A vista de este ejemplo, ciudadanos, antes morir que consentir tiranos
Esta es la leyenda que figura en el monumento al general José Mª Torrijos y Uriarte, en la malagueña plaza de La Merced, bajo el que yacen en una cripta, el general liberal José Mª Torrijos y sus 48 compañeros de aventura liberadora (López Pinto, Flores Calderón, Fernández Golfín, Pedro Manrique, José M. Cordero, Robert Boyd, Juan Bobadilla, Pablo Verdeguel, Francisco de Borja Pardio, Francisco Cantalupi, Francisco Ruíz Jara, Gonzalo Márquez, Manuel Vides, Domingo Valero, Santiago Martínez, José M Calasés, Ramón Ybañez, Francisco García, Andrés Collado, Francisco Mora, Manuel Badó, Ángel Hurtado). El término liberal no tenía entonces el significado que en la actualidad. En cada lado del monumento hay una placa que recuerda los nombres de los 48 acompañantes del general Torrijos.
José Mª de Torrijos, aristócrata y general liberal del ejército español, intentó iniciar su aventura romántica en la ciudad de Málaga para liberar a España del del siniestro monarca Fernando VII y de su restablecido régimen absolutista, tras el breve paréntesis de la Constitución de Cádiz de 1812. Al parecer Torrijos contaba dentro de su grupo con uno o varios espías o informadores reales. El caso es que desde que inició sus movimientos, con desembarco de tropas liberadoras incluido, era seguido meticulosamente. Toda Málaga era una trampa para el general Torrijos.
Entre el 2 y el 10 de diciembre de 1831 la flotilla del Santo Cristo del Grao y el Purísima Concepción avanzaron entre Gibraltar y Málaga, siendo interceptados en la playa del Charcón de la localidad de Mijas. Tras poner pie en tierra fueron apresados por las tropas realistas. Inmediatamente se les condujo al convento franciscano del Carmen, del barrio del Perchel, en donde fueron puestos en capilla. Sin juicio, solo con la orden Real, fueron fusilados en la playa de san Andrés de Málaga el 11 de diciembre, hace 186 años.
Los cuerpos fueron llevados en procesión por toda la ciudad, para escarmiento y público ejemplo y enterrados en el cementerio de San Miguel, en donde reposaron hasta 1842. En ese año, estando ya en el trono la Reina Isabel II, hija primogénita de Fernando VII, fue erigido el actual monumento y cripta inaugurado también un 11 de septiembre. Allí reposan el general Torrijos y sus 48 acompañantes de aventura, desde hace 175 años.
Todos están ya en el mismo lugar, víctimas y verdugos, solo que unos tienen el perpetuo reconocimiento de los ciudadanos, y otros no. Quizá a algunos no les parezca importante la diferencia, pero la tiene, y mucha.