla melillense y su origen está en la posición distanciada de los barrios. El barrio del Real se conquistó en la famosa campaña de 1909, llena de leyendas y de gestas, como la conquista de «Los Altos del Real», celebrada por toda la prensa nacional, como la mayor victoria de las armas españolas.

       Sorprende también ver la huella verde del cauce del río de Oro, una extensa y frondosa arboleda que recorría toda la extensión de lo que hoy es el barrio del Tesorillo, entonces del General Arizon. También puede apreciarse la deforestación del resto de la ciudad, algo necesario para un territorio bélico, en el que las necesidades defensivas estaban por encima de cualquier otro objetivo. La comarca de Melilla debió ser una zona llena de vegetación abundante y terreno fértil para la agricultura. Los distintos cauces de agua  que confluían en el río central, creaban una extensa zona de tierras cultivables.

      El Cerro de San Lorenzo, cuna de las civilizaciones que pasaron por la ciudad, nunca debió demolerse, y mucho menos para construir una plaza de toros. Eran tiempos en los que a nadie le importaba el pasado púnico o mauritano de la ciudad. Si hubo vestigios de épocas anteriores estaban allí, junto con sus enterramientos. Sin embargo existió una segunda demolición, que se llevó por delante otros muchos vestigios históricos. Esta fue en la década de 1990, para construir lo que en un principio iba a denominarse como Pabellón del Cerro de San Lorenzo. Unas pocas excavaciones para desenterrar algunos esqueletos y se sepultó para siempre la historia de Melilla. Ahora se buscan los vestigios míticos de un pasado, justo en donde ya nada puede encontrarse.

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Un crucero entre contenedores


        La Estación Marítima de Melilla, la joya de la corona de la crucería, autovía marítima entre el Norte de África y Marsella, a duras penas puede contener a un solo buque. El barco de Armas, la naviera que realiza el trayecto Melilla-Motril, debe volver a maniobrar tras descargar el pasaje y la carga, y atracar en el muelle de carga, el de los contenedores. En Almería, con una estación marítima infinitamente más modesta, pueden atracar simultaneamente cuatro buques de pasajeros y tiene un muelle de carga que no afecta al resto del tráfico portuario. Málaga tiene un muelle solo para cruceros, y el resto del tráfico marítimo desembarca en los atraques normales del puerto.

         Ayer llegó el Prinsemdam y se fueron directos a la zona de contenedores, porque ni siquiera pueden pisar nuestra nueva y flamante Estación de la Mar Oceána, pese a la mareante cantidad de dinero allí invertida. Además, la Autoriodad Portuaria, regida y gobernada por el singular D. Arturo Esteban, ha sido vaciada de cualquier zona de reposo, de ocio, o de compras para los turistas y usuarios. La cafetería-restaurante con magníficas vistas fue eliminada un mes después de que el propio D. Arturo, la ofreciese a los melillenses como zona de recreo para la ciudad. Ahora solo nos espera un mega gimnasio sin taquillas ni zonas de duchas y en donde habrá que pagar para aparcar. Lo único que se puede comprar allí son chucherías y botellas de agua.

                        El embarcadero del mineral

          Dicen los que entienden de esto, que la zona del embarcadero del mineral es la que más calado tiene del Puerto de Melilla. Si no se les hubiese ido la fuerza en proyectos a cual más sorprendente y estrambótico, podría haber sido transformado en un desembarcadero, en un muelle auxiliar para el tráfico marítimo y portuario, de hecho, los barcos de la Armada española suelen atracar allí y algunos otros buques. La lástima es que no sepan concretar ningún proyecto lógico y utilizar lo disponible para el desarrolo de Melilla, para su futuro. Todo se les va en propaganda y en ideas quiméricas. Lo peor es que ni siquiera saben conservar lo existente y como para mostrar esto, lo mejor son las imágenes, aquí están. El crucero entre los contenedores y el cargadero de mineral abandonado. Y esto es el centro de la ciudad.

El SkyJump de Melilla


 

               Algunos comportamientos insólitos……en yate

         El skyjump fue un espectáculo insólito y vistoso que se celebró el pasado día 26, no muy bien organizado y con pocas zonas para verlo de manera adecuado. Al final no conseguí averiguar si se habían instalado esas «gradas especiales» que anunciaron colocar. Creo que no.

              Sorteando el inmenso atasco y embotellamiento que se  produjo en la zona de San Lorenzo, conseguimos un hueco discreto y bueno para ver los saltos, eso sí, a demasiada distancia, aunque aquí no critico nada porque se necesitaba calado para los saltadores y la única zona segura era la del cargadero de mineral, en la que atracan «los cruceros», por ser la zona mas profunda del Puerto.

            Los yates invadieron casi toda el área de saltos, cegando los posibles canales de evacuación en caso de accidente. Las advertencias fueron constantes por megafonía, invitando a los yates a colocarse a «barlovento». Aun así algunos hicieron caso omiso y apenas movieron su yate de sitio, dejando el espacio imprescindible, tanto para los saltos, como para la posible evacuación. Esto hizo que la prueba empezara retrasada con respecto al horario previsto. El Sol se puso y al final había un contraluz que impedía la visión clara en la parte final de la prueba, que coincidió con la llegada del barco de Almería a las 20h 30. Pese a todo, la linea de yates impidió, tanto a barlovento como a sotavento, ver la entrada de los saltadores en el agua.

                Yo creí que esta manera de «aparcar», sólo se daba en el Ecoahorro (Supersol), que es el modo de aparcamiento más salvaje que yo haya visto nunca. Ya veo que con los yates………….que no tengo, también sucede otro tanto.

El cargadero de mineral


 

                  Un paseo que necesita sombra

   El cargadero del mineral de Melilla es un espacio urbano que va recuperándose poco a poco. Hay varios locales comerciales, cafeterías y sedes de asociaciones, sin embargo, hay algo que necesita y que no tiene y es sombra. Son 200 mts. largos de paseo bajo el sol,  que se hacen duros cuando se necesita pasar por allí  en verano. La Autoridad Portuaria de melilla, que es riquísima, debería  instalar una celosía de rejilla, como la que hay en la entrada Este, junto a las Torres del V Centenario, para proporcioanr sombra al paseo.  No sería nada oneroso y protegería tanto a los viandantes, como a los que hacen colas en las diferentes oficinas administrativas de la zona.

      El techo reduciría la temperatura y haría el lugar más agradable. Se han hecho muy duras las esperas bajo el sol en la presente campaña del IRPF. Es un área céntrica que sirve de conexión entre dos zonas administrativas de Melilla y sería una pena, que ahora que remonta, tras su uso pasado como zona de ocio y copas, pudiese volver a decaer por las condiciones inhóspitas de la solana veraniega. Hay empresas que intentan dinamizar la zona, como agencias de viajes, y podrían establecerse otras, proporcionando algunas sencillas y nada caras mejoras.