Hasta ahora han aparecido tres, dos en la avenida del escultor Mustafa Arruf, sobre señales de ceda el paso, y otra más en la Biblioteca pública de Melilla. Están hechos con una plantilla, sobre la que se proyecta la pintura de color negro. Parece una viaja fotografía del presidente Imbroda, con las orejas del ratón Mickey Mouse. Es evidente que quiere decir algo, mostrar algún mensaje, pero es imposible descifrarlo. También está claro que se colocan en lugares en donde puedan ser vistos. A las señales de tráfico siempre se las mira, y por la Biblioteca pasa mucha gente. Dos de los iconos ya han sido borrados, que da solo el tercero. Los colaboradores del Alminar nos advirtieron de la existencia del último, el de la Biblioteca. La existencia de los otros dos ya era conocida en las redes sociales. ¿Tienen alguna relación con el juicio de los acusados por ampararse supuestamente bajo el pseudónimo de Lisbeth Salander? ¿Anuncia la inminencia del apocalipsis judicial del gobierno de la ciudad? ¿Aparecerán más en los próximos días?
Una vez el ratón se comió al gato. El problema es siempre el reparto del queso.
Ayer ha habido un acto en la biblioteca. Han inaugurado una exposición. ¿No se han fijado las sras. y sres. de la consejería de cultura del estado de esa entrada? Es para llorar de pena. ¿No han visto la caricatura?
Quizás, la empresa de limpieza tenga entre uno de sus muchos cometidos el de borrar las pintadas. Les animo a que pasen por el «callejón del Polideportivo» y admiren las obras de arte que hay a izquierda y derecha.
Más de veinte años sin pintarse los muros exteriores del colegio ahí establecido. ¡Cosas!
En Horcas Coloradas tienes tres desde hace más de un año.