Cansadas, de Nuria Varela
«Si eres mujer y puedes votar, si recibes igual salario que un hombre por hacer el mismo trabajo, fuiste a la universidad en vez de dejar los estudios en el bachillerato, si puedes solicitar cualquier empleo, puedes recibir información sobre control de la felicidad, si puedes ser atendida por una médica, abogada, pastora o jueza, practicar un deporte profesional, denunciar a tu jefe si quiere que te acuestes con él, solicitar y recibir préstamos en tu nombre, obtener la custodia de tus hijas e hijos, amamantar a tu hijo en un lugar público, poder escoger ser madre cuando tu quieras, leer los libros que quieras o tener esperanza de vida hasta los 80 años….agradéceselo a una feminista«.
Esta es una de las exposiciones iniciales del libro Cansadas, de Nuria Varela y que presenta como reacción feminista a la nueva misoginia y frente a los micromachismos con los que se amenazan y pretender hacer retroceder las conquistas sociales de las mujeres. El libro está prologado por Barbijaputa, una escritora feminista oculta tras ese pseudónimo.
El príncipe azul destiñe, Salomón no era un sabio, Lolita no es una novela de amor y Don Juan no es un héroe. La sociedad patriarcal ha alimentado, engordado y hecho crecer sus mitos para imponer a lo largo de la historia los modelos que deben seguir los hombre, pero sobre todo las mujeres.
Todos conocemos a Juan Ramón Jiménez, Albert Einstein o Rafael Alberti, pero muy pocos podríamos repetir los nombres de sus mujeres, que tuvieron personalidad y campo de acción propias: Zenobia Camprubí, Teresa León o Mileva Maric. Cualquiera podría pensar que la historia del mundo se ha hecho sin las mujeres. La realidad es que no se ha dado noticia de ellas, pese a que la labor de muchas de ellas fue tan trascendental como la de los hombres. Rescatar el nombre de una mujer del olvido es diez veces más difícil que la de un hombre, entre otras cosas porque primero hay que encontrarlas, caso de la profesora y pedagoga Aurelia Gutierrez Blanchard, y su huella en la ciudad de Melilla.
Hundir la fama de una mujer es muy fácil, esto lo comprobaron tanto la Infanta Eulalia de Borbón, una de las extraordinarias y olvidadísimas hijas de Isabel II, como la periodista Ángela Rodicio, vilipendiada por el «insigne académico» y escritor Arturo Pérez Reverte. Ambos estuvieron en la guerra que fragmentó la antigua Yugoslavia, sin embargo uno es académico de La Lengua y la otra no.
Nuria Varela es escritora, feminista y primera directora del gabinete del Ministerio de La Igualdad, creado y disuelto por el presidente Rodríguez Zapatero. Los Ministerios de La Igualdad surgieron por una recomendación de la cumbre de Beijing en 1995. La reacción del patriarcado contra el nuevo ministerio fue muy violenta, por eso Nuria Varela reprocha a Zapatero su disolución: «No parece muy inteligente pagar el altísimo coste político de poner en marcha el Ministerio de Igualdad para cargárselo antes de terminar la legislatura. Tampoco fue una buena estrategia darle al adversario la pieza que quería, a cambio de nada. Despojado de todo lo que le había hecho diferente, el PSOE sacó un pésimo resultado electoral que le hizo perder el gobierno».
Cansadas
«Cansadas de las mentiras, de las medias verdades, y de las mentiras a medias. De la soberbia. De la postergación contínua. Del menosprecio. De que se castigue severamente la apología del terrorismo pero no haya ni una sola condena por apología de la violencia contra las mujeres. Cansadas de leer necrológicas y descubrir a mujeres de las que nunca habíamos ido hablar. Cansadas de rastrear como detectives nuestra propia historia, nuestros logros, de leer entre líneas nuestros éxitos. Cansadas de que cuando algún retazo de nuestra tradición intelectual es utilizado por algún varón sea aplaudido».
Hemos llegado al tiempo en el que hay que defender los derechos y logros obtenidos a lo largo de los siglos. Cometimos el error de pensar que los cambios y progresos no eran reversibles. Resulta descorazonador ver algunas mujres y hombres , supuestamente progresistas colaboran en las nuevas ofensivas del patriarcado. Cuando hay un nuevo caso de denuncia por malos tratos, el varón afectado cuenta enseguida con un corifeo de justificadores, mientras que la mujer tiene que mostrar la solvencia de las acusaciones. Una muesca al derecho de la mujer a la custodia de sus hijos, es la denominada «custodia compartida», de la que apenas un 5% de los varones se hace cargo, o como se da mayor sonoridad pública al ínfimo 0,1% de denuncias falsas en casos de malos tratos y abusos sexuales, que al 99% que son probados, condenados y reales.
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Hoy hablan en El País del libro de Nuria Varela. Hace unos días lo hacían en Infolibre. Los comentarios en ambos que acompañan a los artículos son terribles, una muestra del machismo generalizado. Parece que a algunos hombres les estuviesen robando algo suyo por pedir igualdad real.
barbijaputa cuenta aquí lo que tiene que soportar por escribir.
http://www.pikaramagazine.com/2016/05/el-ciberacoso-nuestro-de-cada-dia/
Desde hoy, Barbijaputa ya tiene enlace directo desde El Alminar.
Hay tantas mujeres merecedoras de ser tenidas en cuenta! Si Barbijaputa lo pasa mal aquí por lo que hace, qué decir de otras de otras culturas.
Dudaba si poner esto, en realidad no creo que importe a casi nadie, pero esta mujer es una heroína, una de tantas casi desconocidas. Es un contraste con Nuria Varela, una mujer mayor, de cultura musulmana, desigualdades y sufrimientos de grado superior pero por la misma causa, el patriarcado social y religioso que toda su vida ha intentado desenmascarar.
Nawal al-Sa’dawi es un referente del feminismo, merece al menos ser conocida.
http://ctxt.es/es/20170307/Politica/11297/Oriente-Medio-Nawal-El-Saadawi-activismo-novela-Egipto-Mujer-en-punto-cero.htm