Catalonia kaputt


          La darrera trampa dels moderats (La última trampa de los moderados)

    Entre todos los tertulianos que han aparecido en estos últimos días para analizar la cuestión de Cataluña, se ha destacado Bernat Dedeu, un soberanista que se presenta como moderado pero que es muy intransigente e inasequible ante cualquier tipo de crítica o cuestionamiento. Tiene un blog llamado La Torre de les Hores, y curiosamente su último artículo, escrito el 28 de septiembre, presenta un título de doble lectura pero altamente significativo: «la última trampa de los moderados».

         Un título profético, el de la última trampa, porque efectívamente ha sido una trampa del soberanismo moderado, en la que el Estado Español ha caído de lleno. He de reconocer que estaba muy bien tendida por Puigdemont, Junqueras y la gran cerebro gris, Carme Forcadell.

        Sabían perfectamente que la consulta, que no referéndum, carecía de validez, porque no cumplía ninguna de las condiciones del Código de Buenas Prácticas para Referendos de la Comisión de Venecia de 2006. El Tribunal Constitucional había declarado ilegal la consulta. A partir de ahí era solo un problema administrativo y judicial para los convocantes de la misma. Había que haberlo dejado en ese punto, y que el Govern de La Generalitat se presentara con las manos vacías antes los medios de comunicación europeos y mundiales.

    Desgraciadamente al Gobierno de Mariano Rajoy o de España (como se prefiera), le entró el miedo y optó primero por intimidar (enviando gran cantidad de Fuerzas de Seguridad del Estado), y después fue víctima del pánico y optó por la represión, proporcionando a «les soberanistes moderats», aquello que estaban buscando, imágenes de heridos y de la represión.

     También cayeron en la trampa, tendida burdamente por  Los Mossos d´Esquadra»,  las Fuerzas de Seguridad del Estado, al aceptar la solicutud de colaborar en la represión. Esto es una competencia transferida a los Mossos, que debieron haberse enfrentado solos a ella, esto es, a la tareas de desobedecer a la Fiscalía de Cataluña y a la manifiesta incapacidad para cumplir la Ley del Estado. Le pasaron el envenenado pastel de impedir la consulta a las FSE, y el Ministerio de Interior de España mordió sin dudar el pastel envenenado. Con ello convertían un problema administrativo (consulta ilegal), en una cuestión política internacional.

    El «soberanismo moderado» no tenía nada entre las manos para presentarse a la rueda de prensa post consulta del 1 de octubre, solo unos datos de participación y votaciones, que nadie con un mínimo de rigor intelectual podía o puede creerse. Sin embargo, el Gobierno de la Nación se las llenó de imágenes de represión, impropias de un Estado de Derecho. La trampa era burda, pero perfecta. Da la impresión de que el Gobierno de Rajoy al final sí creyó que esa representación escénica era un referendum. En realidad se trataba de un pulso o desafío al Estado español, que pretendía mostrar al mundo que el Govern de la Generalitat era capaz de desafiar al Gobierno de España.

     Hoy nadie habla de una consulta sin las mínimas garantías democráticas, sino de la represión en Catalunya. Tampoco ha sido la Semana Trágica en cuanto a violencia callejera. Hay muchos mitos entre el Estado Español represor y su oponente moderado catalán. Convocar y mantener una consulta declarada ilegal es un acto de violencia política pero difícil de plasmar, reprimirla por la fuerza también, pero esta es física y puede verse y fotografiarse.

                       Dui, Declaración Unilateral de Independencia

      La Dui, es un acto político hostil, que el Govern de La Generalitat debe pensarse mucho en utilizar. Hacerlo supone abrir fuerzas difíciles de controlar y de dirección imprevisible. Hemos advertido mucho sobre el camino yugoslavo, pero es muy similar al que ahora intenta recorrer Cataluña. La declaración unilateral de independencia por parte de Eslovenia un 25 de junio de  1991 hizo explotar la federación yugoslava, y pocos meses después se inició un periodo de guerra abierta que duró diez años. No es previsible que esto sucede en España, pero puede abrir el camino de un hundimiento generalizado del Estado de las Autonomías. La independencia eslovena, llevada a cabo apenas sin violencia, es la más similar a la pretendida por Cataluña.

         Lo que tampoco es admisible es que la defensa teórica del Estado español y del modelo Constitucional haya estado protagonizada por el franquismo residual, y por el españolismo más burdo y grosero, que ha inundado las redes sociales y las tertulias (Marhuenda, Inda o Ussia). Solo cuando han saltado las alarmas, justo en el periodo final (the day before), han aparecido comentaristas y tertulianos que hasta ahora no habían aparecido. Un Estado también necesita quien lo defienda.

          En un Estado caben diferentes realidades nacionales, de las cuales el catalanismo es una, de amplia y sólida base cultural e histórica. Los Estados también evolucionan en sus formas. Lo único que no cabe un Estado democrático, desarrollado a lo largo de los siglos es el soberanismo secesionista. Dicho más claramente, la única forma no admisible de separación o de ruptura en un Estado democrático es la Dui, o Declaración Unilateral de Independencia. Lo que queda clarísimo, y eso lo sabe El Govern, es que los resultados de la consulta del 1 de octubre no dan para una acción de semejante envergadura.

          Nota: http://www.bernatdedeu.cat/

 

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